ESCUCHARMaría Laura Frank y Brian Banszczyk son acompañantes terapéuticos y contribuyeron a la redacción de la iniciativa que -aseguran- “resguarda los derechos de la población”. En Córdoba hay unos tres mil profesionales trabajando.
Por Luz Saint Phat – [email protected]
Los acompañantes terapéuticos de Córdoba se encuentran expectantes por la posible aprobación, durante este año, de un marco regulatorio para el sector.
El primer proyecto de ley fue elaborado por el sector en 2012 e ingresado a la Legislatura en 2013 por Liliana Montero. Luego, en 2014, Oscar González presentó otra iniciativa, que incluía en la misma ley la regulación para acompañantes y para cuidadores domiciliarios.
Desde entonces se trabajó en comisión en la compatibilización de ambos proyectos para unificar la propuesta.
No obstante ello, la iniciativa todavía no ha podido ser puesta en consideración en el recinto, ya que durante las últimas semanas los enfermeros manifestaron algunas diferencias sobre las incumbencias del rol.
En este marco, los acompañantes terapéuticos continúan señalando la importancia de la normativa, que daría sustento legal y regulación a una práctica que ya registra más de tres mil profesionales trabajando en la provincia, según estimaciones del sector.
María Laura Frank y Brian Banszczyk son acompañantes terapéuticos de Córdoba y contribuyeron a la redacción de los proyectos de ley. En conversación con Comercio y Justicia, explicaron los alcances de la normativa y señalaron la urgencia de su sanción.
“Los puntos principales del proyecto tienen que ver con reconocer la figura del acompañamiento terapéutico. Es una profesión que se viene desarrollando en Córdoba y en el país desde hace más de 40 años, sin tener todavía el reconocimiento jurídico y legal”, dijo Frank.
“Es importante generar un marco normativo para reconocer este rol y poder diferenciarlo. Hoy cualquiera puede trabajar de acompañante pero la familia que contrata no sabe si esa persona está capacitada. El proyecto de ley que proponemos resguarda los derechos de la población”, aseguró quien también es miembro de la comisión directiva de la Asociación de Acompañantes Terapéuticos de la República Argentina (Aatra).
“Un punto central de la iniciativa es la cuestión de la formación académica. El proyecto propone una formación terciaria para convertirse en acompañante. Además, a quienes ya están ejerciendo se les pedirá acreditación de experiencia laboral y se les tomará un examen para lograr la matrícula”, explicó por su parte Banszczyk.
Nuevo paradigma
En tanto, la figura del acompañante terapéutico es hoy un dispositivo importante en el nuevo paradigma de salud mental que proponen las leyes nacional y provincial. En este sentido, se constituye como una práctica clave que permite implementar de manera acertada el proceso de desmanicomialización.
“En el marco de las nuevas leyes de salud mental -las cuales proponen todo un proceso de desmanicomialización-, urge la necesidad de contar con los acompañantes terapéuticos, que son una figura clave en las externaciones de los pacientes. El profesional tiene la posibilidad de prevenir internaciones o segregaciones en la vida cotidiana de los pacientes”, dijo Banszczyk sobre este tema.
“Las nuevas leyes de salud mental son un avance grande para entender al sujeto que padece dolencias subjetivas a los fines de evitar el confinamiento. En ese contexto, el acompañante terapéutico es un dispositivo privilegiado porque posibilita que el tratamiento sea realizado en la casa del paciente, sin necesidad de restituirlo permanentemente a la internación”, dijo Frank.
“De allí se deriva la importancia también de tener un marco normativo. Hemos trabajado en una ley consensuada y tenemos apoyo no sólo de Córdoba sino de otros lugares del país. En Río Negro, por ejemplo, la ley ya fue sancionada, y en Buenos Aires ya se está trabajando en un proyecto”, concluyó Frank.
