Por Luz Saint Phat / [email protected]
Un conjunto de recomendaciones permiten potenciar y cuidar al órgano más complejo, integral e importante del cuerpo humano
Sin dudas, el cerebro es el órgano más complejo, integral y necesario para la vida de los seres humanos. Allí se comandan todas las funciones motoras y cognitivas en una inmensa red neuronal y cuidarlo es fundamental.
Desde 2016, la Federación Mundial de Neurología (WFN) conmemora el 22 de julio el “Día Mundial del Cerebro”, con el objetivo de remarcar la importancia de la salud cerebral y concientizar a la población sobre la importancia de la prevención de enfermedades neurológicas.
Al respecto, un comunicado reciente de Press Lab, destaca un conjunto de recomendaciones para el cuidado de la salud mental, sobre la base de las sugerencias de la doctora y neurocientífica Gabriela Gonzáles Alemán (MN 33343).
En el parte de prensa, se destaca que “el cerebro es uno de los órganos vitales del cuerpo. Con la forma de una nuez, lleno de pliegues y cisuras, es el responsable de los pensamientos, las acciones, las relaciones, la vida emocional y la expresión de la personalidad”.
En esta línea, también se explica que “cualquier estímulo que ingresa por los sentidos, se procesa en nuestro cerebro y genera actividad mental y comportamiento. Por eso es importante entrenarlo y cuidarlo”.
En cuanto a las recomendaciones, la profesional sugiere, en primer lugar, la auto observación y la comprensión de las reacciones y las emociones personales en los diferentes contextos. Saber qué estímulos provocan enojo, tristeza, miedo o alegría es fundamental.
Otra cuestión clave es el diálogo interno. Cómo cada persona se comunica consigo misma es una cuestión central en la construcción de la autoestima, la capacidad de logro y el establecimiento de relaciones con el resto de las personas.
Por otro lado, establecer metas concretas y realistas contribuye a mejorar la eficiencia y disminuir el estrés y la ansiedad. “Si una tarea está inconclusa se transforma en una molestia en la atención. Si tus metas son concretas y son realistas, podrán hacerse y terminarse. Por eso, no te propongas algo abstracto como “ser feliz”. En cambio, buscá aquellas cosas que te hacen feliz y proponete hacerlas en concreto”, aseguró la especialista.
Mientras, conectar con la naturaleza, hacer ejercicio físico y tener una vida social activa son factores que impactan significativamente en nuestra salud mental. “Hay evidencia científica de que el contacto con el aire libre y el verde de las plantas estimula la liberación de serotonina, la hormona productora de bienestar en el largo plazo”, indicó González Alemán, y agregó que “la vida con otros da experiencias de interacción que son únicas. Aún en situaciones similares y con las mismas personas, las experiencias siempre son distintas”.
Además, aprender nuevas habilidades y competencias renueva conexiones neuronales y aumenta la plasticidad cerebral.
Finalmente, la profesional asegura que también es importante escuchar activamente a las personas con las cuales se establecen diálogos, con el objetivo de desafiar los propios “pensamientos automáticos”, incrementando los niveles de “empatía” y mejorando las relaciones interpersonales.
Economía y felicidad
La salud cerebral también está vinculada a la felicidad y, a su vez, ésta puede traducirse en beneficios económicos. Así lo planteó también González Alemán en otro comunicado.
“Advertimos que algunas personas que suelen tener buen humor parecen atraer al éxito financiero. Algo nos dice que hay alguna conexión entre el dinero y la felicidad, que según parece, no sería bidireccional. Es decir, pareciera que la felicidad atrae al dinero, pero esta relación no se daría de igual modo a la inversa”, indicó la especialista en otro texto.
“¿Qué hay detrás de nuestra felicidad? Ciertamente, muchas cosas, pero, sobre todo, un cerebro que libera hormonas que configuran estados mentales que definimos como felices. Y esta habilidad del cerebro, de hacernos sentir bien, está muy conectada con el potencial de llenar nuestros bolsillos”, agregó.
“Las empresas que favorecen ambientes de trabajo positivos, en los que las personas se sienten felices, suelen reportar menores tasas de ausentismo y mayores de productividad”, aseguró González Alemán, enfatizando que “ no solo las personas se benefician económicamente, sino que las empresas, las instituciones y, en definitiva, toda la sociedad, pueden beneficiarse económicamente si se cultivan los hábitos que vuelven al cerebro feliz”.
“La felicidad nos ayuda a tomar mejores decisiones. Si estamos de buen ánimo la mayoría del tiempo, nos volvemos más proclives a analizar las situaciones desde una perspectiva optimista y equilibrada. Esto ocurre con la liberación de serotonina, el neurotransmisor que está por detrás de los estados de bienestar duraderos”, puntualizó.
Mientras, entre las acciones que contribuyen a favorecer “ el circuito virtuoso” entre el bienestar y el mejoramiento económico, se destacan el ejercicio regular, el cuidado del sueño, la relajación y el mindfulness, el aprendizaje constante y las relaciones sociales saludables positivas.