La Justicia tomará nuevamente declaración como testigos a las dos colaboradoras del diputado nacional de Juntos por el Cambio Gerardo Milman que lo acompañaron el 30 de agosto en la confitería Casablanca cuando, según un testigo de la causa, habría hecho referencias al ataque contra la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner, que ocurriría dos días después.
La convocatoria fue dispuesta por el fiscal federal Carlos Rívolo, quien se encuentra al frente de la investigación desde la semana pasada por decisión de la jueza María Eugenia Capuchetti, quien le delegó la instrucción en una situación de enérgicas críticas de la querella.
Las colaboradoras de Milman son Carolina Gómez Mónaco e Ivana Bohdziewicz, quienes ya declararon en el expediente: las contradicciones en sus testimonios relativas a sus respectivas presencias en la confitería Casablanca y al tema de conversación motivaron que en su momento la querella reclamara que se les secuestraran los teléfonos celulares.
Los abogados llegaron con el reclamo del secuestro de los celulares hasta la Cámara Federal porteña, que el viernes pasado emitió una resolución en la que señaló que era una medida procedente pero que antes debían llevarse a cabo otras, relativas a declaraciones testimoniales.
“Es inaudito tener que explicar por qué es importante contar con la única prueba que podría haber corroborado un testimonio de extrema gravedad sobre un atentado que podría haber cambiado la historia de nuestro país”, destacacaron en su momento los abogados de la querella al reclamar el secuestro de los aparatos para buscar en ellos alguna mención o indicio que pudiera permitir corroborar o descartar la pista.
Abello aseguró que el 30 de agosto, 48 horas antes de que se concretara el atentado fallido contra Fernández, escuchó a Milman decirles a dos colaboradoras, entre risas: “Cuando la maten yo voy a estar camino a la costa”.