La Corte Suprema de Justicia de Brasil definió que la estadía del ex presidente Jair Bolsonaro en la Embajada de Hungría en el país no violó las medidas cautelares que le fueron impuestas.
Tras evaluar los hechos, el juez Alexandre de Moraes concluyó que las sedes diplomáticas no son territorio extranjero, por lo que no se puede considerar que Bolsonario incumplió la orden judicial que le impide salir de Brasil.
Bolsonaro está bajo pesquisa por la supuesta tentativa de dar un golpe de Estado a través de la anulación de los resultados de las elecciones de 2022, en las que fue derrotado por Luiz Inácio “Lula” da Silva.
También tiene abierta una causa por la falsificación de certificados de vacunación contra el covid-19, que consiguió para poder viajar al exterior durante la pandemia, y otra por no devolver al final de su mandato valiosos regalos de países árabes.
En el marco de la primera investigación, a principios de febrero, la Justicia le ordenó al ex jefe de Estado que entregue su pasaporte y le impidió salir de Brasil.
La decisión fue apelada por la defensa y rechazada por la Fiscalía, que consideró “absolutamente prematuro retirar la restricción impuesta” dado el “peligro” que impone un viaje “para una eventual aplicación de la ley penal”.
Pocos días después de entregar su documentación, el ex mandatario se dirigió a la Embajada de Hungría en Brasil, donde se hospedó en calidad de “invitado” entre el 12 y el 14 de febrero. El episodio fue revelado por The New York Times, que descubrió imágenes de un circuito cerrado de televisión que lo mostraron llegando a la sede, acompañado de otras fotos que comprueban que el automóvil que lo llevó hasta allí se mantuvo estacionado en las inmediaciones.
El medio lo consideró “un aparente intento de obtener asilo” y el Ministerio de Relaciones Exteriores brasileño convocó al embajador Miklós Halmai para dar explicaciones al respecto.
Los abogados de Bolsonaro aseguraron que que acudió al lugar con el fin de mantener contactos con autoridades de Hungría y que cualquier otra interpretación era “un evidente trabajo de ficción ajeno a la realidad de los hechos”, con éxito.