Justifican despido de asistente de un geriátrico por descuidar a los ancianos internados

Al demostrarse parte de las faltas cometidas por la accionante, asistente geriátrica que prestaba labores para la demandada Residencia Privada Geriátrica San Jorge de Aragón SRL, que motivaron su despido y tuvieron la entidad suficiente para dar por terminado el vínculo laboral, aun cuando no se hayan demostrado en la comunicación de la rescisión, la Sala 2ª de la Cámara de Trabajo de Córdoba validó dicha cesantía.

La jueza Sofía Keselman Preocupez indicó que el distracto se formalizó mediante instrumento, con base en las inobservancias y faltas que cometiera la demandante, acaecidas en tres diferentes días los días 23/8, 27/8 y 3/9. En la primera de esas jornadas, al hacer caso omiso de las expresas instrucciones recibidas respecto a la puerta de ingreso, un paciente -que ya había intentado escaparse en otras ocasiones- aprovechó esa situación y huyó, siendo encontrado por el servicio 107 y la policía, que lo llevaron hasta la casa de un familiar, notándose su ausencia sólo cuando cambió la guardia.

“Linyera”

Se añadió que, en el segundo de los días analizados, la paciente N. O. no fue higienizada y fue entregada por la accionante a su hija en “ estado de linyera ”, con deposiciones en su cuerpo y ropa sucia, procediendo este familiar a retirarla de la institución, prescindiendo de los servicios, en tanto que -en el tercer día en cuestión- parientes de un paciente. relataron que, al momento de retirarlo de la entidad, se encontraba en “ pésimas condiciones de higiene ”, con olores, estado deplorable, sin afeitar, con un pantalón roto que dejaba ver el pañal que tenía colocado, no obstante tener el paciente ropa en condiciones y lo necesario para una buena higiene.

Agregaron asimismo que ese mismo día entregó a la paciente O. M. sin higienizarla y profiriéndole mal trato verbal, lo cual fue escuchado por el hijo de aquél, quien también advirtió el mal estado de higiene del enfermo, situaciones éstas que no pudo justificar en modo alguno y quedaron asentadas mediante la intervención de una escribana.

Así las cosas, la jueza sostuvo que la narración de la notaria “ hace fe pública en orden a que fueron tales dichos los que la actora profirió en su presencia ”.

De conformidad con lo expuesto, la vocal tuvo por reconocido que efectivamente un residente se escapó del hogar y que la actora se encontraba trabajando el día en que ello tuvo lugar, y que como justificativo manifestó que el día de ese hecho en el establecimiento sólo se encontraba ella con “ sólo dos asistentes ” para cuidar “ a casi 30 abuelos ”.

Declaración

El tribunal valoró que de la declaración rendida por E. M. N. se corrobró que fue la actora quien incurrió en el descuido que motivó la huida del paciente referenciado, al indicar que hubo un paciente que se escapó porque se olvidaron de cerrar la puerta con llave y relató que éste fue regresado por la policía, resaltando que fue la accionante quien omitió colocar la llave, conforme surgía de la filmación que dijo haber visto personalmente.

Asimismo, el fallo evaluó que también esa testigo dio fe del episodio que la reclamante protagonizó con relación a un residente, “ donde recordó la testigo que lo entregó a sus familiares en paupérrimas condiciones, lleno de materia fecal; dijo saberlo porque el familiar vino y se quejó con ella cuando llegó a la tarde ”, considerando la jueza que los hechos referidos “ revisten, en sí, una envergadura suficiente para poner fin al contrato, en atención a la especial tarea que la actora desempeñaba ”.

La decisión añadió que “ a tenor de lo expuesto, se torna indiferente que no se hayan demostrado las restantes imputaciones formuladas a la reclamante ”, subrayando que en relación a la cantidad de personas que se alojaban en la residencia, que la diferente versión que han dado las testigos sobre el particular “ en nada modifica la suerte del reclamo, al sostiene que aun cuando se estimara que es veraz la manifestación de las declarantes que fueron propuestas por la actora en torno a que aquellos eran aproximadamente cuarenta, que es la capacidad total del hogar, no surge de ello que se hubiera asignado a la actora el cuidado de un número mayor que el permitido ”.

En definitiva, la magistrada concluyó que “ no se ha demostrado la existencia de una sobrecarga de exigencia que pudiera obrar como eximente de los incumplimientos reprochados, en consecuencia, en el fallo se resolvió que el despido directo dispuesto por la empleadora se ajustó a derecho ”.