La Justicia laboral condenó solidariamente a un demandante junto a su letrado patrocinante a solventar las costas del pleito iniciado, al advertir la presencia de plus petición inexcusable en mérito a que ambos presentaron demandas contra distintas empresas en las que se relataba haber prestado tareas para ellas en iguales períodos y horarios, pero en diferentes lugares.
La controversia fue protagonizada por Teodoro Ramón Chacoma, quien en su momento ante la Sala 11ª laboral manifestó que durante el período comprendido entre el 1 de marzo de 2003 y el 1 de setiembre de 2004 se dedicó a la carga y descarga de alimentos balanceados de Biofarma SA; en tanto que en la Sala 7ª, con el mismo patrocinio letrado de Carlos Albarracín, en igual período y horarios, relató haber hecho carga y descarga de carbón, leña y carbonilla para Alberto Santiago Anderlique, Adrián Anderlique y de Distribuidora Chaco SRL.
La Sala 7ª laboral, integrada por Arturo Bornancinci, señaló que “de la simple lectura del contenido de ambas demandas, a la sazón patrocinadas por el mismo letrado, y sin mayor esfuerzo intelectual, surge que es materialmente imposible que el actor haya trabajado en forma simultánea e ininterrumpida en los mismos horarios a las órdenes de dos empleadores distintos durante el período comprendido entre el 1 de marzo de 2003 y el 1 de setiembre de 2004, cumpliendo las mismas tareas”. “Agravado por el hecho de que se trata de dos establecimientos distintos, separados por una considerable distancia entre sí”, subrayó el vocal.
En consecuencia, se destacó que “es obvio que no podía estar durante ese período cargando y descargando mercaderías al mismo tiempo para dos establecimientos, ya que ningún, absolutamente ningún ser humano puede simultáneamente encontrarse en dos lugares totalmente distintos en idénticos horarios, y por lo tanto este hecho indubitable, habida cuenta que surge, nada más ni nada menos, de actuaciones judiciales efectuadas con total intención, discernimiento y voluntad”.
Ante ello, se advirtió que “está demostrando desde ya la temeridad puesta de manifiesto por el actor y su letrado patrocinante, desde que este último no podía ignorar estos hechos, ya que también fue quien lo asistió técnica y jurídicamente en la otra demanda”.