El presidente de Brasil aseguró que en otras partes del mundo “dicen” que hay una dictadura y llamó a Nicolás Maduro y a sus funcionarios a “deconstruir” lo que definió como “una narrativa” sobre “autoritarismo y antidemocracia”
En la víspera de la cumbre de presidentes sudamericanos, escoltado por Nicolás Maduro, el presidente de Brasil Luiz Inácio “Lula” da Silva afirmó que hay “prejuicios” contra Venezuela.
Además, sin hacer referencia a los informes sobre violaciones a los derechos humanos, aseguró que en otras partes del mundo “dicen” que hay una dictadura y llamó a Maduro y a sus funcionarios a “deconstruir” lo que definió como “una narrativa” sobre “autoritarismo y antidemocracia”.
También opinó que fue “absurdo” que países democráticos en Europa y América reconociesen al opositor Juan Guaidó como presidente legítimo y dijo que él “peleó” con líderes socialdemócratas europeos y con políticos de Estados Unidos y de Latinoamérica por eso.
“A los europeos les decía que no comprendía que un continente que ejercía la democracia tan plena como Europa pudiese apoyar la idea de que el impostor fuese el presidente”, sumó.
Además, Lula calificó como “histórica” la visita de Maduro a Brasil después de ocho años y defendió estrechar las relaciones bilaterales a todos los niveles: comercial, cultural, académico y militar.
Organizaciones No Gubernamentales y líderes de la región repudiaron las declaraciones de Lula.
Human Rights Watch (HRW) planteó que, como con Ucrania, Lula debería entender que “si quiere que Brasil tenga un rol de liderazgo frente a Venezuela debe empezar por un diagnóstico acertado -y no falseado- de la realidad”.
“El autoritarismo en Venezuela no es una ‘narrativa construida’. Es una realidad incuestionable”, señaló en sus redes sociales Juanita Goebertus, directora de la División de las Américas de la organización.
José Miguel Vivanco, ex director de la División de las Américas de Human Rights Watch, sumó: “Menos mal que el problema de Venezuela es solo de narrativa. Que alguien le explique a la Corte Penal Internacional para que suspenda su investigación por crímenes de lesa humanidad contra ese régimen. ¿Ingenuidad o ceguera ideológica?”.
Por su parte la ONG Provea le informó al mandatario brasileño que solo en el 2023 unas 8.900 víctimas apoyaron, de forma abrumadora, la reanudación de la investigación por crímenes de lesa humanidad en la Corte Penal Internacional. “No es una ‘narrativa construida’ es parte de un plan sistemático contra la población civil y disidente, alertado por la ONU. Pedimos respeto a todas las víctimas, quienes merecen justicia y reparación que el Estado venezolano no da”, planteó el grupo en su cuenta de Twitter.
Guaidó lo acusó de revictimizar al pueblo venezolano al negar el carácter dictatorial de Maduro. “Actitudes negacionistas de jefes de estado son aval para que individuos como Maduro sigan actuando con impunidad”, escribió en Twitter.
El dirigente opositor venezolano en el exilio Julio Borges también criticó a Lula y recordó que Maduro es un violador de derechos humanos. “Presidente Lula, recibe usted con honores a quien promueve el mayor ecocidio del planeta, al mayor destructor de la Amazonía que usted defiende. Quien ha fomentado la minería ilegal y la deforestación del pulmón vegetal”, posteó en Twitter.
Borges señaló que alguien como Maduro, que está acusado de crímenes de lesa humanidad, no merece reconocimiento, y agregó que los venezolanos esperan que Lula ayuda al retorno de la democracia en el país caribeño, con elecciones libres como las que se celebran en Brasil.
Cabe recordar que en septiembre del año pasad0 la Misión Internacional Independiente de la ONU para Venezuela acusó a la inteligencia civil y militar (Sebin y la Dgcim, respectivamente) de cometer crímenes de lesa para reprimir la disidencia política.
Luego, el Consejo de Deerechos Humanos aprobó, con oposición de la representación venezolana, continuar investigando y documentando lo sucedido.
Al mes siguiente, Chile y Costa Rica fueron elegidos como nuevos miembros del consejo al imponerse ante Venezuela, que buscaba reelección en una de las dos plazas vacantes para los países de Latinoamérica y el Caribe.
Grupos de defensa de los derechos humanos pidieron votar en su contra por el historial de represión del régimen de Maduro.