ESCUCHARPor Matías Altamira*
Tan esperado como necesario es que la historia clínica de cada persona sea de esa persona, lo que, al hacer un paralelo con la telefonía celular, sería la portabilidad de la historia clínica.
En ese norte empezó a caminar el país con la flamante ley 27706 (Programa Federal Único de Informatización y Digitalización de Historias Clínicas de la República Argentina).
Este 16 de marzo salió publicada en el Boletín Oficial, con la finalidad de instaurar, en forma progresiva, el Sistema Único de Registro de Historias Clínicas Electrónicas, en línea con las leyes 26529 (de Derechos del Paciente en su relación con los Profesionales e Instituciones de la Salud) y 25326 (de Protección de los Datos Personales).
El calificativo que se repite en varias oportunidades a lo largo del texto normativo es el de “progresivo”, porque reconoce que el trabajo hasta lograr una historia clínica única nacional será largo y exigirá muchos esfuerzos conjuntos de todos los actores involucrados.
Se destaca aquel reconocimiento, que evita una implementación instantánea y forzada que claramente fracasaría.
Es una buena oportunidad para insertar esta necesidad en el ámbito médico y hospitalario, al estar todas las instituciones relacionadas implementando y optimizando sistemas informáticos para mejorar su gestión interna.
Algunos años atrás, al estar la historia clínica registrada en papel, era materialmente imposible su acceso y consulta desde cualquier otra institución; por ejemplo, para hacer una interconsulta.
El Poder Ejecutivo determinará cuál será la autoridad de aplicación. Se estima que será el Ministerio de Salud, entre cuyas variadas funciones estará generar un marco de interoperabilidad entre los sistemas que se encuentren en funcionamiento con los sistemas a crear, tanto en los sectores público y privado y del ámbito de la seguridad social.
Ya existen en el mercado softwares que facilitan la vinculación entre sistemas, realizando otro paralelo; sus características son similares a los archivos .pdf que, sin importar el software que uno utilice, los podrá leer sin inconvenientes.
La interoperabilidad será esencial para lograr el éxito, para lo que deberá derribar tantos compartimientos estancos y cerrados que fueron implementándose faltos de un criterio de generosidad.
Una exigencia que será costosa es instalar el software gratuito en todos los hospitales públicos, nacionales, provinciales y municipales; y en los centros de salud privados y de la seguridad social.
El primer aspecto a considerar, antes de disponer que será gratuito, es evaluar quién lo podrá desarrollar, si será una única empresa o institución pública o si será en sana competencia de los privados respetando estándares únicos. El segundo aspecto, si la gratuidad estará solo en la provisión del software o en la provisión, mantenimiento y actualización. El tercer aspecto es cuál será el organismo que brindará soporte de norte a sur y de este a oeste de este vasto país. Decir que algo tan complejo será gratuito es un anhelo que será muy difícil de materializar.
Otro tema a destacar, entre los muchos que tiene esta norma de unos pocos artículos, es que el Sistema Único de Registro de Historias Clínicas Electrónicas deberá contener los datos clínicos de la persona o paciente, de forma clara y de fácil entendimiento, desde el nacimiento hasta su fallecimiento. Esta exigencia requerirá una infraestructura muy significativa, si es que está unificada, o un trabajo armónico muy prolijo si los datos están dispersos en distintos soportes.
Realizando un cálculo rápido, si una persona promedio vive unos 80 años y tiene solo 12 acontecimientos médicos por año, con una población estimada de 44 millones de personas, esa base de datos contendrá como mínimo unos 42.240.000.000 datos únicos, que deberán estar accesibles las 24 horas de cada día del año.
La iniciativa es muy importante y necesaria. La implementación progresiva es decisiva porque serán muchos los desafíos que se presentarán para lograr su eficiente funcionamiento. El primer paso está dado y es muy positivo.
(*) Abogado
