Validan prescripción en regulación de honorarios, al momento de ejecutarse

La Cámara interviniente confirmó la sentencia de primera instancia, al advertir que los demandados no habían tenido otra oportunidad de plantear la excepción ya que la regulación de honorarios se realizó sin sustanciación [privado]

Al validar que fue oportuno el momento en que los ejecutados por cobro de honorarios opusieron excepción de prescripción -ya que al momento de regularse los honorarios tal acto se realizó sin su participación- la Cámara Civil y Comercial de Quinta Nominación de Córdoba confirmó la sentencia de primera instancia, que admitió la defensa de prescripción planteada por los demandados al corrérsele traslado de la acción ejecutiva iniciada por el letrado con motivo de los honorarios regulados por la Cámara de Familia por su ejercicio en un juicio de divorcio.

En dicho proceso, el letrado solicitó que se le regularan sus honorarios por las tareas desarrolladas y el tribunal de alzada interviniente dictó el decreto de autos a tales fines. Una vez notificado, uno de los ex cónyuges planteó la excepción de prescripción.

Dicha defensa no fue sustanciada por la Cámara de Familia, por considerar que no era el momento propicio, y procedió a justipreciar los honorarios del letrado solicitante.

"La defensa propuesta no fue sustanciada por el referido tribunal de alzada, que argumentó que el momento propicio para deducir y analizar la defensa sustancial opuesta es cuando el abogado -acreedor de los honorarios- pretenda el cobro de sus estipendios".

Del fallo dictado por la Cámara.

Luego, este profesional inició el juicio ejecutivo especial, persiguiendo el cobro de sus estipendios. En dicha ejecución los demandados plantearon la excepción de prescripción, que fue acogida por el juez de primera instancia. En contra de dicha resolución, el letrado planteó un recurso de apelación, con el argumento de que tal defensa no resultaba admisible, por fundarse en hechos anteriores al dictado de la resolución regulatoria.

Marco

Frente a ese marco referencial, al evaluar la cuestión, el tribunal integrado por los vocales Claudia Zalazar, Rafael Aranda y Joaquín Ferrer indicó que el letrado Gabriel Enrique Ruiz solicitó en el juicio de divorcio caratulado “García Reynoso, Mario Alejandro - Alarcia, Stella Maris -Divorcio Vincular-No Contencioso-” que se regularan sus honorarios por las tareas desplegadas en esos autos, agregando que, ante este pedido, la Cámara de Familia de Segunda Nominación de la ciudad de Córdoba dicta el decreto de autos para regular, el que es notificado a los ex cónyuges, Mario Alejandro Reynoso y Stella Maris Alarcia.

El fallo continuó relatando que, una vez comunicado este proveído, Alarcia planteó excepción de prescripción sosteniendo que ha transcurrido más de diez años desde el dictado de la sentencia de divorcio sin que el letrado peticionara la estimación de sus honorarios profesionales, agregando que esta defensa no fue sustanciada por el referido tribunal de alzada, que argumentó que el momento propicio para deducir y analizar la defensa sustancial opuesta es cuando el abogado -acreedor de los honorarios- pretenda el cobro de sus estipendios.

Incidente

De lo expuesto, la Cámara derivó que a la regulación de honorarios no le precedió un incidente tendiente a fijar los estipendios sino que la Cámara de Familia, ante el pedido de regulación de honorarios, procedió directamente a justipreciarlos, en el entendimiento que correspondía aplicar el artículo 70 de la ley 8226 (Código Arancelario), que “establece una escala entre treinta (30) y setenta (70) jus, sin atender a una base regulatoria concreta. Resaltando que se realizó así por corresponder que se regulen directamente los estipendios sin necesidad de transitar el incidente previsto por el art. 108 y ss., Lp. 9459”.

Así, la Cámara entendió que, por este motivo, “las defensas perentorias (concretamente, excepción de prescripción) opuestas en el ejecutivo especial que el abogado Ruiz inició con la copia del art. 124, Lp. 9459, eran perfectamente admisibles y debían ser tratadas en la sentencia por el juez de la anterior instancia, pues precisamente ese era el momento adecuado para oponerlas”.