Apelaron la falta de mérito de un “pastor” imputado por trata de personas

En su momento, Elías Argüello Soria y otras cuatro personas quedaron incriminadas por, presuntamente, captar a siete víctimas y reducirlas a la servidumbre mediante promesas de “salvación eterna”, otros engaños y abuso de su situación de vulnerabilidad

El Ministerio Público Fiscal apeló la falta de mérito de un pastor imputado por trata de personas con fines de explotación laboral. [privado]

La presentación fue realizada por María Marta Schianni, interinamente a cargo de la Fiscalía Federal de San Francisco, y por Alejandra Mángano, cotitular de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex).

En su momento, Elías Argüello Soria y otras cuatro personas quedaron incriminadas por, presuntamente, captar a siete víctimas y reducirlas a la servidumbre mediante engaño y abuso de su situación de vulnerabilidad, agravada en el caso del primero por ser “ministro” de un culto no reconocido.

Sin embargo, el juez Roque Rebak ordenó la libertad del principal encausado al considerar que los hechos que se le enrostran configuraron “situaciones rayanas con irregularidades de tipo laboral, previsional o fiscal u otro delito de derecho común”.

Según la imputación, la maniobra comenzó en la localidad tucumana de Yerba Buena, donde Argüello Soria vivía con su familia. Luego, por un motivo no establecido, se trasladaron a San Francisco.

Para las fiscales intervinientes, el fallo de Rebak se apoyó argumentos que “no responden a una correcta interpretación y valoración de la prueba reunida”, lo cual, según alegaron, llevó a “una conclusión equivocada y parcial” al dictar la falta de mérito de Argüello Soria, su pareja, D.F., y otros tres hombres.

De acuerdo con las agentes, los fundamentos que consignó el magistrado denotan un análisis parcial, tendencioso y sesgado de la prueba, ya que no sólo no tuvo en cuenta las características propias de la investigación y los sucesos bajo pesquisa, sino tampoco las circunstancias particulares de la causa.

Schianni y Mángano citaron que Rebak desestimó lo informado por los peritos de la Dirección de Jurisdicción de Asistencia y Prevención de Trata de Personas, perteneciente al Ministerio de la Mujer de Córdoba, y de la Dirección General de Orientación, Acompañamiento y Protección a las Víctimas (Dovic) del Ministerio Público Fiscal.

“Se valoró una prueba en desmedro de otra sin lógica alguna”, enfatizaron las agentes.

Secta

Según el requerimiento de instrucción, con fecha que no puede precisarse con exactitud, pero anterior al 30 de diciembre de 2020, Argüello Soria, líder de la secta “Dimensión Cielo”, había captado, trasladado y acogido con fines de explotación mediante engaños, a través del servicio de mensajería WhatsApp, la red social Facebook y videos subidos a su canal de YouTube, a por lo menos siete víctimas.

Para ello, les habría hecho promesas de “salvación eterna” con fundamentos de índole religioso, relativos a su supuesta capacidad y, posiblemente también, la de su esposa e imputada y de su hija menor de edad, de ser “elegidos o enviados de Dios”; todo ello, aprovechando la situación de vulnerabilidad de las víctimas, quienes se habrían encontrado en una “búsqueda de sentido” de sus vidas debido a que atravesaban situaciones difíciles en los planos personal, anímico y económicamente.

La causa se generó en septiembre del año pasado, cuando una mujer denunció que su hermana habría ingresado a una comunidad con “fachada religiosa” ubicada en una casa del Country Ayres del Golf, de San Francisco, donde los miembros serían explotados laboralmente en los rubros panificación e inmobiliario, tanto en aquella ciudad como en Córdoba.

De acuerdo con el planteo, el líder era Argüello Soria, quien se considera “enviado de Dios”, seguido por su esposa, a quien llamaba “la profeta”.

La Policía Federal constató las actividades de las personas que operarían en la posible comisión del delito de trata y que el principal responsable sería Argüello Soria, a quien los restantes miembros de la secta debían rendirle cuentas sobre la producción y venta de los alimentos que se producían en la panificadora, como así también de la administración de la inmobiliaria “Ciudad”.

Gracias a las tareas de investigación se estableció que en el inmueble del barrio cerrado donde residían Argüello Soria, su pareja y sus hijos, dos víctimas debían encargarse de las tareas domésticas y del cuidado de los infantes y que, además, una de ellas sumaba labores en el domicilio donde funcionaría la “Casa de Oración”, perteneciente a la secta, y una oficina de aquella inmobiliaria.

Finalidad

Para las representantes del Ministerio Público Fiscal (MPF), la “real finalidad” del encausado era obtener beneficios económicos mediante la explotación de las personas que trabajaban “para él y su familia núcleo” en rubros que administraba junto al imputado R.M.

En esa línea, señalaron que la promesa de una “vida en comunidad” derivó en “un acogimiento en condiciones de hacinamiento, ausencia de una alimentación adecuada, humillaciones y maltratos, control de salidas y comunicaciones, además de las extensas jornadas y salario ínfimo o nulo”.

Además, expusieron que el traslado de las mujeres implicó que se alejaran se sus familias de origen, vecinos y personas que formaban parte de su red de contención o sociabilización y que a ello se sumó, como exigencia previa para recibirlas en el culto, cambiar sus nombres y desprenderse de sus posesiones y bienes materiales en favor de Argüello Soria, una circunstancia que volvió completamente dependientes de él y de su grupo.

Mángano y Schianni solicitaron que la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba revoque la falta de mérito dictada a favor de los cinco imputados y disponga su procesamiento, con prisión preventiva en el caso de Argüello Soria. [/privado]