Irregularidades en el trámite no frustraron otorgamiento de adopción simple

La Corte Suprema precisó que entre todos los intereses en juego se impone el del sujeto más vulnerable. La infante pasó prácticamente toda su vida -de los nueve meses a los 11 años de edad- en el hogar de los integrantes del matrimonio guardador

Por priorizar la estabilidad afectiva y social de una infante, la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) admitió una queja y declaró procedente el recurso extraordinario deducido por los guardadores de la niña, a quienes les otorgó su adopción simple pese a que el trámite estuvo viciado.

En su decisorio, la Máxima Instancia precisó que, entre todos los intereses en juego, el más importante es el del sujeto más vulnerable.

Bajo esa premisa, enfatizó que debía tenerse en cuenta que la nena pasó prácticamente toda su vida -desde los 9 meses a los 11 años- en el hogar que conforman los integrantes del matrimonio guardador , que se encuentra totalmente integrada a su familia y que, en forma refleja, los considera sus padres. También destacó que manifestó que quiere estar con ellos.

“No se puede negar la importancia que el tiempo tiene en los primeros años de vida de los infantes en el que desarrollan su procesos de maduración y aprendizaje”, señaló.

Escritura

Sobre las irregularidades del trámite de adopción -entrega de la niña mediante escritura pública por parte de la madre, quien no contaba con abogado; falta de inscripción de los guardadores en el Registro de Adoptantes y ausencia de una declaración previa de adoptabilidad- , la Corte subrayó que si bien constituyen “conductas reprochables y prohibidas por el ordenamiento”, no se podría restar peso a las consecuencias que podría generar la modificación en la condiciones de existencia de la niña en su estabilidad afectiva y social.

“La circunstancia de que la madre no hubiera contado con asistencia técnica al tiempo de decidir dar a su hija en adopción ni en la audiencia celebrada posteriormente no puede restar validez a esa voluntad inicial que fue mantenida en el tiempo”.

(Del fallo de la Corte Suprema de Justicia de la Nación).

Por ello, revocó la sentencia que dejó sin efecto la guarda con fines de adopción alegando que no es posible considerar satisfecho el interés superior del niño modificando su situación socio-afectiva para respetar el debido proceso legal “sin valorar otras cuestiones que permiten dar una respuesta que resuelva de mejor modo” los intereses de la infante involucrada.

“La circunstancia de que la madre no hubiera contado con asistencia técnica al tiempo de decidir dar a su hija en adopción ni en la audiencia celebrada posteriormente, no puede restar validez a esa voluntad inicial que fue mantenida en el tiempo”, aclaró.

Intención

En esa línea, precisó que la intención de la mujer fue ratificada en sede judicial tres años después, ocasión en la que admitió haber contado con asesoramiento jurídico sobre el alcance de su postura. Además, detalló que más tarde reiteró su voluntad durante el trámite de adopción, al afirmar expresamente que no quería perjudicar a su hija y que no era su deseo “sacarla” del domicilio de los guardadores.

“Las razones que habrían motivado a la madre biológica a cambiar de criterio respecto de la decisión de dar en adopción a su hija -uso del apellido materno, vinculación con sus hermanos o a un arrepentimiento- no pueden echar por tierra las consecuencias de una clara declaración de voluntad inicial formulada por una persona adulta que no sólo no lucía afectada de un grave vicio susceptible de tornarla inválida, sino que, primordialmente, dio lugar a la creación de un vínculo afectivo cuya modificación -en el estadio actual- traería consecuencias inevitables en sus componentes , en especial en la niña; máxime cuando no se han invocado otros motivos de entidad que sustenten una solución diferente”, estimó la Máxima Instancia.

La Corte señaló que, más allá de la relevancia que adquiere la existencia y la validez de las gestiones a cargo de los registros nacionales o locales de adoptantes en resguardo de las personas menores de edad, resulta inadmisible que tales requisitos constituyan un obstáculo a la continuidad de una relación afectiva de larga data entre una niña y sus guardadores.

En tanto, señaló que más allá de la relevancia que adquiere la existencia y la validez de las gestiones a cargo de los registros nacionales o locales de adoptantes en resguardo de las personas menores de edad, resulta inadmisible que constituyan un obstáculo a la continuidad de una relación afectiva entre la niña y el matrimonio que la acogió de inicio, que demostró, en principio, reunir las condiciones necesarias para continuar con la guarda que le fuera confiada.

“La consideración del interés superior debe orientar y condicionar toda decisión de los tribunales llamados al juzgamiento de los casos que involucran a los infantes en todas las instancias, incluida la Corte Suprema, a la cual, como órgano supremo de uno de los poderes del Gobierno Federal, le corresponde aplicar -en la medida de su jurisdicción- los tratados internacionales a los que nuestro país está vinculado, con la preeminencia que la Constitución Nacional les otorga”, recordó.

En otro tramo de su decisorio, resaltó que la configuración del interés superior del menor exigirá examinar en cada caso las particularidades del asunto y privilegiar, frente a las alternativas posibles de solución, aquella que contemple -en su máxima extensión- la situación real del infante. “Este tribunal ha subrayado con especial intensidad que aquel principio no puede ser aprehendido ni entenderse satisfecho sino en la medida de las circunstancias particulares comprobadas en cada caso, desde que de lo que se trata es de alcanzar la máxima certidumbre respecto del modo como mejor se lo satisface”, abundó.