La Sala V de la Cámara de Apelaciones del Trabajo confirmó la sentencia que rechazó la demanda por despido incoada por un dependiente que consideró que fue forzado a renunciar luego de que sus jefes hallaron en su PC material pornográfico y de pedofilia.
El actor se quejó de que el a quo no considerara probadas las “presiones e intimidaciones” que dijo haber sufrido y que, finalmente, lo llevaron a renunciar.
La alzada razonó que si bien era lógico que el actor se hubiera sentido incómodo, no probó la coacción que -según aseguró- explicaba su renuncia.
En tal sentido, la Cámara reseñó que los testigos confirmaron la inspección sobre la computadora del trabajador; que aseguraron que el procedimiento llevó varias horas debido a la cantidad de material y que si bien cuando comenzó el actor no estaba presente, lo llamaron para que concurriera a una reunión con sus superiores, lo cual hizo. “No surge probado el presupuesto de coacción o intimidación para renunciar que se invocó en la demanda”, aclaró la Sala, coincidiendo con el a quo en cuanto a que la voluntad del accionante no estuvo viciada al momento de renunciar.
Impresión
“Puede ser cierto que como consecuencia de la reunión y de los hallazgos efectuados en la computadora y elementos de trabajo del actor éste se sintiera incómodo”, acotó el tribunal.
“Si bien la situación relatada puede haber hecho una fuerte impresión en el actor relativa al temor fundado de sufrir un mal inminente y grave en su persona, libertad, honra o bienes, o de su cónyuge, descendientes o ascendientes, no puede olvidarse que no existe injusta amenaza cuando el que las hace se redujese a poner en ejercicio sus derechos propios”, puntualizó.