Llevaron el caso a la Justicia. La jueza ordenó jornada simple para el niño de cinco años y curso de inglés sólo algunos días de la semana. Afirmó que la diferencia de los padres colocaba al pequeño en una situación de tensión y de mayor vulnerabilidad
La Justicia debió resolver un planteo referido a la cantidad de horas que un niño de cinco años debía pasar en una institución educativa ya que sus padres no se ponían de acuerdo sobre si mandarlo a un colegio con doble escolaridad o no.
Según los detalles de la causa, el padre estaba de acuerdo con que el menor asistiera a un colegio doble turno para que aprendiera idioma inglés, pero la madre no compartía esta visión y aseguró que le generaría un estrés a su hijo que, con sólo cinco años, “ya vivió la separación de sus padres”.
Por el desacuerdo solicitaron la intervención judicial. La jueza de Familia Nº 1 de Tigre, Sandra Veloso, expresó que la elección de la doble jornada en la educación de un niño presenta corrientes en favor y en contra. “El debate se ha planteado no sólo entre especialistas, educadores y padres sino en la sociedad toda”, sostuvo.
En esa línea, la magistrada detalló que la doble escolaridad es ventajosa pero puede significar una gran carga de estrés para aquellos niños que no estén preparados, y se advierte una gran pérdida de espacios de juego.
La jueza solicitó entrevistas con el niño para escuchar su opinión al respecto y concluyó que no existen en la causa elementos que permitan determinar con certeza si debe asistir a una doble escolaridad o no. Asimismo, resaltó que la falta de acuerdo de sus padres “lo coloca en una situación de tensión y de mayor vulnerabilidad”.
Finalmente, Veloso resolvió hacer lugar al pedido de la madre y ordenó que el menor curse sus estudios en un colegio de jornada simple y complemente sus estudios de inglés con profesores particulares algunos días por semana.