El Sindicato de Conductores de Trenes ratificó el paro anunciado la semana pasada para la jornada del martes 29.
La medida afecta a los servicios de pasajeros y de carga, “en defensa de la industria ferroviaria y el empleo, vulnerado por la decisión judicial de suspender los servicios entre Buenos Aires y Bahía Blanca”, según declaró el sindicato.
El gremio decidió el estado de alerta y movilización ante lo que definió como “los permanentes ataques que sufren los servicios ferroviarios”.
La semana pasada, en un comunicado, informó que la huelga se iba a hacer por “los ataques al ferrocarril durante el asfaltado de vías y la negativa de algunos intendentes a que los servicios se detengan en sus localidades, como ocurre en Chascomús”.
“El malestar ferroviario se impulsa por las conductas de los gobernadores que, violentando la ley, se adueñan de territorios ferroviarios que son propiedad de la nación”, manifestó.
“El capital de las propiedades ferroviarias no operativas debiera impulsar económicamente el desarrollo de la infraestructura de la industria ferroviaria, permanentemente saqueada”, añadió la entidad.