Rechazan suprimir el apellido paterno en el nombre de un menor de edad

Lo había solicitado la madre. El tribunal concluyó que ésta fomentó la desvinculación de su hijo con el progenitor, al incumplir reiteradamente el régimen de contacto acordado judicialmente

Al valorar que no existió el supuesto abandono del padre con relación a su hijo sino que fue la conducta materna la obstructiva del vínculo paterno-filial, el Juzgado 2º de Familia de Córdoba rechazó la demanda de privación de responsabilidad parental y supresión del apellido, con costas a la progenitora.

El juez Gabriel Tavip recordó que la privación de la responsabilidad parental está regulada en los artículos 700 y 700 bis del Código Civil y Comercial (CCyC), que determinan las causales que habilitan la declaración de aquélla.

Así, el magistrado señaló que en el caso la causal invocada se corresponde con el “abandono del hijo, dejándolo en un total estado de desprotección, aun cuando quede bajo la custodia del otro progenitor o la guarda de un tercero”.

El fallo explicó que el “abandono” referido por la norma debe ser visto en cada supuesto especial y tomando en cuenta el mejor interés para el hijo; y que -para que proceda- debe tratarse de una profunda, prolongada y total desatención del progenitor.

Al hacer un análisis de las actuaciones y teniendo en especial consideración la palabra del niño, el juez entendió que “no se presentan mínimamente las condiciones para hacer lugar a la petición de privación de la responsabilidad parental incoado por la progenitora”.

Asimismo entendió que de las constancias de autos surge que el niño fue inscripto en el Registro Civil de Paraná, Entre Ríos, como hijo de P. G. S. y S. A. B. con el nombre T. A. B. S. y que después de la ruptura de la pareja, el progenitor inició actuaciones ante el Juzgado de Familia N° 1 de aquella ciudad para determinar la responsabilidad parental.

Así, se verificó que tras la audiencia el 20/08/2014, los progenitores acordaron el régimen de contacto padre-hijo y que a raíz de una serie de denuncias formuladas por la mujer, mediante resolución del 19/12/2014 el juzgado que entendía en la causa intimó a la progenitora para que cumpla el régimen de comunicación acordado, bajo apercibimiento de multa.

El juez resaltó que ante el sostenido incumplimiento de la mujer -previa intervención del equipo técnico y de la perita- se resolvió un nuevo régimen de comunicación que permitiera facilitar la revinculación padre-hijo.

Sin embargo, inmediatamente luego de esa resolución, la progenitora de manera inconsulta trasladó el centro de vida de su hijo de Paraná a la ciudad de Córdoba, por lo que tras valorar la prueba, el juez sostuvo que si bien en forma manifiesta la madre reconoce la necesidad de la presencia paterna en la vida de su hijo, en los hechos ha asumido históricamente conductas obstaculizadoras del vínculo.

Además, el magistrado advirtió en el niño un discurso que descalifica el rol paterno con ausencias de aspectos significativos de su historia vital, que lo involucra en la conflictiva adulta, observándose una valoración hostil de la figura paterna y cierta confusión en las relaciones familiares de parentesco y en el registro de sus propios vínculos.

De igual modo, el tribunal observó que la conflictividad de la pareja parental ha incidido en forma significativa en torno a la subjetividad del niño, ubicándolo en condiciones de vulnerabilidad emocional y social en tanto su realidad familiar, lo priva de vínculos más amplios y quedando reducida su experiencia a su acotado núcleo primario.

En ese contexto, el juez advirtió que no podía dejar de considerar lo informado por un centro educativo, del que surge que la presencialidad del niño en dicha institución no pudo sostenerse de forma regular, agregando que a razón de ello, su proceso de aprendizaje se tornó dificultoso, trayendo como consecuencia que no tuviera oportunidad de interactuar son sus pares durante los ciclos lectivos de primer y segundo grado de primaria.

Entrevista

Finalmente, de la entrevista personal con el menor, el juez verificó que -tal como lo señalaron las profesionales del cuerpo técnico- su discurso se encuentra notablemente influenciado por la madre, “dejando entrever una situación de suma labilidad personal y emocional”, resumiendo que si bien el niño hoy tiene poco conocimiento de su padre ello es justamente resultado de la constante y permanente conducta obstructiva de la madre.

Así, el juez concluyó que en el caso no se presenta elemento de convicción alguno que permita corroborar la causal invocada, y que por el contrario, claramente la actitud asumida por la progenitora en cada una de las situaciones que se han dado, permiten verificar que ha incumplido de manera sistemática con el derecho a la coparentalidad.

De esta manera, el magistrado entendió que debe continuar de modo urgente la revinculación padre-hijo, ya que se encuentra seriamente vulnerado el derecho a la identidad del menor en el sentido dinámico y su derecho a ser también cuidado, criado y protegido por el hombre. En cuanto a la supresión del apellido paterno, se valoró que no resulta beneficioso, estimando, por el contrario, que “es un eslabón más en la posición de la progenitora de excluir de la identidad paterna del niño, dejándolo incluso sin la forma de identificación”.