La Justicia laboral de Rosario falló a favor de un asalariado –de la planta de General Motors (GM) de Argentina-, quien deberá recibir siete millones de pesos de la aseguradora de riesgos del trabajo (ART) Omint SA, en concepto de indemnización por los daños ocasionados por los esfuerzos de sus tareas.
El empleado inició una demanda contra Omint ART SA para reclamar el pago de las prestaciones dinerarias correspondientes a la Ley de Riesgos del Trabajo (LRT) por la enfermedad profesional que padece como consecuencia de las labores desempeñadas para GM de Argentina SRL.
El hombre ingresó a la empresa en 2005 como empleado polivalente completo y cumplía jornadas diarias rotativas de ocho horas. Desde el inicio de la relación laboral debió realizar permanentes movimientos repetitivos de carga y descarga, levantamiento de elementos de gran volumen y peso aproximado de 15/20 kg, todo ello en posiciones antiergonómicas. Ésta es una postura que se registra cuando el tronco o las extremidades se encuentran en contra de la gravedad, lo cual aumenta la carga física ya que requiere mayor actividad osteomuscular para vencer aquélla.
En 2018, cuando tenía 39 años, comenzó a sentir molestias en su zona lumbar y lo comunicó a su empleadora, pero ésta no trasladó sus afecciones a la aseguradora y entonces canalizó la atención de sus dolencias ante su obra social.
Le diagnosticaron hernia de disco y fue sometido a una cirugía. Como las dolencias continuaron con adormecimiento en las piernas, limitación en la flexión de su espalda y renguera, realizó la denuncia de sus padecimientos a la ART, que rechazó el siniestro por considerar que no se hallaba expuesto al agente de riesgo.
Reclamó indemnización por el padecimiento de hernia de disco operada con alteraciones clínicas y electromiográficas moderadas con limitaciones funcionales que atribuyó al trabajo realizado para GM de Argentina SRL. La ART, al contestar la demanda, negó cada uno de los hechos denunciados por el trabajador.
Según el informe pericial médico, el trabajador quedó con una incapacidad obrera laboral de casi 25%, del que se atribuye 15% a la hernia discal operada. Ante la negativa de la ART, los compañeros del denunciante efectuaron una descripción minuciosa de las funciones y demostraron los esfuerzos físicos a los que se encontraba sometido.
De este modo, la jueza laboral Silvana Quagliatti emitió la resolución en su favor y sostuvo que “luce demostrado de manera evidente el nexo de causalidad entre las tareas realizadas y la patología relevada en la pericia médica”.
Además, la magistrada dispuso aplicar desde que cada concepto indemnizatorio se tornó exigible, y hasta su efectivo pago, dos veces la tasa activa sumada que publica el Banco de la Nación Argentina.