El conductor del auto en el que viajaba Valentino Blas Correas (17) cuando fue asesinado de un balazo policial al pasar por un puesto de control vehicular en la ciudad de Córdoba en agosto de 2020 aseguró hoy, al declarar en el juicio que se le sigue a 13 efectivos, que “los policías dejaron” que el adolescente “se muera”, ya que, “cuando todavía respiraba, nada hicieron por salvarle la vida”, al tiempo que recordó que su amigo lo “miraba” y le “pedía ayuda”.
“A Blas lo tenía en mis brazos. Me miraba y pedía ayuda. Nunca voy a olvidar esa mirada”, manifestó esta mañana ante el jurado popular y el tribunal técnico de la Cámara 8va. del Crimen Juan Cruz Camerano Echavarría, el joven que manejaba el Fiat Ago atacado por la policía, quien hoy cumple 21 años.
Según recordó, el episodio ocurrió cuando la noche del 5 de agosto de 2020 acordó con sus amigos reunirse para ir a un bar y mientras se trasladaban por cercanías de una rotonda del barrio de Las Flores, en la zona sur de la capital cordobesa, tuvieron un incidente de tránsito con dos personas que iban en una moto, quienes rompieron el espejo retrovisor del auto en el que se movilizaban.
Camerano Echavarría relató que, en ese momento, pensaron que esas personas iban a robarles, motivo por el cual escaparon rápidamente del lugar.
Sin embargo, cuando se trasladaban por la avenida Vélez Sarsfield y Romagosa, dijo, vieron dos móviles policiales con efectivos que les hicieron señas para que se detuvieran.
El joven recordó que, mientras reducía la velocidad, vio que un policía “toma el arma, la desenfunda y apunta contra el auto”.
“Me dio miedo y seguí de largo (…) Me asusté. Era la primera vez que veía un arma desenfundada”, recordó el joven, quien agregó que, instantes después, se dio cuenta de que le habían “acribillado el auto” y escuchó que Blas le dijo a Camila (Toci) que le habían disparado y le pidió que le agarrara la mano.
En esas circunstancias, añadió el testigo, buscaron un centro de salud cercano y fueron al sanatorio Aconcagua. “A los gritos pedimos ayuda y nos dicen que no nos va a atender”, recordó.
Por tal motivo, agregó, decidieron seguir camino rumbo a un hospital, aunque en el trayecto fueron interceptados por la policía.
“A los policías les pido por mi amigo que se estaba muriendo, que lo había matado la policía”, continuó el testigo, quien aseguró que Blas “seguía vivo”.
“Lo escuchaba cómo luchaba por respirar, estaba agonizando, suplicábamos que alguien lo vea”, recordó Camerano Echavarría, tras lo cual aseguró, con congoja, que “nada hicieron por salvarle la vida”.
“Los policías dejaron que Blas muera”, remarcó.
Tras ello, el joven contó que un importante número de efectivos comenzó a llegar a ese lugar y que los maltrataron, al igual que más tarde, en la oficina central de la fuerza, donde, dijo, ni siquiera los dejaron ir al baño.
Camerano Echavarría contó que, cerca de una hora después, supo que Blas había muerto: “Lloré sobre el pecho del chofer de la ambulancia. Habíamos pasado de estar riéndonos a estar en una oficina de homicidios y con un amigo muerto”, manifestó, quebrado.
El joven continuaba este mediodía respondiendo preguntas de las partes y, una vez que finalice su testimonio, declarará Camila Toci (16), otra de las amigas que estaba en el automóvil cuando Blas fue baleado.
Por el homicidio se encuentran acusados el cabo 1° Lucas Damián Gómez (37), que según la fiscalía, efectuó cuatro disparos con su arma reglamentaria contra el automóvil, entre ellos el quemató a Blas, y el cabo 1° Javier Catriel Alarcón (33), quien disparó en dos oportunidades.
Ambos llegaron al juicio como “coautores de homicidio calificado por haber sido cometido en abuso de su función y homicidio agravado por el empleo de armas de fuego, homicidio calificado por abuso de su función en grado de tentativa reiterado -cuatro hechos- y homicidio agravado por el empleo de armas de fuego en grado de tentativa reiterado -cuatro hechos”.
En tanto, los restantes acusados, todos policías, son Sergio Alejandro González, Wanda Micaela Esquivel, Yamila Florencia Martínez, Walter Eduardo Soria, Enzo Gustavo Quiroga, Jorge Ariel Galleguillo, Leonardo Alejandro Martínez, Rodrigo Emanuel Toloza, Ezequiel Agustín Vélez, Leandro Alexis Quevedo y Juan Antonio Gatica.
Los cargos que enfrentan son de ‘falso testimonio, encubrimiento por favorecimiento personal agravado por la calidad funcional y omisión de deberes de funcionario público’, ya que se les imputa, entre otras cosas, haber “plantado” un arma para simular un enfrentamiento con los chicos.