Como no ocasionó el error, no le imponen las costas

Confirman la nulidad de la comunicación pese a la oposición opuesta por la accionante, aunque la eximen de cargas con los gastos causídicos el proceso, al comprobarse que no tuvo responsabilidad en la equivocación sobre la dirección cuestionada. [privado] La Cámara Civil y Comercial de 8ª Nominación de Córdoba desechó los agravios presentados por la apelante, validando la nulidad de notificación de comparendo, ya que ésta no se realizó al domicilio real. Sin embargo, dado que no fue la parte actora la que causó ese error, el tribunal revertió la imposición de costas, ordenando que éstas sean por el orden causado. La apelante Laura Inés Flaggioli se agravió con relación a que la resolución del a quo que declara la nulidad de la cédula por cuanto sostuvo que la copia del certificado de convivencia emitido por el Registro Civil utilizada para fundamentar la nulidad por parte del demandado Matías Sebastián Campos Korszyk no fue válidamente introducida al proceso, por no haberse abierto a prueba la causa, y por haber confundido la prueba documental con la testimonial. Asimismo, se agravió por la imposición de costas. El tribunal integrado por José Manuel Díaz Reyna, Graciela Junyent Bas, y Héctor Hugo Liendo, señaló que “al momento de comparecer el codemandado Matías Sebastián Campos Korszyk y plantear la nulidad de la notificación acompaña, como documental en los términos previstos por el art. 182 del C.P.C., una declaración jurada suscripta por el coaccionado, su conviviente y dos testigos por ante la Juez de paz de la localidad de Tanti, la que se encuentra aforada”, añadiendo que ésta data de “casi dos años antes del inicio de la demanda”. Sobre dicha documental, sostuvo que “integra la carga que tienen las partes de presentar documentos que hayan de valerse”. Argumento Luego precisó que, cuando la parte manifiesta que “la cédula que atacó fue dirigida a un domicilio distinto de mi domicilio real ‘(…) conforme lo acredito con certificado de convivencia…’, no caben dudas de que la deja ofrecida como prueba, aunque no haya usado términos sacramentales”, agregando, además, que “no se corrobora acreditado el agravio de la recurrente en el sentido que la aquo realizó una errónea valoración de la prueba al tratarla como prueba testimonial”. Por ello, el tribunal dispuso que “acorde a la importancia que tienen para el proceso los actos de comunicación, y más aún de la trascendencia de la notificación de comparendo, los agravios expuestos por la apelante no alcanzan a conmover los fundamentos del decisorio en crisis”. Con relación al agravio expuesto subsidiariamente en torno a la imposición de costas a la actora, entendió que “conforme las constancias de la AFIP por ella acompañada, la manifestación no controvertida por la contraria de que fue el propio demandado quien le brindó los datos de su domicilio, y el hecho que la declaración jurada no se registra, la apelante tuvo suficientes motivos para creer que el domicilio del accionado era el denunciado en la demanda”, ordenando así “imponer las costas de primera y segunda instancia por su orden”. Autos: F., L. I. C/ K., A. Y OTRO - RECURSO DE APELACIÓN EXPED. INTERIOR -(CIVIL) N° 2592218/36”

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