ESCUCHARSegún el último Mapa Latinoamericano de Feminicidios (MLF), al menos 1.945 mujeres, adolescentes y niñas fueron asesinadas en Latinoamérica y el Caribe en el primer semestre del 2023.
El dato se conoció a horas de conmemorarse el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el sábado 25 de noviembre.
La coordinadora del relevamiento, Paula Spagnoletti, precisó que a nivel regional los casos van en aumento y que en el grueso de los países en los que no aumentaron tampoco bajaron. Lo hizo en diálogo con la agencia oficial Télam.
Los crímenes relevados corresponden a 15 países y el promedio de casos diarios se situó en 10.
El MLF se basó en un análisis regional de datos de este año aportados por 17 organizaciones de la sociedad civil -la mayoría, de la Red Latinoamericana contra la Violencia de Género- sistematizado por la Asociación Civil MundoSur.
Si se compara con el mismo periodo de 2022, considerando los 14 países bajo análisis (se exceptuó a Brasil, ya que no se tiene la información para ese periodo), el delito trepó 12,5%.
Preventivas
Sobre el número, Spagnoletti señaló que lo que se detectó es que “las políticas públicas preventivas que se están aplicando a nivel regional no están teniendo los resultados esperados”.
El país con más suba en la cantidad de hechos fue Cuba (150%), mientras que Uruguay registró una apreciable caída (-62,5%).
Las organizaciones cubanas Yo Sí Te Creo y Observatorio Violencia de Género de Alas Tensas expresaron que el alza se registró en las verificaciones y no en el monto de ilícitos porque “no hay una cifra oficial base y actualizada que marque un referente”.
Spagnoletti ratificó que el Estado cubano no produce informes oficiales y que el único que emitió data de 2016. Explicó que, por eso, “las organizaciones cubanas no tienen datos para comparar” y planteó que “puede ser que los femicidios ya sucedían” en la cantidad actual en el país caribeño.
Por su parte, el Laboratorio de Estudios de Femicidios de Brasil destacó la ausencia de informes con “perspectiva interseccional”. Indicó que muchas muertes de mujeres no son reportadas y citó el caso de los crímenes de indígenas, que quedan ocultas por conflictos territoriales y los de las transexuales.
Argentina
Sobre Argentina, Spagnoletti sostuvo que es uno de los países a destacar dentro de la región porque tiene un organismo oficial, como el que funciona en la Corte Suprema de Justicia. No obstante, dijo que la limitación que tiene es que publica sus informes a año vencido “desconociendo la situación actual de las mujeres”.
Según las fuentes en MLF, de los 35 países que conforman América Latina y el Caribe, sólo en 11 (31%) se conoce la situación con respecto al femicidio en 2023. “Sin la construcción de datos transparentes y actualizados es imposible que los Estados puedan diseñar políticas públicas que realmente subsanen, prevengan y erradiquen la violencia”, resaltó sobre el tema MundoSur.
Durante el primer semestre de 2023 el país con mayor tasa cada 100 mil mujeres fue Honduras, con 4,33 femicidios. Le siguen Puerto Rico, con 2,87, y Ecuador, con 1,74. Los países con menor tasa fueron Chile (0,2) y Panamá (0,28).
El trabajo consignó que la esfera íntima sigue siendo el sitio más peligroso para las mujeres: 58,3% fueron asesinadas por su pareja o ex pareja; es decir, casi 3 de 4 femicidios fueron cometidos por personas cercanas. También reportó que en el 41,32% de los casos se usaron armas de fuego.
Foro de seguridad
A pesar de que desde marzo de 2015 la legislación brasileña prevé penas más severas para femicidas, según los últimos datos del Foro de Seguridad Pública el país sudamericano registró 722 casos en el primer semestre de este año, la cifra más alta desde 2019, cuando se empezó a recopilar información.
En el mismo período se relevaron 34 mil violaciones, un aumento del 14,9% en comparación con los primeros seis meses de 2022.
