Antes de ser imputados, Nicolás Ciccone y su yerno, Guillermo Reinwick, dijeron que se reunieron con el funcionario para “salvar” su empresa y que los derivó a su amigo y socio, Núñez Carmona. La alzada enfatizó que el recurrente no tiene interés directo en el planteo que efectuó.
Mientras el vicepresidente Amado Boudou declaraba ante el juez Ariel Lijo como imputado por la presunta comisión del delito de negociaciones incompatibles con la función pública en el marco de la causa Ciccone, la Sala I de la Cámara Federal porteña declaró abstracto el pedido de nulidad de las testimoniales del ex dueño de la imprenta, Nicolás Ciccone, y de su yerno, Guillermo Reinwick.
Con la decisión de los vocales Eduardo Freiler, Eduardo Farah y Jorge Ballestero, Lijo fue confirmado al frente en la causa.
Dictámenes
En tanto, la Alzada solicitó nuevas medidas de prueba para investigar la “ruta del dinero” detrás del salvataje a la empresa; fundamentalmente, según señalaron, “aquellos dictámenes que proponen internarse en el análisis de la procedencia de los fondos aplicados al levantamiento de la quiebra de la entonces Ciccone Calcográfica SA y en el estudio de las capacidades financieras de las personas físicas y jurídicas con ellos vinculadas”.
Paralelamente, le ordenó a Lijo que “amplíe la investigación” citando a indagatoria a más personas, tal como había peticionado el fiscal Jorge Di Lello.
A su turno, las defensas de Boudou y de Alejandro Vandenbroele peticionaron que se invalidaran las testimoniales que Lijo les tomó a los miembros de la familia en calidad de testigos.
Al declarar en el proceso antes de que Lijo los convocara para esta semana como imputados, tanto Ciccone como Reinwick dijeron que se encontraron con Boudou, entonces titular de la cartera de Economía, cuando buscaban una “figura influyente” que los ayudara a conseguir un plan de pagos para las deudas impositivas de su empresa y que el vicepresidente “derivó el asunto” en su socio y amigo, José María Núñez Carmona, que “terminó pidiéndoles 70% de la empresa a cambio de salvarla”.
Sin éxito, Diego Pirola, abogado del vice, intentó que Lijo declara nulos esos dichos. Luego, apeló ante la Cámara Federal.
Sin embargo, el tribunal consideró que el reclamo era abstracto porque las inminentes indagatorias de ambos serán las que, finalmente, quedarán firmes.
De esa manera, excepto que en su interrogatorio Lijo haga referencia al contenido de las declaraciones anteriores de Ciccone y Reinwick -lo que podría ser objetado- los testimonios de ambos serán los que den el viernes y, en todo caso, tanto Ciccone como Reinwick, podrán ratificar lo que ya manifestaron, repitiéndolo, o rectificarlo, ya que como testigos estaban obligados a decir la verdad, bajo juramento, pero como imputados los asisten garantías para que no se autoincriminen.
Contradicción
En su fallo, la Alzada enfatizó: “Más allá de que en sus presentaciones los recurrentes tropiezan con la contradicción de reclamar la asistencia a un acto que, a su criterio, no debió haber existido, lo cierto es que fueron invitados por el juez a formular por escrito las preguntas que desearan dirigir al testigo, mas no lo hicieron”.
Además, subrayó que si bien tal estrategia fue -como expresaron- “deliberada”, a efectos de no convalidar el acto reputado arbitrario, nada les impedía obrar al interior del “espacio que entonces se les brindó” y, a la vez, encauzar por una vía autónoma y paralela su queja formal. “De tal modo hubiesen expresado su disconformidad sin resignar, en el camino, la cabal defensa de los intereses de los que resulta titular su asistido”, plasmó.
Además, la Alzada consignó en su sentencia: “Cabe recordar que las defensas, a lo largo de sus diversas presentaciones, cuestionaron el carácter de testigo en el que Ciccone declaró en el expediente. Sin embargo, el planteo que dio origen a esta incidencia se circunscribió a criticar, no la decisión por la cual fue citado bajo ese rol, sino aquella que les impidió asistir a la testimonial recibida en consecuencia”.
En esa inteligencia, la Cámara concluyó que sea ya por resultar ajeno al específico objeto de controversia o bien por haber sido impugnado de modo extemporáneo, las pretensiones de los recurrentes no reunían los requisitos legales necesarios para desplegar una controversia que, sobre el particular, ameritara una decisión.
Vandenbroele
Además, subrayó que ni Boudou ni Vandenbroele podían invocar un interés directo en la declaración de nulidad de los testimonios; ello así, por cuanto no son sus propias situaciones en el sumario las que se debatían en los actos atacados ni sus derechos los que se habrían visto perturbados.
Por otra parte, descartó aquel interés porque ambas defensas fracasaron a la hora de demostrar cómo el contexto en el que se canalizaron las afirmaciones de Ciccone incide en los actos que continuaron y cómo hubiese variado la forma en la que quedó signado el proceso de haber tenido su lugar bajo los cauces de una indagatoria, tal cual venían reclamando.