Rechazan vínculo laboral de quien ocupó cargos directivos en una federación empresarial

El tribunal consideró que en la causa no se demostró la subordinación laboral alegada por el demandante, quien se colocó en situación de despido a raíz de un recambio de autoridades en la entidad de la formó parte

Al advertir de que el demandante tuvo cargos electivos y ejecutivos de la voluntad expuesta por asamblea y comisión directiva de la Federación de Expendedores de Combustibles y Afines del Centro de la República (Fecac); que ocupó la presidencia y la secretaría de esa entidad, en la que realizó tareas propias de esas funciones y estuvo subordinado a otra autoridad; y que su accionar fue ajeno a un vínculo laboral, la Sala 9ª de la Cámara del Trabajo de Córdoba le rechazó la demanda por considerar desvirtuada la presunción de contrato de trabajo del artículo 23 de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT).

El actor había referido que ocupó cargos electivos y que se desempeñó desde el 1.6.1993 como empleado en funciones gerenciales de administración, con jornadas de ocho a diez horas diarias, de lunes a viernes, además de haber tenido disposición permanente para atender consultas y reportajes las 24 horas del día, hasta el 15.9.15, cuando se colocó en situación de despido indirecto.

Asesoramientos

Agregó que efectuó asesoramiento a asociados, contrataciones de distintos prestadores de bienes y servicios (alquiler de salones para eventos, contratación de profesionales para temas específicos) y participó en el desarrollo de la web de la entidad.

Al resolver, el tribunal integrado por el vocal Daniel Godoy indicó que la prestación de una actividad por el actor en la Fecac hace que ésta deba demostrar la desvirtuación de la presunción de la relación laboral del artículo 23 de la LCT.

En tal sentido, el magistrado señaló que la Fecac sostuvo que la actividad del actor estaba en función de cargos electivos en el consejo directivo, que llevan al ejercicio de atribuciones conferidas en sus actuaciones como presidente y secretario, previstas en los estatutos, en forma ininterrumpida desde el año 1987 hasta julio de 2015, cuando el actor cesa en tal función por cambio de autoridades por elección y luego se coloca en situación de despido indirecto.

Así, el tribunal observó que el inicio de la relación existente se produce con la vigencia del actor en un cargo electivo; esto es, secretario, desde el 30.4.1987, y agregó que en la época referida del 1.6.1993, cuando inicia la relación laboral, era presidente de la Fecac, ya que en el periodo 30.4.87 a 26.3.91 fue secretario; y luego continuó siendo presidente desde el 27.3.91 al 21.8.12, y desde esa fecha volvió a ocupar la secretaría hasta julio de 2015.

Legislador

Asimismo, Godoy indicó que la demandada invoca el cargo de legislador provincial del actor desde el 10.12.2003 al 10.12.2007, a fin de objetivar otra posición ante la manifestación de una actividad gerencial en forma continua e ininterrumpida en horarios de 8 a 10 horas diarias y atención las 24 horas como gerente de la Fecac.

El juez valoró que los testigos no han señalado de qué modo o manera existió algún hecho que lleve a considerar cómo fue que se produjo ese cambio de una situación objetivada en las funciones propias y específicas del actor como presidente, con el agregado, en 1993, a gerente en relación de dependencia.

De lo expuesto, el tribunal derivó que no advierte un hecho de la migración o el “además” en la actividad ajeno al cargo electivo.

Así, de la prueba rendida el juez determinó que las relaciones que tenía el actor con distintas organizaciones, entes públicos y prensa, no escapan a su función electiva, que -además- era socio de una estación de servicios y asociado a la Fecac; que no cumplía horarios y que cuando fue diputado no concurría con frecuencia a la federación. Asimismo, subrayó que los recibos acompañados por el actor desde el 16.1.96 son por honorarios, constando impreso en aqéllos que esas remuneraciones lo eran en carácter de “asesor de empresas de expendio de combustibles”.

Dedicación

De tal modo, el sentenciante evaluó que a esa dedicación en función orgánica resulta difícil agregarle una prestación como actividad gerencial que invoca el actor en relación de subordinación o dependencia.

En esa dirección, el magistrado apuntó que asistir a los socios, conversar con ellos, asistir a reuniones como presidente o secretario, viajar a Buenos Aires, entrevistarse con autoridades, atender a la prensa, implementar las decisiones con tres empleados y con contadores, ingenieros y demás profesionales, según consta en las actas del consejo directivo, no son tareas que pueden entenderse como las de en relación de dependencia, con sus propias decisiones de presidente o miembro de la directiva.

Para el tribunal, tampoco existió dependencia técnica ni jurídica en la especie ni comparte la naturaleza del socio-empleado, por lo que resulta imposible acudir al amparo de un “sujeto trabajador” en los términos y alcances dados por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en los precedentes “Vizzoti” y “Aquino”, debiendo rechazarse la demanda del actor.