La causa del cese fue la incapacidad

Indemnizan a un trabajador jubilado de la EPEC, al interpretarse que al momento en que el contrato laboral estaba vigente, el demandante ya portaba una minusvalía superior a 66% de la total obrera

Al entender que la causa del cese del vínculo laboral fue la incapacidad absoluta del trabajador, por lo que se consideraron cumplidos los requisitos exigidos por la norma cuya aplicación solicitó aquél al demandar, la Sala 5ª de la Cámara del Trabajo de Córdoba admitió el derecho del accionante a percibir la indemnización prevista en el cuarto párrafo del artículo 212 de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT) contra la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC) .

El juez Alcides Ferreyra indicó que en el peritaje medico surge que el grado de incapacidad es de 70,40%, establecido por la junta médica de la Caja de Jubilaciones, Pensiones y Retiros , faltando establecer si fue la causa del cese laboral.

En cuanto a la norma que se pretendía aplicar, el magistrado interpretó que el reclamante debe aportar la prueba concreta que permita determinar en juicio que la incapacidad absoluta que porta existía a la fecha de la ruptura del contrato de trabajo.

En relación con ello, se destacó que el actor puso en conocimiento de la patronal que el día 27.12.2019 se le había otorgado jubilación por invalidez, al haberse transformado su jubilación por invalidez provisoria, previamente otorgado por el ente encargado de ello, en definitiva.

Contestación

Además, el fallo señaló que la demandada en su contestación reconoce que el actor estuvo en uso de carpeta médica desde septiembre de 2012 por enfermedad inculpable, agregando que también reconoce que con fecha 11.12.2014 la Caja de Jubilaciones rechazó el pedido de jubilación por invalidez debido a que las afecciones no presentaban un porcentaje superior a 66% de la total obrera (TO) a los fines previsionales, por lo que se prorrogó el beneficio del cobro de sus salarios por licencia por enfermedad un año más, según la previsión convencional aplicable, pero antes del vencimiento del referido plazo, el actor instó nuevamente el trámite ante la Caja para la obtención del beneficio previsional.

El juez analizó que esta situación permaneció hasta que el 1 de octubre de 2015 el ente previsional otorgó el beneficio de la jubilación por invalidez provisorio al demandante, cuyo vencimiento operó el 1 de marzo de 2017, a raíz de lo cual presentó su renuncia al cargo en EPEC a los fines de acogerse a dicho beneficio.

Bajo esas premisas, el tribunal consideró que la accionada cuestiona que el actor no estaba incapacitado absolutamente en los términos exigidos por la LCT, lo cual quedó desvirtuado con la prueba.

Además, consideró la información enviada por el Sanatorio Allende acompañando la historia clínica del actor, de la cual surge el largo peregrinar sanitario que ha tenido que recorrer el actor para mantener su salud, consumiendo la medicación que le suministraban los médicos tratantes.

Padecimientos

Así, el fallo valoró que consta que el trabajador fue operado de columna, que en 2009 fue reintervenido de artrodesis lumbar, que a los 17 días se lo vuelve a operar por trastornos del injerto óseo, que a los 20 días sufre dolor costal derecho, se estudia con centello y focalización D7 y D8, luego comienza con fiebre, se procede a efechemocultivo con pseudomonas, probable absceso, síndrome medular con retención aguda de orina y paraplejia, fue intervenido quirúrgicamente con liberación de la médula y drenaje de absceso.

Luego fue diagnosticado de osteomielitis, en el año 2012 dolor dorsal y sensación de hiperestesia en región anterior del tórax, mismo año en que fue operado de siringomielia y surge de la historia clínica que en 2013 continuó con innumerables padecimientos, con dolores crónicos que no cedían e incluso que se lo quiso intervenir quirúrgicamente para tratar de aliviar el dolor, pero que el accionante no aceptó debido a las múltiples operaciones a las que ya había sido sometido.

Sin dudas

Entonces, el vocal concluyó que no hay dudas de la incapacidad que porta el actor es absoluta para todo tipo de trabajo y que estuvo presente al momento del cese laboral, circunstancia que, por los antecedentes médicos y licencias que obtuvo, estaba en conocimiento pleno de la accionada.

Finalmente, la sala recordó que la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha dicho que la incapacidad absoluta al tiempo de la extinción del vínculo es el factor dirimente para admitir el reclamo fundado en el artículo 212, 4° párrafo, LCT, sin que obste el acogimiento a un beneficio jubilatorio.

En consecuencia, en el fallo se resolvió que le asiste razón al actor en su reclamo, debiendo admitirse la demanda por la indemnización por incapacidad, puesto que al momento de distracto se ha dictaminado que el actor portaba una incapacidad absoluta para el trabajo.