Hasta el momento, la normativa de ese Estado permite que los condenados opten entre la inyección letal y la silla eléctrica. Ante la conocida falta de fármacos para implementar “humanamente” la primera, los presos la eligen y así, junto con los recursos de sus defensas, resisten la sanción
En Estados Unidos, Carolina del Sur, que tiene a 37 hombres alojados en el denominado “corredor de la muerte”, no concreta ejecuciones desde hace una década porque no dispone de los fármacos necesarios para aplicar la inyección letal.
Hasta el momento, la legislación de esa jurisdicción permite que los condenados opten entre aquel método y la silla eléctrica. Ante la conocida falta de insumos, los presos eligen la primera y, así, junto con los recursos de sus defensas, resisten la sanción.
Ahora, el gobernador republicano Henry McMaster sancionó una ley aprobada por el Poder Legislativo estatal que establece que, si no hay drogas para aplicar la inyección letal, el interno deberá ser ejecutado en la silla eléctrica.
La normativa contiene una provisión que introduce otra alternativa para el condenado: morir frente a un pelotón de fusilamiento.
No obstante, la reactivación de las ejecuciones en Carolina del Sur no será inmediata porque los activistas en contra de la pena de muerte ya preparan demandas.
La nueva legislación que sancionó el estado de Carolina del Sur lo convierte en el cuarto del país en incluir el fusilamiento, después de Misisipi, Oklahoma y Utah.
Pentotal sódico
En 2010, los centros penitenciarios de los Estados que aún aplican la pena de capital se quedaron sin pentotal sódico, el anestésico que se usaba para dormir al recluso antes de inyectarle las otras dos sustancias que acaban con su vida.
Según una encuesta de Gallup, 55 por ciento de los estadounidenses considera que la pena capital es el castigo adecuado para un asesino, el apoyo más bajo de la historia.
En ese entonces, Hospira, el único laboratorio que lo fabricaba, anunció que tenía problemas para satisfacer la demanda. Citó dificultades logísticas y trabas para adquirir ingredientes, pero el objetivo de la empresa era dejar de ser asociada con la pena de muerte.
En ese contexto, en Italia, donde se fabricaba uno de los componentes que usa Hospira, la presión mediática para que no se vendiera anestesia destinada a los corredores de la muerte estadounidenses tuvo éxito.
Oklahoma
En abril de 2014, la ejecución en Oklahoma de Clayton Lockette generó horror y polémica, y a partir de ese momento la aprobación de la pena de muerte cayó.
La agonía de Lockette duró 43 minutos. Entre atroces convulsiones, atado a la camilla, llegó a alertar a sus verdugos: “Algo no funciona”, les dijo.
La pesadilla que sufrió Lockette se atribuyó en un principio a una falla en la administración de los fármacos.
La inyección letal, el método de ejecución más empleado en Estados Unidos, se componía tradicionalmente de pentotal sódico (que duerme), bromuro de pancuronio (que paraliza) y cloruro de potasio (que infarta). Por el faltante del primero se aplica un sustituto, el midazolam, que no es eficaz para que la persona no sufra.
Utah
Utah fue el primer Estado en optar por el fusilamiento tras el inicio de la escasez de anestesia, en la búsqueda de un método de ejecución “humano”.
El pelotón en Utah tiene una puesta en escena macabra. Al condenado se lo ata a una silla con la cabeza cubierta con una capucha y cinco agentes del Departamento de Prisiones ofician como verdugos, aunque sólo uno dispara.
La sala de ejecuciones es una habitación de seis metros por siete, cuyos cristales son antibalas y opacos, para proteger “física y emocionalmente” a los testigos.
Carolina del Sur no fijó un procedimiento para fusilar a los penados porque nunca utilizó ese método.
La adopción de la inyección letal fue el resultado de más de un siglo en la búsqueda de una forma “humana” de acabar con la vida de los condenados a muerte, que comenzó con la horca y el pelotón de fusilamiento.
A estos métodos le siguieron la electrocución (la primera silla eléctrica llegó en 1890) y la cámara de gas (1921).
En 1977, luego de que un forense de Oklahoma consideró que en EEUU los animales eran matados con más humanidad que los seres humanos, se diseñó la inyección letal.
Virginia
- En febrero, los legisladores de Virginia aprobaron la abolición de la pena de muerte y de ese modo se convirtió en el Estado 23º que dejó de lado la práctica.
- Se trata de la jurisdicción que más ejecuciones concretó en la historia del país y del primer Estado del sur estadounidense, donde se concentran los territorios partidarios de la pena capital, que la suprime.
- Según el Centro de Información para la Pena de Muerte, Virginia le aplicó la sanción a unas 1.400 personas desde la primera ejecución, en 1608, cuando aún era colonia inglesa.
- La mayoría del Partido Demócrata de ambas cámaras sacó adelante el proyecto de ley basándose en que se aplicó desproporcionadamente a personas de color, con problemas mentales e indigentes.
- Los republicanos locales opusieron resistencia al considerar que la medida dejaba sin reparación a las víctimas y a sus familiares. También alegaron que determinados tipos de delitos son tan terribles que no dejan otra opción que la ejecución.
- Desde que el Tribunal Supremo de EEUU reinstauró la pena capital, en 1976, Virginia ultimó a 113 personas, el segundo número más significativo después del de Texas.
- La normativa implicó la suspensión de las condenas de los dos únicos presos que quedaban en el corredor de la muerte de Virginia, sentenciados en la primera década de este siglo.
- “Esta dolorosa historia expone el racismo que fundamenta la pena capital”, escribió en el diario The Washington Post el demócrata Tim Kaine, ex gobernador de Virginia.
- Kaine -quien, como abogado, antes de dar el salto a la política, representó a varios condenados a muerte- precisó que 55 personas –todas negras– fueron ajusticiadas por violación o intento de violación, entre 1908 y 1955.
Mujer
- En enero pasado, Lisa Montgomery, de 52 años, quien en 2004 mató a una embarazada y se llevó al bebé que gestaba, recibió la pena capital.
- Se trató de la primera ejecución federal de una mujer en casi 70 años. La medida se concretó en el estado de Indiana, en la penitenciaría Terre Haute.
- Montgomery recibió una inyección letal. El Departamento de Justicia emitió un comunicado en el cual precisó que el método fue recomendado por unanimidad por un jurado federal.
- La Corte Suprema desestimó los últimos recursos presentados por los abogados de la condenada, con la disidencia de tres de sus nueve integrantes.
- A su turno, los defensores de Montgomery alegaron que padecía trastornos mentales graves como consecuencia de las agresiones y violaciones que sufrió cuando era niña.
- Donald Trump, entonces presidente, partidario de la pena de muerte, ignoró una petición de clemencia y apoyó que se concretara la ejecución de la mujer.
- En 2005, Montgomery, madre de cuatro hijos e incapaz de tener un quinto porque se había ligado las trompas, identificó a quien sería su víctima, una criadora de perros de 23 años, en Internet.
- Contactó a la joven con la excusa de comprarle un perro de raza terrier y acudió a su domicilio, donde la estranguló, le abrió el útero, tomó a la beba que gestaba -que sobrevivió- y la abandonó.
- Las ejecuciones en el ámbito federal se reanudaron en julio de 2020, después de 17 años de pausa. Durante ese mes se concretaron diez sentencias a muerte.