Germán Oestmann, rector de la Universidad Nacional de Chaco Austral (UNCAUS), quedó procesado por corrupción en el marco de una causa que investiga el desvío de fondos del Estado nacional que estaban destinados a la institución.
La medida la dictó el juez federal Aldo Alurralde, quien le enrostró al directivo, cercano al ex gobernador Jorge Capitanich, ser partícipe de una asociación ilícita destinada a transferir recursos que recibía de parte del Gobierno a fundaciones y empresas que estaban a cargo de sus familiares y allegados.
La investigación advirtió la triangulación de dinero a través de giros entre las organizaciones y hasta con algunos de los implicados en el expediente, que integraban una fundación y facturaban servicios a otras.
En su fallo, el magistrado precisó que muchas operaciones no tienen respaldo administrativo o es deficiente. Además, indicó que los balances de las fundaciones fueron auditados por los contadores de otra, por lo que el contralor era recíproco.
Junto a Oestmann quedaron procesados otros 17 empresarios, directivos y empleados de la universidad, por fraude a la Administración Pública, malversación de caudales públicos, abuso de autoridad y violación de deberes.
El proceso judicial surgió a partir de la investigación que condenó, entre otros, al ya fallecido ex rector Omar Judis y a su hijo, Enzo Judis.
En ese contexto, el fiscal apuntó a la relación personal que existía entre ellos y mencionó el trabajo de Oestmann como su abogado, y el rol de Judis padre como secretario de Actas del Consejo Superior Universitario.
Actividad ilícita
En el texto del procesamiento contra el último rector de la universidad se hizo hincapié en la nueva etapa de la institución, destacando la “diversificación” de la actividad ilícita.
De acuerdo a lo determinado en la pesquisa, en estos últimos años surgieron más fundaciones y comenzaron a cometerse otros delitos, como lavado de activos, con más partícipes en las maniobras.
Se concluyó que no hay dudas de que los investigados actuaron ilegalmente bajo el paraguas de la UNCAUS a través de fundaciones, que eran “las personas jurídicas ideales para triangular dinero” porque se rigen por un régimen legal distinto: no les es aplicable la Ley de Educación Superior; no cuentan con controles de su gestión por parte del Estado nacional a través de sus diferentes organismos (como la SIGEN o el Ministerio de Educación); no son objeto de auditorías y se encuentran exentas en materia impositiva, entre otros beneficios.