Entre diciembre de 2020 y marzo del 2021, Lucio Dupuy, el infante presuntamente asesinado por su madre, Magdalena Espósito, y la pareja de la mujer, Abigaíl Páez, ingresó en, al menos, cinco nosocomios de Santa Rosa, La Pampa, con distintas lesiones.
Teniendo en cuenta que el personal sanitario que recibió al niño no alertó sobre la situación, una vez que finalice el debate oral por el crimen la familia paterna de Lucio denunciará al sistema de salud pampeano por ignorar las alertas y no anoticiar al Judicial.
“La denuncia es genérica y luego irán apareciendo los responsables. La demanda es a los funcionarios de salud”, precisó el abogado que patrocina al papá de Lucio, José Mario Aguerrido, en entrevista con el medio capitalino Infobae.
Por lo pronto, se sospecha que ninguno de los médicos que atendió a Lucio ingresó para revisar sus antecedentes médicos en otros hospitales y que, si lo hicieron, no se inquietaron por el hecho de que un pequeño de 5 años haya sido llevado tantas veces a distintos centros asistenciales.
El 15 de diciembre del 2020, Lucio fue atendido en el Hospital Evita de Santa Rosa por traumatismos en miembro superior. Tres días después, fue llevado al Hospital Molas por una fractura de muñeca y mano. El 22 de enero de 2021, el nene fue revisado en un dispensario del barrio Río Ateuel, nuevamente por un traumatismo en uno de sus brazos.
El 1 de febrero ingresó otra vez al Hospital Evita de Santa Rosa por traumatismos en el cuerpo.
Menos de dos meses despupes, el 23 de marzo, volvió a entrar al Evita, por una deformidad en un dedo a raíz de una fractura ósea: alguien le había tirado el dedo para atrás hasta rompérselo.
A ningún galeno le pareció extraño que un infante presentara las citadas lesiones y su historial fue ignorado.
Según precisó en letrado de los Dupuy, tras el crimen del infante se registraron más de 300 ingresos injustificados a su histórica clínica. “Creemos que eso fue sólo morbo. Esperamos que se investigue a quienes ingresaron sin necesidad luego de la muerte”, manifestó.