Concluyen que el despido fue discriminatorio y se debió al embarazo de la trabajadora

El tribunal entendió que, al estar la accionante protegida por la comunicación oportuna de su estado de gravidez, correspondía a la patronal demandada demostrar con precisión las causas de la cesantía, lo cual no ocurrió

La Sala 2ª de la Cámara de Trabajo de Córdoba concluy ó que el despido de una trabajadora fue discriminatorio y estuvo vinculado con su maternidad , al advertir de que ella demostró que notificó su embarazo antes de que la demandada la cesanteara.

El tribunal sumó a ello que la patronal no demostró las causas del distracto, vinculadas con el no cumplimiento de expectativas laborales y con el hecho de que no se aplicó al caso el período de prueba, ya que la accionada no registró en término el contrato de trabajo,

El tribunal integrado por la vocal Sofía Keselman Preocupez indicó que en el caso se debía dilucidar el aspecto central de la litis: lo relativo al real móvil de la desvinculación.

En ese sentido, el fallo sostuvo que la demandada expuso que la decisión de prescindir de los servicios de la trabajadora fue adoptada antes de que llegara a la esfera de su conocimiento la notificación de su estado de gravidez y que procedió en ejercicio de las facultades que le confiere el artículo 92 bis de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT), mientras la relación se hallaba en período de prueba.

Prueba

Sin embargo, después de analizar la prueba producida la jueza indicó que el desahucio se perfeccionó luego de que arribó a conocimiento de la demandada el estado de gravidez de la actora, siendo indiferente que lo desconociera al momento del despacho de la comunicación respectiva.

Así, el tribunal sostuvo que, verificado que la demandada se anoticio del embarazo de la actora de modo previo a que se perfeccionó el despido, se tornó operativa la presunción contemplada en el artículo 178, LCT, en cuanto a que aquél tuvo razón por causa de embarazo, la que no fue desplazada por prueba alguna en contrario.

Asimismo, Keselman Preocupez consideró que la accionada, al contestar la demanda y dar su versión de los extremos fácticos, alegó que la actora no cubrió las expectativas de la empresa, razón por la cual hizo uso de la facultad que le confiere la mencionada norma, frente a lo cual el tribunal observó que la demandada no sólo no indicó cuáles serían las exigencias que la trabajadora no habría alcanzado a satisfacer sino que no produjo prueba alguna tendiente a demostrar ese extremo.

Testigos

En tal sentido, se expresó que ninguno de los testigos que declararon refirieron a la eficacia y/o productividad de la labor desempeñada por la actora; ni tan siquiera fueron indagados en el debate a ese respecto por la interesada.

A su vez, la vocal advirtió de la premura de la demandada en disolver el vínculo y destacó que en el telegrama por el que comunicó su decisión invoca expresamente la previsión del artículo 231, inciso b), LCT, mas soslaya el otorgamiento del preaviso que dicha norma contempla -15 días-, disponiendo que la desvinculación se operaba a partir del día de la remisión de aquél, lo cual constituye un indicio favorable a la posición de la actora, en orden a que ya se tenía conocimiento de su estado de gravidez.

Por otro lado, la magistrada subrayó que se ha acreditado en autos que al momento en que la accionante comenzó a prestar tareas (1/10/2015, conforme reconocimiento que efectúa la propia demandada y surge de la documentación laboral exhibida), la relación no había sido aún dada de alta ante la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) sino que sólo lo fue con fecha 14/10/2015 y se consignó como data de inicio una anterior.

De tal modo, se consideró que el artículo 92 bis, LCT, si bien dispone que “el empleador debe registrar al trabajador que comienza su relación laboral por el período de prueba. Caso contrario, sin perjuicio de las consecuencias que se deriven de ese incumplimiento, se entenderá de pleno derecho que ha renunciado a dicho período”.

Oponible

La jueza derivó de ello que para que sea oponible el período de prueba, y lógicamente sus beneficios, el contrato de trabajo debe hallarse registrado desde su mismo inicio y que la actora cuando comenzó a trabajar no se hallaba aún registrada, por lo que esa clandestinidad inicial encuadra perfectamente en lo regulado en la numeral 3 del artículo 92 bis, LCT, transcripto, y genera la consecuencia allí prevista -renuncia al período de prueba-.

Por todo lo expuesto, en el fallo se resolvió que, habiéndose verificado en autos una simultaneidad entre la comunicación rescisoria y la notificación del estado de gravidez, probado que la última llegó a la órbita de conocimiento de la demandada de modo previo y no habiéndose demostrado que la decisión patronal se motivó en causas reales, absolutamente extrañas a la invocada vulneración de derechos fundamentales, no cabe sino concluir que el despido tuvo por causa la maternidad.