Rechazan un supuesto accidente de trabajo por las incongruencias entre su relato y las patologías

El Tribunal Superior de Justicia de Córdoba concluyó que las manifestaciones del juzgador a quo no fueron agraviantes sobre sus sospechas de que se denunciara el presunto siniestro dos días después de ocurrido

La Sala Laboral del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de Córdoba confirmó el rechazo de una demanda al no comprobarse la existencia de un accidente de trabajo, debido a las graves incongruencias entre el relato de los hechos y las patologías denunciadas. El fallo admitió -empero- que las costas sean soportadas por cada una de las partes, revocando la imposición en contra de la actora.

La accionante denunció apartamiento de los términos de la litis y falta de razón suficiente en la conclusión del a quo, a causa de que no se acreditó el accidente laboral de trabajo con testigos y porque se denunció dos días después de que aconteciera.

La demandante afirmó que la exigencia de prueba del accidente alteró las constancias de la causa, porque en el memorial de contestación la ART confesó que aceptó la contingencia y brindó las prestaciones hasta el alta médica.

Por otra parte, la referencia a que fue “sugestivo” que la denuncia ante la ART se hiciera dos días después del hecho, fue una opinión que en modo alguno implica la inexistencia del suceso.

La actora también denunció falta de razón suficiente en la descalificación de la pericia médica oficial, porque la experta verificó en el examen clínico la relación directa entre el traumatismo y las secuelas en la columna lumbar.

A su vez, sostuvo que la ART no formuló informe en disidencia ni requirió ampliaciones, no impugnándola tampoco de manera fundada y señaló que el juzgador aludió a lumbalgia “sin” alteraciones clínicas y radiográficas y/o electromiográficas, que no es lo que surge del informe oficial y que el galeno contó con estudios -radiografías lumbosacras-.

Sin razones

Así, el trabajador denunció que el tribunal no dio las razones por las que concluye que la pericia es infundada e inoficiosa incumpliendo con su deber de fundamentación (art. 155 de la Constitución Provincial).

A su turno, el TSJ integrado por los vocales Mercedes Blanc de Arabel, Luis Enrique Rubio y Luis Eugenio Angulo, no verifició la ausencia de fundamentación ni la violación al principio de congruencia que se le endilga al decisorio con relación a la procedencia del siniestro y enfermedades reclamadas.

En tal sentido, el Alto Cuerpo indicó que el juzgador señaló que el único testimonio rendido en la audiencia de la vista de la causa no hizo alusión al accidente de trabajo denunciado y que recordó, en lo atinente a que la ART aceptó la denuncia y otorgó las prestaciones inmediatas hasta el alta dada unos pocos días después -13 de abril de 2016-, que ello es obligación de la aseguradora, independientemente de la conducta que asuma al respecto con posterioridad.

Los supremos consideraron que es a dicha circunstancia a la que alude la demandada en el memorial de contestación, por lo que -lejos de existir una incongruencia- el impugnante apunta a lograr que se le otorgue un alcance distinto al hecho allí relatado.

Relevante

El TSJ evaluó que tampoco resultó relevante que el a quo, de manera especulativa, indagara sobre los motivos por los que el trabajador no denunció inmediatamente el siniestro, derivando que “ello en tanto sella la suerte de este pleito la descalificación de la pericia médica oficial cuyos argumentos el recurrente no logró conmover”.

El Alto Cuerpo remarcó que el recurrente sólo insistió en la eficacia probatoria de aquel informe y en el objetivo del procedimiento laboral que es la búsqueda de la verdad real, lo cual no es suficiente para revertir que, en el caso, no se acreditaron las alteraciones clínicas que, conforme el baremo, determinarían un grado de incapacidad resarcible frente a la lumbalgia postraumática que se reclama.

Además, los vocales observaron que el a quo constató gravísimas incongruencias en las plataformas fácticas de las acciones acumuladas y presentadas con un día de diferencia (enfermedades profesionales y accidente de trabajo) que lo llevaron a concluir del modo que lo agravia y respecto de lo cual el casacionista guardó silencio.

En consecuencia, el fallo concluyó que lo llevado ante el tribunal revela mera discrepancia con el mérito respecto de la prueba arrimada al proceso y con el resultado adverso a la pretensión de parte, aspectos que exceden la materia de revisión del TSJ.

Costas

Sin embargo, el Alto Cuerpo advirtió que es diferente lo que acontece con la crítica a la imposición de costas, argumentando que la plataforma fijada -dolor en la zona lumbar; informe médico que otorgaba grado de incapacidad derivado del supuesto accidente; certificado del médico tratante y pericia oficial que daban cuenta de la presencia de enfermedades que podrían ser calificadas como profesionales- pudo razonablemente influir en el actor y hacerlo entender que le asistía derecho a reclamar del modo que lo hizo.

Por ello, en el fallo se resolvió que ello justifica que las costas generadas sean por el orden causado, conforme lo autoriza el artículo 28, 1° párrafo, última parte, del Código Procesal del Trabajo.