Admiten relación de un trabajador con la fábrica de soda para la que repartía

La Sala 5ª de la Cámara del Trabajo de Córdoba verificó el vínculo dependiente denunciado por quien realizaba tareas de vendedor y repartidor de sodas en contra del titular de la sodería proveedora e hizo lugar a las indemnizaciones derivadas del despido

El trabajador adujo que su labor incluía Alta Gracia, Despeñaderos, Anisacate, San Isidro, La Quintana, Los Aromos, Los Molinos, San Miguel, Los Talas y Villa General Belgrano, trasladándose en vehículos de propiedad de la demandado, que conducía personalmente; a veces solo y, otras, acompañado por un supervisor o un compañero.

El accionante remarcó que la relación laboral no estaba registrada y que, avanzado el vínculo, se le exigió que se inscribiera como monotributista, accediendo a ello por la necesidad de trabajar.

Narró el trabajador que en septiembre de 2016 tuvo un accidente de tránsito mientras realizaba el reparto, lo que quedó asentado en la aseguradora del vehículo y que, al insistir en su registración, la relación con el empleador se tornó hostil, hasta que el día 20 de abril de 2018 se le pidió que no fuera más a trabajar, luego de lo cual intimó para que le aclaren su situación laboral, a lo que le respondieron con la negativa del vínculo porque el actor le compraba para comercializar por cuenta propia los productos, razón por la cual se dio por despedido.

En sede judicial la accionada manifestó que tiene pocos empleados y que todos sus clientes, entre los que se encontraba el actor, van a la empresa y compran sus productos al por mayor.

Testimonios

El juez Julián Daghero indicó que los testimonios resultaron ilustrativos del quehacer del actor, pues mostraron el reparto de mercaderías del demandado, situación fáctica que torna aplicable la presunción contenida en el artículo 23 de la Ley de Contrato de Trabajo (LCT), que dispone que el hecho de la prestación de servicios hace presumir la existencia de un contrato de trabajo, salvo que por las circunstancias, las relaciones o la causas que lo motiven se demostrara lo contrario.

Dicha presunción -se añadió- operará igualmente aun cuando se utilicen figuras no laborales, “ para caracterizar al contrato, y en tanto que por las circunstancias no sea dado calificar de empresario a quien presta el servicio ”.

El tribunal infirió que, de acuerdo con la prueba producida por la actora, se configuró la presunción apuntada, “ no siendo correcta una interpretación de aquel dispositivo que restrinja la operatividad de la presunción al caso en que se hayan acreditado servicios prestados en relación de dependencia, dado que de ese modo se esterilizaría el propósito de la norma ”.

Del resto de la prueba el fallo destacó “ la ineficacia para contravenir el claro relato de la testimonial en orden a la inserción e incorporación del actor en la empresa del demandado, estructura que le es ajena, sin que exista material probatorio que desvirtúe la presunción, en tanto no surge que el actor desarrollase otra actividad por cuenta propia que le impidiera cumplir con su labor en el establecimiento del demandado ”.

Vehículo

El tribunal evaluó que la demanda tampoco mencionó cuál era el vehículo del actor o de un tercero utilizado y advirtió que también omitió dar argumento que “ permita justificar ese extremo, razón por la que tal conducta procesal tampoco puede ser indiferente para la solución del caso, dado que si tal era la confianza para prestar o alquilar -sin constancia documental alguna que avale este aspecto- el camión de su propiedad al reclamante, también debía saber en qué vehículo retiró durante casi seis años las mercaderías a que se hace mención y se describen en la pericial contable y facturas emitidas ”.

El juez destacó que “ ningún dato aportó (el demandado) en ese sentido, pese a que este extremo es el principal aspecto de su defensa, sin conocerse cómo se efectuaba la entrega y el traslado en las ocasiones en que no se ‘alquilaba’ el camión al actor ”.

Así, el fallo sostuvo que la accionada “ no logró acreditar que aquél desarrollara de manera personal una actividad paralela por cuenta propia, destacando que según los dichos de los testigos, que el actor hacía en forma personal su trabajo, sin que fuera delegado a un tercero, ni tenía ayudantes, salvo la compañía ocasional de Irles, como describió el testigo en su relato ”.

También se corroboró la dependencia económica, “ porque se insertó en la organización ajena del accionado, ya que según la testimonial el reparto era el cumplido por el actor, y el precio de la mercadería era el que imponía la demandada pues el titular del minimercado dijo que levantaban el pedido por teléfono desde la empresa, razón por la que no era el accionante quien establecía dicho valor ”.

Por ello, determinada la existencia de un vínculo laboral entre las partes y analizada la petición del actor, en el fallo se resolvió “ hacer lugar a la demanda en cuanto reclama el pago de las indemnizaciones por antigüedad, sustitutiva del preaviso omitido e integración del mes de despido (arts. 245, 232 y 233, LCT), como asimismo sueldo anual complementario proporcional, vacaciones proporcionales, haberes días trabajados mes de junio de 2018, y a hacer entrega de la documental prevista en el art. 80 de la LCT ”.