Por Luz Saint Phat / [email protected]
El intercambio de bienes y servicios es la base del sistema actual económico en el mundo. No obstante, no todo lo que se compra es necesario y, muchas veces, es demasiado. Qué dice la psicología sobre este tipo de comportamiento
El intercambio de bienes y servicios es la base del sistema económico actual en todo el mundo. Sobre la existencia de mercados se sustenta el desarrollo de los países, las empresas y los individuos.
No obstante, un rasgo de época que está también vinculado en estas prácticas puede resultar nocivo para la salud: se trata del consumo hedónico excesivo, que puede aplicar a cualquier cosa, incluyendo aquéllas que resultan muy aceptadas socialmente como la comida, la ropa o el uso de servicios de estética, por ejemplo
“El estudio analizó cómo la distracción afecta el “consumo hedónico”, o comprar y usar productos y experiencias porque nos hacen sentir bien y no necesariamente porque los necesitamos.”, explicó el parte de prensa de la entidad, titulado ¿Por qué nos excedemos?, que reseña la investigación liderada por Stephen Lee Murphy de la Universidad de Gante.
“Según Murphy, una razón para este consumo excesivo puede ser la distracción”, explicó la misiva.
“Cuando las personas se distraen mientras realizan una actividad hedónica, las investigaciones sugieren que es probable que disfruten menos de ella que si estuvieran completamente concentradas. Eso puede generar sentimientos de insatisfacción e impulsar un mayor consumo para compensar ese déficit”, agregó el comunicado al referir los resultados a los que llegó el equipo de investigación.
Experimentos
En primer lugar, y con el objetivo de comprender mejor el rol de la distracción en las conductas o comportamientos de consumo excesivo, los investigadores realizaron un experimento con 122 participantes (en su mayoría mujeres).
El primer interrogante que se planteó a este grupo fue cuánto esperaban disfrutar de su almuerzo antes de comerlo. Luego, se pidió a diferentes integrantes del estudio que almorzaran bajo alguna de tres condiciones: sin distracciones, distracciones moderadas (por ejemplo viendo un video) y distracciones altas (por ejemplo, jugando Tetris).
Posterior a la ingestión de la comida, los participantes informaron sobre el disfrute real y su nivel de satisfacción, así como la presencia o no de un deseo de mayor gratificación y la cantidad consumida. Además, informaron sobre la cantidad de refrigerios que realizaron más tarde durante el día.
Mediante las respuestas, se pudo observar que los participantes que comieron mientras estaban distraídos reportaron un menor disfrute y satisfacción, lo que se asoció con un mayor consumo de refrigerios después y un deseo más general de mayor gratificación.
“Los investigadores creen que este efecto propuesto, al que llamaron ‘compensación hedónica’, probablemente se aplique a otras actividades además de comer. Por ejemplo, las personas que se distraen mientras ven una película o juegan un juego pueden tener más probabilidades de realizar un consumo adicional (por ejemplo, consultar las redes sociales) para compensar un menor disfrute de la actividad original”, explicó el comunicado de prensa de APA, al referirse a la interpretación de estos resultados.
Por otro lado, en un segundo experimento, el equipo de investigación cotejó el comportamiento de 220 participantes de diferentes edades y en su mayoría mujeres durante el transcurso de una semana.
Para poder realizar este trabajo, los participantes completaron siete breves encuestas por día a través de sus teléfonos inteligentes sobre su consumo hedónico, distracción y satisfacción.
Sobre los hallazgos de esta investigación más amplia Murphy indicó que aunque el consumo excesivo está relacionado con frecuencia a una falta de autocontrol, los resultados de sus investigaciones sugieren que este tipo de conductas también pueden estar impulsadas por “el simple deseo humano de alcanzar un cierto nivel de disfrute de una actividad”. “Cuando la distracción se interpone en el camino, es probable que intentemos compensar consumiendo más”, afirmó.
“Había pruebas claras y consistentes a través de estudios y análisis para la predicción de que la distracción durante el consumo compromete la vida real disfrute de una determinada experiencia de consumo”, indicó el resumen de la publicación científica, al destacar que los nuevos experimentos también obtuvieron resultados similares.
“Ambos estudios empíricos arrojaron evidencia consistente de una asociación positiva entre el disfrute real y la satisfacción del consumo, pero inconsistente y más débil evidencia del papel esperado de las discrepancias entre el disfrute real y el esperado para esta parte del modelo”, agregó el texto.
“También hubo evidencia consistente de la asociación negativa esperada entre la satisfacción del consumo y la necesidad de una mayor gratificación”, señaló.
“En conjunto, el presente marco proporciona apoyo inicial para el vínculo propuesto entre contextos de consumo comprometidos, disfrute del consumo y posterior compensación hedónica”, se explicó también en el documento original donde se explicitan los detalles científicos del procedimiento de indagación.
Vale señalar que el equipo de investigación se encuentra diseñando nuevos estudios para confirmar la existencia de este “efecto de compensación hedónico”.
“Al comprender los factores clave del consumo excesivo hedónico, podemos desarrollar estrategias para ayudar a prevenir su aparición”, aseguró Murphy.