Todo estaba listo para comenzar, los testigos ya habían sido citados y aguardaban para declarar. El Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados y Funcionarios del Poder Judicial (Jury) abría el debate rechazando todos los incidentes que había planteado la defensa en el día anterior. A partir de allí y a pesar de la pretensión de continuar con el proceso, la defensa de Moll -ejercida por el abogado Alejandro Zeverín- pedía la palabra y nuevamente el juicio quedaba empantanado.
Zeverín abría su alocución sosteniendo que “todo lo actuado en el debate debía ser declarado nulo”. El planteo, esta vez, iba dirigido a quien ejercía la presidencia del tribunal, la vocal del TSJ María Esther Cafure de Battisteli. “Esta presidencia es ilegal”, acusó el abogado al sostener que quien debía presidir el Jury era su titular, el legislador Walter Saieg. “No fui notificado de algún cambio”, dijo.
El planteo de incidentes siguió. El abogado defensor de Moll se ofuscó al escuchar que el Jury ordenaba remitir el escrito, presentado ayer en el juicio para ser incorporado como prueba documental en el debate, al Tribunal de Disciplina del Colegio de Abogados de Córdoba. “Esto es una injuria, el escrito no es falso, tiene el sello de la Legislatura”, cuestionó severamente mostrando una copia del documento. “Yo lamento las fallas de la Secretaría; es un problema de ustedes, no mío”, recalcó.
Más adelante volvió con los planteos sobre la incapacidad psiquiátrica que le impediría a Moll continuar con el debate. “Yo los admiro por sus conocimientos psiquiátricos”, remarcaba Zeverín a los jurados, a quienes reiteraba su reclamo de llamar a una junta médica que resolviera este punto.
Acto seguido tomaba la palabra el titular del Ministerio Público Fiscal, Darío Vezzaro. En ese momento el jefe de fiscales aclaraba que una cosa es quién ejerce la presidencia del Jury y otra quién está cargo de la audiencia del debate, como moderador. Así, rechazaba el planteo de nulidad, el que consideró también extemporáneo.
A continuación, Cafure de Batistteli retomó la palabra y se dispuso a comenzar con el cuestionario formal respecto de las condiciones personales del acusado. Consultado, Moll dijo no recordar su domicilio y tampoco poder declarar, por no estar “en condiciones psíquicas de hacerlo”. Esa situación fue aprovechada por Zeverín quien rápidamente le dijo al tribunal que estaba incurriendo en un “atropello” si continuaba la audiencia en las condiciones en las que se encontraba su cliente.
El debate pasó a un cuarto intermedio. Al reanudarse, el Jury hizo lugar al reclamo de la defensa y ordenó que Moll fuera sometido de inmediato a una pericia psiquiátrica. En el mismo momento, el fiscal acusado de mal desempeño aparentemente se descompensó dentro de la Sala Regino Maders y fue retirado para su atención médica. La audiencia se suspendió hasta la tarde.
Hasta nuevo aviso
A las 17 horas el juicio se reanudó, pero esta vez con la ausencia de Moll y la asistencia de su médico psiquiatra, Carlos Lorusso. Zeverín advertió al Tribunal que su defendido continuaba internado y pidió que se le tomara declaración al profesional que conocía cuál era su cuadro. El pedido no fue aceptado y el defensor se previno en forma a todos los integrantes Jury, a quienes amenazó con responsabilizar por lo que pudiera ocurrirle a Moll de decidirs