Promover la inclusión social de las personas, incorporar la temática en las currículas escolares y combatir el estigma y la discriminación son algunas de las recomendaciones que emitió la Organización Mundial de la Salud en conjunto con la revista científica The Lancet para que gobiernos, sistemas educativos e instituciones sanitarias traten la discriminación y el estigma que sufren algunas personas al conmemorarse hoy el Día Mundial de la Salud Mental.
A través del proyecto Suma, dado a conocer hoy, la OMS brindó los lineamientos para que las instituciones del mundo puedan combatir la exclusión que sufren las personas con problemas de salud mental, ya que agrava su situación.
“El estigma y la discriminación violan los derechos humanos básicos y tienen efectos graves y nocivos en las personas con problemas de salud mental, ya que exacerban la marginación y la exclusión, reduciendo el acceso a la salud”, explicó el estudio.
El documento muestra, a partir de la revisión de 216 casos de todo el mundo, cómo las intervenciones con contacto social (ya sea presencial, virtual o indirecto) que fueron apropiadamente adaptados a diferentes contextos y culturas, fueron las formas más efectivas de reducir la estigmatización de este colectivo.
“Muchas personas que han vivido experiencias relacionadas con los padecimientos mentales describen el estigma como ‘peor que el propio trastorno’. Ahora hay evidencias claras de que sabemos cómo reducir y, en última instancia, eliminar eficazmente el estigma y la discriminación”, sostuvo el copresidente de la Comisión de The Lancet, el profesor Sir Graham Thornicroft, del King’s College de Londres.
En el informe, se explica que una encuesta global multilingüe hecha a 391 personas de 45 países y territorios, más del 70% estuvo de acuerdo en que los trastornos de salud mental deberían ser tratados como iguales a los problemas de salud física.
Ante esta situación, se recomendó a las organizaciones internacionales acordar un mecanismo internacional a largo plazo para intercambiar experiencias en la ejecución de programas para reducir el estigma y la discriminación.
A los gobiernos se aconsejó supervisar las medidas para reducir la exclusión, promover la inclusión social de las personas con condiciones de salud mental e informar sobre el impacto directamente al ministro de salud de cada país.
En el sector educativo, se sugirió incluir estas temáticas en los planes nacionales de capacitación de los profesionales del área y en la currícula de los estudiantes.
Asimismo, las escuelas y las universidades deben incluir sesiones para estudiantes para mejorar la comprensión de las condiciones de salud mental y para reducir estigma y la discriminación.
En los sectores de asistencia sanitaria y asistencia social, se recomendó empezar a evaluar las actitudes y comportamientos que pueden derivar en discriminación y estigma de las personas con condiciones de salud mental, ya que eso impacta en la calidad de la atención que reciben.
“Las experiencias de estigma y discriminación deben ser sistemáticamente documentadas en la asistencia sanitaria y social y se deben responder con medidas de mitigación”, se agregó.
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