Indemnizan a trabajador de la construcción que padece de parálisis facial por una caída

Los estudios médicos presentados demostraron la patología que había sido rechazada en primera instancia

Al verificar que con la prueba médica se demostró que el trabajador quien, al caerse cuando prestaba tareas, sufrió una lesión en la mandíbula, la Sala Laboral del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) admitió como patología una “lesión del nervio facial unilateral central” y condenó a Prevención ART a pagar el porcentaje de incapacidad determinado por el peritaje en disidencia.

El demandante se agravió por el rechazo parcial de la demanda, se quejó por la improcedencia de la “parálisis facial izquierda” y alegó omisión de considerar pruebas incorporadas que acreditaban su origen y carácter parcial y permanente.

El trabajador refirió que dicha patología se probó con el certificado del especialista en medicina laboral y legal y con la ficha del Sanatorio Allende del 29/11/2009.

El Alto Cuerpo, integrado por Mercedes Blanc de Arabel, Luis Enrique Rubio y Luis Eugenio Angulo, admitió parcialmente la demanda al hacer lugar a la patología “lumbalgia postraumática con limitación de movimientos”, con una incapacidad de 6,25% de la total obrera (TO).

El TSJ indicó que, con sustento en el peritaje psiquiátrico, el a quo concluyó que el actor padece de “personalidad esquizoide de base y desorden mental por estrés postraumático imputable al episodio sufrido” (15% TO), totalizando ambos padecimientos 21,25%, TO, y rechazó la demanda en lo demás.

Circunstancias

El Alto Cuerpo consideró que el tribunal de mérito, para arribar a la conclusión cuestionada, dejó de lado elementos dirimentes para resolver lo controvertido, sin atender a las especiales circunstancias del caso.

Respecto del hecho, tuvo por cierto que el accidente de trabajo ocurrió y que el actor cayó del balcón del edificio donde laboraba e impactó contra el piso, previo a ser frenado por otros elementos, como medias sombras y chapas.

Asimismo, consideró que dicho relato devino conteste con lo determinado con relación a la atención que realizó la aseguradora de riesgos del trabajo (ART) y la intervención de la Comisión Médica Nº 5. Además, constató que el propio día del accidente el accionante ingresó al Sanatorio Allende, donde se lo internó durante cinco días en unidad de terapia intensiva (UTI) con un TCE (traumatismo cráneo encefálico) y se le realizó una TAC (tomografía axial computada).

El TSJ agregó que también se le efectuaron estudios complementarios: DX (proceso de determinación de tipo de enfermedad sobre la base de las quejas y síntomas), que determinó una desviación mandibular a la izquierda con vértigo postraumático, ortopantomografía (imagen completa de toda la estructura dental, bucal y facial) y videonistagmografía.

Ante tal panorama, se valoró que resultaba trascendente la referencia efectuada por la comisión médica en su dictamen del 29/6/2010 en cuanto a la incapacidad otorgada por el asegurador: 11%, TO, por “fractura de cráneo por pérdida de conocimiento”, y el diagnóstico de dicho organismo “traumatismo de cráneo con fractura frontoparietal derecha”, más allá de concluir que el damnificado no presentaba secuelas indemnizables.

Reconocimientos

De ello, el TSJ derivó que estos reconocimientos adquieren relevancia frente a la magnitud del siniestro y el derrotero hospitalario del actor, infiriendo que conduce a la necesidad de corregir el porcentaje de la minusvalía resarcible en razón de que se encuentra acreditado que el trabajador ya había obtenido el reconocimiento de la afección craneal por parte de la ART, así como la confirmación del diagnóstico en la sede previa.

La decisión subrayó que esta conclusión encuentra además respaldo en el peritaje de control de parte, que constató “lesión del nervio facial unilateral central”, determinó incapacidad y aclaró que, si bien otorga 9%, TO, el profesional lo obtiene luego de aplicar erróneamente el método de la capacidad residual.

El Alto Cuerpo indicó que, efectuada la corrección correspondiente, se arriba a un porcentaje de 10%, TO, acorde con lo dispuesto por el baremo 659/1996 para las lesiones de los pares craneales.

En definitiva, se entendió que resultaba más adecuado al valor justicia y a los principios que informan el derecho del trabajo otorgar plena eficacia de convicción en este aspecto al peritaje médico en disidencia.

En virtud de lo expuesto, en el fallo se resolvió que correspondía anular el pronunciamiento y, por las razones expresadas, condenar a la demandada por la patología “lesión del nervio facial unilateral central” derivado del siniestro acaecido, cuya incapacidad asciende a 10%, TO, adicionándosele a la incapacidad ya mandada a abonar por el a quo, con el interés fijado en el pronunciamiento principal.