La Cámara resaltó también que debía tenerse en cuenta que la empresa contaba con una amplia gama de sanciones disciplinarias, a las que podría haber acudido antes de decidir aplicar la más grave -el despido-, que procede luego de agotar aquéllas y cuando el incumplimiento es de tal gravedad que impide la prosecución del vínculo laboral.
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