sábado 23, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

El rol de la comunidad es fundamental para prevenir la violencia en noviazgos adolescentes

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Distintos estudios internacionales demuestran la importancia de las instituciones y las rganizaciones para colaborar en la prevención y en el abordaje de las víctimas

Día a día, entre las tantas novedades que circulan en los medios de comunicación, se conocen nuevos casos de violencia en noviazgos adolescentes, no sólo en Argentina sino también en otros países del mundo. La problemática es hoy un tema importante en la agenda de la salud pública de las naciones debido a las consecuencias fatales que puede conllevar y también por el impacto que este tipo de vínculos tempranos tiene en las relaciones futuras de los sujetos.
En este contexto, distintos estudios internacionales tratan de detallar los factores que están asociados a este fenómeno y las instancias que pueden contribuir a su prevención y al abordaje certero de quienes, lamentablemente, resultan víctimas.
Específicamente, muchas investigaciones se refieren a los aspectos individuales y relacionales como determinantes para la existencia de relaciones violentas; no obstante -según hallazgos actuales- los espacios comunitarios (como las escuelas y otras instituciones) también son variables importantes a tener en cuenta.
Recientemente, APA Practice Organization difundió una nota en la que enumera distintas investigaciones sobre este tema. Principalmente, una de las indagaciones precisa que la comunidad y las organizaciones que la componen resultan espacios que pueden orientarse a constituirse como factores de riesgo o de protección de la violencia de pareja en la adolescencia.

“La violencia entre parejas adolescentes es un problema de salud pública especialmente preocupante dada su alta prevalencia, y las investigaciones sugieren que los comportamientos en las relaciones tempranas a menudo marcan la pauta para futuros vínculos adultos”, dice la publicación, firmada por Nicole Owings-Fonner.
De hecho, agrega el artículo, los estudios señalan que, por ejemplo, en Estados Unidos “10 por ciento de los estudiantes de secundaria informaron que son lastimados físicamente por un novio o novia cada año. Los comportamientos negativos que ocurren en la adolescencia -como las burlas y los insultos- a menudo continúan hasta la edad adulta y pueden derivar en conductas cada vez más abusivas”. Para dar cuenta de las variables que se ponen en juego en esta temática, la publicación rescata -en primer lugar- los hallazgos obtenidos en un estudio denominado “Características de la escuela y la comunidad relacionadas con la victimización por violencia en el noviazgo entre jóvenes en la secundaria”, perteneciente a las autoras Katie Edwards y Angela Neal.
En esta investigación, se realizó una encuesta en New Hampshire (Estados Unidos) durante el año 2013, mediante la cual se analizaron las respuestas de 24.976 estudiantes de 13 a 18 años, quienes detallaron aspectos de su experiencia en las relaciones amorosas.
Entre los principales resultados, se determinó que las tasas más altas de violencia física (pero no sexual) se encontraron en comunidades escolares donde había niveles más altos de pobreza. Por otro lado, también se precisó que los adolescentes de mayor edad, las mujeres, las minorías raciales y las minorías sexuales tienen más posibilidades de sufrir de maltrato en sus vínculos.
Del lado positivo, se logró especificar que cuanto más un adolescente “siente que le importa a la comunidad” menos posibilidades tiene de convertirse en una víctima. En este mismo sentido, ser parte de un colectivo más amplio predijo niveles más bajos de depresión y fracaso académico, incluso entre las víctimas. De hecho, se señala que quienes padecían violencia doméstica y no registraban participación en un grupo comunitario “tuvieron un funcionamiento académico más pobre que las víctimas que estuvieron involucradas” en estas instancias, indica el artículo, con grupos comunitarios.

Exposición temprana
En otra investigación científica, se indagó sobre cómo la exposición temprana a la violencia de pareja (VP) contribuye a que se acepte la asociación positiva entre el amor y el maltrato.
El estudio en cuestión fue desarrollado por las especialistas Michelle Seulki Lee, Stephanie Begun, Anne DePrince y Ann Chu de la Universidad de Denver (Colorado, Estados Unidos) y se titula “Aceptabilidad de la violencia en el noviazgo y las expectativas de daño en la relación entre niñas adolescentes expuestas a la violencia de pareja íntima. Trauma psicológico: teoría, investigación, práctica y política”.
“Una muestra diversa de 79 adolescentes de entre 13 y 20 años, reclutados como parte de un estudio más amplio que examina los riesgos de victimización interpersonal entre las niñas del sistema de bienestar infantil, participó en esta investigación. Los encuestados completaron un inventario de detección de eventos traumáticos”, explica el artículo de APA Practice Organization.

Entre los principales resultados, se aseguró que “la exposición más frecuente a la VP no tuvo un efecto directo sobre la aceptabilidad de la violencia entre parejas; sin embargo, la exposición más frecuente a la VP se vinculó con mayores expectativas de que las relaciones incluyan daño”. En tanto, sí se demostró que “ser testigos de violencia está indirectamente relacionado con la aceptabilidad de la VP a través de asociaciones entre el daño y las relaciones cercanas”, dice la publicación
Además, dice el artículo, “como las opiniones sexistas hostiles de las adolescentes que han sido testigo de maltratos (por ejemplo, que las mujeres son inferiores) aumentaron, también se incrementaron sus creencias de que la violencia entre parejas es aceptable”. Al contrario, en estos casos “el sexismo benévolo (por ejemplo, que las mujeres necesitan protección) no estaba relacionado con la exposición a VP”.

Intervenciones posibles
Sobre la base de estos hallazgos, se pueden delinear acciones de prevención, señalan los especialistas.
En este sentido, APA Practice Organization afirma que “la reducción de la pobreza e incrementar la importancia de un adolescente en su comunidad, son pasos importantes”.
Por otro lado, dice el artículo, “es posible que las intervenciones tengan que centrarse directamente en las expectativas de las niñas sobre las relaciones, a saber, que las relaciones sanas no implican daño. Además, la educación sobre el sexismo en la sociedad y las estrategias para atacar las creencias sexistas hostiles pueden ser necesarias para reducir las actitudes sobre la aceptabilidad de la violencia en el noviazgo”.

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