El sacerdote Julio César Grassi, acusado de abuso sexual y corrupción de menores, minimizó el caso de un niño de 8 años que habría intentado suicidarse por haber sido abusado en un hogar que depende de la Fundación Felices los Niños, al decir que "se puso un cable al cuello" para llamar la atención de una docente.
Antes de ingresar ayer a los tribunales de Morón, Grassi dijo que el niño del hogar San José, del barrio porteño de Chacarita "se puso un cable al cuello para llamar la atención de una docente pidiéndole que lo adopte".
En tanto, el abogado querellante en el juicio que se le sigue a Grassi por 17 hechos de abuso, consideró que se trata de otra denuncia por "nuevos hechos sexuales que en este caso ocurrieron en la sede de la Fundación Felices los Niños, de Chacarita". Gallego dijo que esta nueva situación "muestra el perfil de la institución que debería proteger a los niños" y sostuvo que "la denuncia fue hecha por un vicario de la Capital Federal".