A finales de octubre pasado, el presidente Luiz Inácio “Lula da Silva” abordó el tema con un proyecto para subsidiar a los huérfanos de madres víctimas. “No es motivo de orgullo que estemos realizando una reunión para discutir una de las cosas más abominables que ocurren en las relaciones humanas en el siglo XXI, que es que una mujer sea convertida en víctima prioritaria en su propia casa por su marido, novio, ex marido, ex novio y, a veces, por otras personas”, dijo al hacer el anuncio.
Ministerio
Antes, en coincidencia con el Día de la Mujer, en marzo pasado, el gobierno Lula (que creó un ministerio específico, como hizo el de Argentina a fines de 2019), aprobó un paquete de medidas; entre ellas, mejorar condiciones de acceso al mercado laboral y ofrecer más asistencia social.
También puso en marcha un programa para construir 40 Casas de la Mujer para alojar a las damnificadas en todo el país, una medida impulsada durante el mandato de Dilma Rousseff y mantenida por la administración de Michel Temer que bajo la gestión de Jair Bolsonaro cambió de nombre y pasó a llamarse “Mujeres seguras y protegidas”.
De las 27 instalaciones anunciadas hace una década (una por estado, más otra para Brasilia, el distrito federal) solo se levantaron siete.
En tanto, de las 40 unidades prometidas por Lula se iniciaron las obras de siete y hay cuatro en proceso de licitación.
El gobierno también lanzó un programa titulado “Brasil sin misoginia”. Fue presentado y promocionado en el sitio web oficial como una propuesta “para la movilización nacional de todos los sectores” -empresas, sociedad civil, ONG, movimientos sociales, instituciones educativas, equipos de fútbol, grupos religiosos y artistas, entre otros- con el objetivo de “hacer frente a la misoginia, el odio y todas las formas de violencia y discriminación contra las mujeres”. Animó a promover “campañas de información y acciones para acabar con la violencia” y para “ampliar los espacios de debate con la sociedad”.
En cuanto a la participación igualitaria en los asuntos del estado, el gobierno fue acusado de ir en la dirección opuesta. Cuando asumió el poder, las ministras de Lula eran 11 de un total de 37. A la fecha hay nueve: tres fueron relevadas por hombres.
“A veces lamento profundamente no poder nombrar más mujeres que hombres”, se justificó Lula. “Sucede que cuando se hacen alianzas con partidos políticos, no siempre tienen una mujer para nombrar”, sumó.
Cabe recordar que Brasil figura entre los países con menor participación femenina en el Parlamento.
Niños
Las estadísticas de violencia en Brasil, un país con competencias de seguridad en cabeza de los estados, arden: reportan más de 47 mil muertes al año.
Ante la escalada del flagelo, el gobierno federal, a través del Ministerio de Justicia y Seguridad Pública, presentó el mes pasado un “plan de combate a las organizaciones criminales” y le asignó casi 180 millones de dólares.
El recrudecimiento de los hechos de violencia -particularmente, en grandes centros urbanos- se suma a operaciones policiales que provocaron la muerte de al menos 11 niños, el triple que el año pasado.
El plan contempla que los estados renueven armas, vehículos y que mejoren los salarios de los agentes.
El ministro de Justicia aceptó las peticiones el gobernador bolsonarista de Río de Janeiro, Cláudio Castro: más recursos para construir cárceles de máxima seguridad y movilizar a la Fuerza Nacional -un cuerpo de policías, militares y bomberos que se activa en emergencias- para vigilar las principales vías de acceso a la ciudad turística.
La iniciativa también busca poner en práctica el Sistema Único de Seguridad, creado por ley en 2018, durante el gobierno de Temer, con el fin de acabar con el desorden de agencias y competencias y cohesionar la lucha contra el crimen a nivel nacional.
Durante la campaña electoral, Lula casi no abordó el tema seguridad. Por lo pronto, los excesos policiales desgastan la base progresista del líder del PT a escala nacional.
