Román Di Santo, ex jefe de la Policía Federal durante el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, quedó imputado por las graves irregularidades detectadas en la escena donde se halló el cuerpo del fiscal Alberto Nisman. En la misma situación procesal quedó Luis Heilder, ex jefe de la Prefectura Naval.
El año pasado, el fiscal Eduardo Taiano reclamó las medidas por “la existencia de concretas y graves irregularidades cometidas por los funcionarios públicos en el departamento” de Nisman.
Di Santo se presentó en el juzgado de Julián Ercolini para entregar un escrito. Explicó que estuvo en el lugar “por orden de Sergio Berni”.
Sostuvo además que su actuación se limitó a la de un auxiliar de la Justicia, junto con otros funcionarios presentes, y que no dio “ninguna orden ilícita ni inmoral”.
“Tercera vía”
Las irregularidades que denunció Taiano incluyen la omisión de revisar una “tercera vía” de acceso al departamento, la pérdida de evidencias cruciales y la presencia de huellas de agentes en lugar de las de potenciales autores.
Aunque Berni declaró que solo habló con la ex presidenta dos veces durante la madrugada del 18 de enero de 2015, los registros revelan 31 comunicaciones, cinco de ellas mientras el ex secretario de Seguridad de la Nación estaba en la escena del crimen. Los investigadores de la causa, caratulada como homicidio, sostienen además que mientras los peritos trabajaban hubo gente que comió y tomó en la vivienda del fallecido fiscal del caso AMIA.
El operativo en el departamento de Nisman fue ampliamente cuestionado. Fallas como la limpieza con papel higiénico de la pistola utilizada eliminó posibles rastros de huellas.
La imputación de Di Santo y Heiler inicia el camino judicial para establecer las responsabilidades penales.
Sandra Arroyo Salgado
En septiembre pasado, en el marco de un evento cultural, la jueza federal Sandra Arroyo Salgado, ex esposa de Nisman y madre de sus dos hijas, volvió a hablar públicamente sobre la muerte del fiscal. La mujer reiteró que Nisman fue asesinado y habló sobre las circunstancias que rodearon sus últimos días.
“Que Nisman fue asesinado no es una creencia mía, sino que está probado en el expediente”, expresó la jueza.
La jueza repasó las irregularidades que, según estimó, marcaron la investigación. “No fue tan fácil, no fue tan rápido, no fue tan lineal. En el interregno hubo muchísimas marchas y contramarchas. Muchas irregularidades, no solo en un primer momento, frente al desaguisado que todos hemos visto en los medios de comunicación, realizado por los propios investigadores que debían preservar la escena del crimen”, afirmó.
“La escena no era solamente el baño donde entró una tropilla de gente, sino que era todo el departamento y las torres Le Parc: los ingresos, egresos, todos los accesos. Preservar las filmaciones de las cámaras de seguridad. Nada de eso se hizo”, sumó.
Además, recordó el contexto político en el que se produjo la muerte del fiscal, a cuatro días de que presentó una denuncia penal contra la ex presidenta por encubrimiento del atentado terrorista contra la AMIA, y horas antes de llevar sus pruebas ante el Congreso.
Puerta de servicio
La jueza, además, reveló un dato impactante relacionado con una publicación del diario Página 12 del 18 de enero de 2015, el mismo día en que hallaron muerto a Nisman.
Mostró una copia del periódico y destacó que el titular principal dice “Es por la puerta de servicio”, acompañando una foto del fiscal con los ojos cerrados. “Es la primera vez que yo veo una foto de Nisman con los ojos cerrados, con la misma inclinación en su cabeza a cómo resultó retratado el cuerpo al momento del hallazgo por la puerta de servicio”, señaló, y sugirió que este tipo de imágenes y mensajes en los medios contenían señales mafiosas y amenazas encubiertas.