Dejan sin efecto reducción de la cuota alimentaria que se paga a joven mayor discapacitado

Los jueces sostuvieron que los padres de una persona minusválida no se eximen de abonar su manutención por la mayoría de edad de ella sino que deben mantener sus condiciones de vida básicas, a lo largo de su existencia. Por ello, revocaron la merma que había beneficiado al padre

La Cámara 2ª de Familia de Córdoba hizo lugar al recurso de apelación interpuesto por la madre de un joven mayor de edad, con discapacidad mental grave, y revocó una petición del padre para reducir la cuota alimentaria que percibe, y una cautelar para abonar un porcentual menor de la mensualidad respecto de los restantes hijos.

La mujer sostuvo que ese fallo no tuvo en cuenta las necesidades y los gastos que tiene un hijo con discapacidad ni el tiempo que ella dedica a su cuidado, que inciden en el desarrollo de sus proyectos personales y laborales, así como tampoco las mejores condiciones económicas de que goza el hombre.

La cámara integrada por los vocales Fabián Faraoni y Graciela Moreno Ugarte reseñó que la señora A. y el señor F. con fecha 24/11/2017, mediante auto N° 989, acordaron una cuota alimentaria en beneficio de sus hijos F. A. y F. G., a cargo del progenitor, en 25% de sus haberes.

Agregó que el 7/11/2019, el señor F. inició incidente de reducción de cuota alimentaria, atento a que su hijo F. G. estaba próximo a alcanzar 24 años, no estudia y sí trabaja.

Trámite

Luego, se indicó que el 21/11/2019 se le imprimió el trámite de ley al planteo, se corrió vista a la progenitora y se ordenó de manera precautoria, preventiva y provisoria e inaudita parte la reducción de la cuota alimentaria en 7%, estableciéndola a favor de F. A., a cargo de su progenitor en 18%.

Ante ese panorama, la cámara resumió que la discusión se centra en si esa disminución realizada por la jueza de primera instancia, de manera provisoria, resulta ajustada a derecho, siendo que el otro beneficiario, F. A., padece un retraso mental grave y requiere de asistencia constante de sus progenitores.

En este contexto, la alzada señaló que los alimentos debidos a F. A., de 33 años, persona con discapacidad, no son los derivados de la responsabilidad parental sino consecuencia del cumplimiento de las obligaciones familiares que encuentran sus raíces en la solidaridad familiar.

Por consiguiente, sostuvo que la obligación de brindar alimentos al hijo discapacitado no cesa a los 21 años sino que se mantiene mientras exista la discapacidad y la necesidad de asistencia e incluso puede extenderse de por vida, siendo su finalidad permitir al alimentado la satisfacción de sus necesidades materiales y espirituales “con la extensión que quepa, en tanto no pueda procurarse su sustento o se encuentra impedido para obtenerlo”.

Equilibrio

Los vocales entendieron que, sin perjuicio de que frente al pedido del hombre correspondía el cese de la cuota alimentaria respecto de F. A., ello no significa que automáticamente debía llevarse a cabo la reducción del porcentaje que abonaba en concepto de alimentos sino que, por el contrario, “debió buscarse un prudente equilibrio entre los factores relevantes, como son el monto de la cuota que se abonaba, las necesidades a cubrir y la aptitud del obligado a tal finalidad”.

Asimismo, la cámara consideró que el hecho de que F. A. sea beneficiario de un subsidio estatal por discapacidad no puede servir de elemento de análisis que permita sin más morigerar la cuota alimentaria.

Por ello, se sostuvo que, en función de sus ingresos, los aportes del padre deben cubrir las necesidades básicas de su hijo y aquellas que le permitan alcanzar un mayor confort posible.

Por último, el tribunal valoró que la atención diaria de F. A. se encuentra, principalmente, a cargo de la madre, quien debe enfrentar a diario las dificultades que acarrea el cuidado de un hijo con discapacidad, dedicando tiempo y esfuerzo físico y mental, sobre todo si se tiene en cuenta la edad del joven y lo que implica el cuidado de una persona con autismo.

Corolario

Por lo expuesto y prestando especial atención a las circunstancias particulares de F. A. y que una posible reducción provisoria en este estadio del proceso podría afectarlo, el tribunal entendió prematuro disminuir la cuota alimentaria. Por el contrario, consideró apropiado esperar a la tramitación del incidente, en la que la jueza a quo pueda valorar la prueba arrimada a la causa y resolver la cuestión de manera justa.

En consecuencia, en el fallo se resolvió que, en este estadio del proceso, la decisión del tribunal inferior debe ser revocada, debiendo fijarse la cuota alimentaria en beneficio de F. A. y a cargo de su progenitor, en el porcentaje de 23% de su sueldo como empleado, previo descuento de ley, conforme lo peticionado por la madre demandante y la asesora letrada.