Por primera vez, la Justicia argentina condenó a miembros del Servicio Penitenciario Federal (SPF) por el delito de torturas contra una persona privada de su libertad.
El fallo se conoció ayer y corresponde al Tribunal Oral Federal Nº 1 de San Martín, que resolvió condenar a cuatro de los siete agentes del SPF que habían sido acusados del delito de torturas físicas y psíquicas en 2011 a Brian Núñez, un joven que por entonces tenía 20 años y estaba privado de su libertad en el Establecimiento Anexo V del Complejo Penitenciario Federal para Jóvenes Adultos.
Los condenados deberán cumplir entre 8 y 9 años de prisión. La Procuración Penitenciaria de la Nación litigó como querellante en la causa, y Brian Núñez estuvo representado por la Defensoría General de la Nación (DGN).
Los agentes penitenciarios acusados de agredir a Núñez eran cuatro: Juan Pablo Martínez (jefe de turno), Roberto Cóceres, Víctor Guillermo Meza y Javier Enrique Andrada. Martínez recibió la pena más alta: el tribunal le dio nueve años y seis meses por considerarlo coautor de torturas. Cóceres y Meza fueron condenados a 8 años y seis meses de prisión, y Andrada (de la sección “requisa”) resultó absuelto. Es el agente que Brian no reconoció en las fotos, aunque en el transcurso del proceso habían aparecido otras pruebas.
Los otros tres penitenciarios estaban acusados de haber omitido la denuncia por los hechos de tortura: Juan José Mancel, el jefe de día del complejo, resultó el único condenado entre ellos, con dos años de prisión en suspenso; mientras que Ede Martín Vallejos (celador del pabellón donde empezó la tortura) y Juan Fernando Morinigo (requisa) -quien sigue trabajando donde ocurrieron los hechos- resultaron absueltos. El 30 de junio se divulgarán los fundamentos de la sentencia. El tribunal también dictó la inhabilitación absoluta y perpetua para ejercer cargos públicos para todos los condenados.
El caso
El 16 de junio de 2011, la Selección argentina jugaba contra Uruguay por los cuartos de final de la Copa América. Núñez tenía 20 años y estaba detenido en el penal de Marcos Paz, acusado de robo agravado.
Con algunos compañeros habían logrado el permiso para ver el partido. Sin embargo, los penitenciarios cambiaron de opinión.
Brian se quejó. En represalia, le dieron una golpiza que lo dejó tres meses sin caminar.