Padres deben compartir gastos extraordinarios de hijos que compiten en triatlón

El Juzgado de Familia de 5ª Nominación de Córdoba hizo lugar a las solicitudes de reembolso de 50% de gastos extraordinarios planteadas por cada uno de los padres, referidos al triatlón, actividad deportiva que realizan sus hijos en común.

La jueza Susana Squizzato definió que lo que caracteriza un gasto como “extraordinario” radica en que la necesidad que cubre sea imprevisible al momento de fijarse o convenirse la cuota ordinaria o que no tienen una periodicidad prefijada por derivarse de cuestiones imprevisibles.

En el caso se precisó que la madre pidió reembolso por la mitad del 50% de los gastos extraordinarios que están a su cargo, lo que no fue convenido ni fijado judicialmente con anterioridad, por lo que resultaba importante analizar las constancias y la interpretación que de ellos han efectuado las partes, conforme las actividades que desarrollan sus hijos.

En ese marco, se valoró la respuesta que dio el padre, quien formuló su propia pretensión de reembolso, también de 50% de los gastos que dice haber efectuado a favor de sus hijos.

La magistrada analizó que ambos menores -G., de 16 años, y F., de 13- realizan una actividad de competición que excede la simple actividad extracurricular que podría estar prevista o contemplada dentro del costo de la cuota ordinaria y que no podrían desarrollar si ambos padres no la hubieran consentido.

Squizzato reparó que el triatlón es un deporte que implica la realización de tres disciplinas deportivas (natación, ciclismo y carrera), que se realizan en orden y sin interrupción entre una y otra.

Al respecto, se destacó que de las conductas observadas por las partes en el proceso no surge oposición a la participación de los hijos en dicha actividad y en las competencias, estimándose que los actos celebrados por uno de los progenitores cuentan con la conformidad, al menos tácita, del otro.

Definido ese escenario, el tribunal evaluó cada uno de los gastos que cada parte pretende que le sea resarcido 50%, pero aquellos que han sido realmente acreditados, observando que los pagos que no tienen comprobante en forma, no serán reconocidos, por lo que que acompañar tal documentación, como una factura, recibo o constancia de transferencia es lo mínimo que debe diligenciarse a tal efecto.

Distinción

En cuanto a la cuestión específicamente deportiva, el fallo indicó que se deben distinguir los gastos de salud, los de adquisición de indumentaria y los de inscripción en eventos o competencias, más los de alojamiento. Si bien los de salud, en principio, deberían ser cubiertos por la obra social, en este caso en particular se trata de desembolso que pueden considerarse extraordinarios porque se realizan en relación a la actividad efectiva de los menores.

Respecto de la comida y el combustible se entendió que son gastos ordinarios, incluidos en la cuota común, ya que estando fijada una cuota alimentaria ordinaria, aquéllos deben considerarse como integrantes de la misma, pues a priori no cumplen a priori con el requisito de ser un “ gasto que no acostumbra a suceder según el curso natural y ordinario de las cosas ” y que, en todo caso, deberán ser objeto de una incidencia especial.

La jueza concluyó que los gastos que surgen como extraordinarios “ se pueden resumir en los referidos a la actividad deportiva propiamente que practican los adolescentes, que incluyen los gastos de reparación de las bicicletas, la indumentaria, los gastos de inscripción y de competencias, además de los mencionados en relación a la salud derivados de la actividad deportiva ”.

Liberalidades

Además, el tribunal advirtió que los gastos por compra de celulares y auriculares no encuadran dentro de la categoría de extraordinarios y “ deben ser consideradas meras liberalidades efectuadas por el progenitor, atento que no resultan gastos necesarios que tiendan a cubrir necesidades impostergables, que no acostumbren a suceder según el curso natural y ordinario de las cosas, por lo cual sostuvo que no corresponde reconocerle el 50% de dicho rubro ”.

Con relación al curso que el padre reclama y la madre rechaza diciendo que era optativo, el juzgado señaló que “ ha sido en beneficio de los hijos, y se encuentra vinculado a la actividad que realizan y, por lo tanto, siendo que ambos progenitores tienen el cuidado compartido, pueden tomar estas decisiones en conjunto o decidir cuál es la mejor actividad para cada uno de sus hijos ”.

En definitiva, en el fallo se resolvió hacer lugar parcialmente a la solicitud de reembolso o reintegro de 50% de los gastos efectuados por ambos progenitores y, luego de compensados tales valores, disponer que en el plazo de 10 días de notificada la resolución, el padre acredite el pago íntegro de la suma que resulta de la compensación con los gastos reconocidos en concepto de reembolso de los gastos extraordinarios.