ESCUCHARCésar Grau, abogado, candidato al Consejo de la Magistratura la Nación. propone cambiar al reglamento de concursos para hacerlos más ágiles y eficientes. Asegura que faltan abogados en el Poder Judicial.
Las elecciones del 26 de septiembre próximo decidirán quién será el abogado que durante los próximos cuatro años represente a los letrados del interior del país ante el Consejo de la Magistratura de la Nación. Están habilitados a votar 95 mil letrados de todas las provincias menos Capital Federal, que tuvo la semana pasada su propia elección, en la que triunfó Adriana Donato.
En estos comicios, uno de los candidatos es César Grau, quien participará de las elecciones representando la lista 3 “Equidad con M.A.Y.O.” (Más Abogacía y Oxigenación).
Grau viene del gremialismo de los abogados, fue miembro de institutos del Colegio de Abogados de Rosario y llegó a presidir la Caja de la Provincia de Santa Fe. De paso por Córdoba, Comercio y Justicia dialogó con él.
-¿Por qué decidió postularse para integrar el Consejo de la Magistratura?
– Hace más de 22 años que trabajo intensamente en el ejercicio profesional de abogado, y en el fuero federal de mi ciudad, Rosario. La reforma constitucional de 1994, fruto de un consenso importante entre los argentinos, reestructuró la justicia, quitando facultades a los otros poderes del Estado. Así, al crearse el Consejo de la Magistratura, el constituyente quitó la facultad discrecional del Poder Ejecutivo de designar los magistrados y se la confió a un cuerpo colegiado con la incorporación y representación equilibrada de varios actores o estamentos. Con gran acierto, entre los nuevos actores están los académicos, quienes hacen su necesario aporte desde la ciencia jurídica, y los abogados. Considero que la abogacía actualmente es la cenicienta en el Consejo de la Magistratura, raleada del rol de equilibrio que deseó el pueblo argentino mediante sus constituyentes.
Hoy la sociedad, en su gran mayoría, descree del funcionamiento del servicio de justicia, no es necesario indagar mucho al respecto. Por ello mi motivación es poder cumplir con ese mandato de la Constitución Nacional y que el Consejo de la Magistratura sea el motor del cambio necesario en la Justicia del siglo XXI.
– ¿Qué opinión le merece el actual Consejo de la Magistratura?
-Actualmente el Consejo no está a la altura de la responsabilidad que le otorgó la Constitución Nacional (CN). No cumple eficientemente con el mandato que surge del artículo 114 de ella. Esto puede tener varias causas, pero una esencial está dada en el “perfil” del consejero de la magistratura.
-¿Cuál debería ser ese perfil?
-El perfil es necesariamente de conciliación. Estamos en un cuerpo colegiado en el cual las decisiones son colectivas. La función de bisagra entre los representantes de los tres poderes del Estado (legisladores, jueces y representante del ejecutivo) lamentablemente nunca fue entendida por los representantes anteriores por el estamento de la abogacía, conformándose con un rol de cenicienta.
– ¿Cuál cree será el perfil que Ud. podrá darle al Consejo si es elegido consejero?
-Soy un hombre esencialmente de diálogo y de gestión. Cuando ejercí el cargo de presidente de mi Caja, la Caja de Seguridad Social de la Provincia de Santa Fe, y luego la presidencia del Consejo Coordinador de todas las Cajas de Abogados y Procuradores de todo el país, puedo decir con orgullo que nunca se sometió una cuestión a votación dividida. Siempre se logró el consenso. Y aclaro que los distintos representantes de estos órganos provenían de muy distintas realidades, diferencias generacionales y de región e ideologías (peronistas, radicales, socialistas, etcétera). Pero el diálogo incansable y constante logra los mejores resultados. Todos se sienten mejor cuando son partícipes de las decisiones y se avanza con mucha más motivación.
– Volviendo a la situación del Consejo ¿cómo cree que se podrá agilizar la selección de jueces?
– Estableciendo metas y criterios de riguroso cumplimiento. La salud actual de la Justicia federal está al borde del colapso, con lo cual urge el dictado de un nuevo reglamento, mucho más ágil y dinámico que el actual. Los representantes abogados actualmente no integran la Comisión de selección de jueces y también se encuentra vedada la posibilidad de participar como jurados en los concursos, en los cuales sólo participan los jueces y los académicos. Esto debe modificarse. En la actualidad, sólo 7% de los abogados de la profesión llega a integrar una terna en los concursos y, por el contrario, 93% de los seleccionados proviene de una retroalimentación interna del sistema. Resulta necesaria la incorporación de más abogados al Poder Judicial, que permita su necesaria oxigenación.
Además, proponemos que las normas de calidad de la familia IRAM/ISO 9000 sean de aplicación concreta, para que el procedimiento actual, ostensiblemente lento y burocrático, cuente con una herramienta que permita dar fluidez y excelencia en los métodos de selección. La voz de la abogacía organizada tiene mucho que aportar a un Consejo más moderno y eficiente.
– ¿Qué otros cambios impulsaría de ser elegido en este cuerpo?
– Hace unos días, cuando expuse -en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba- las propuestas de nuestra lista 3 “Equidad con M.A.Y O.”, comentaba que era de público y notorio que la salud de nuestro Poder Judicial era precaria. Las diatribas crispadas, las descalificaciones injuriosas y la violencia verbal no contribuyen a su mejoramiento. Por ello, nuestra fuerza y compromiso de trabajo se centralizará en la búsqueda incansable del consenso y la unión a partir de postulados comunes que permitan construir, con ese ideario, una mejor Justicia. Es el aporte de la Abogacía Organizada en estos tiempos.
