Una provincia del oeste de Canadá despenalizó a partir de hoy la posesión de pequeñas cantidades de heroína, fentanilo y otras drogas duras, un cambio drástico en la política para tratar de detener la crisis de los opiáceos que mató a miles de canadienses.
Columbia Británica -de cinco millones de habitantes- es la primera provincia canadiense en experimentar esta excepción, aplicada hasta ahora solo en Oregón (Estados Unidos) y en Portugal.
A partir de hoy y durante un periodo de tres años, los adultos podrán llevar hasta 2,5 gramos de droga para uso personal.
Hasta ahora, los casos más graves de posesión de drogas duras implicaban multas y penas de prisión.
“La situación nunca ha sido más urgente”, sostuvo Carolyn Bennett, ministra de Salud Mental y Adicciones de Canadá, en una conferencia de prensa en la víspera de la entrada en vigor de la nueva normativa.
“Los efectos de esta crisis de salud pública han devastado comunidades en la Columbia Británica y en todo Canadá”, agregó, según consignó la agencia de noticias AFP.
En mayo pasado, al anunciarse el desarrollo de esta medida, la funcionaria había precisado que el proyecto podría aplicarse en otras provincias.
Columbia Británica, epicentro de esta crisis en Canadá, tiene registradas más de 10.000 muertes por sobredosis desde que declaró el estado de emergencia sanitaria en 2016.
Durante la primera ola de la pandemia de coronavirus en mayo de 2020 el número de muertes relacionadas con sobredosis en Columbia Británica superó al número de muertos por Covid-19, sumiendo a la provincia en una doble crisis de salud.
Canadá lleva invertidos más de 800 millones de dólares canadienses (unos 597 millones de dólares) desde 2017 para responder a la crisis de los opiáceos, que fue en gran parte responsable del estancamiento de la esperanza de vida en los últimos años.