El primer ministro de Italia, Mario Draghi, renunció a su cargo tras perder el apoyo de parte de sus aliados.
El Parlamento evitó una segunda “votación de confianza”, como indica el sistema bicameral italiano, y Draghi le presentó su dimisión al presidente Sergio Mattarella.
Así, habrá comicios el 25 de septiembre.
“La disolución anticipada de las cámaras es siempre la última elección, especialmente si, como en este periodo, hay tantos compromisos que cumplir por el bien de nuestro país”, dijo Mattarella ante la prensa.
El jefe del Estado enumeró los desafíos que afronta Italia en los próximos meses -como su papel en la guerra de Ucrania, las reformas pactadas con la Unión Europea (UE) para recibir los fondos del plan de recuperación y las medidas anticrisis- y pidió que la campaña electoral no distraiga a los partidos políticos de esas prioridades.
El miércoles, Draghi se presentó en el Senado con la voluntad de dar marcha atrás a su decisión de renunciar, que anunció la semana pasada.
Según dijo, su cambio de parecer se debió al “apoyo popular” que recibió y a la “enorme presión internacional”, que le recordó la relevancia que adquirió Italia en cuestiones como la guerra en Ucrania y los compromisos pendientes con la Unión Europea (UE).
Draghi propuso un breve programa de gobierno para seguir adelante, pero los partidos que formaban parte del Gobierno de unidad del ahora ex primer ministro, La Liga y Forza Italia, no lo respaldaron.
Líderes y medios de comunicación del mundo elogiaron la gestión de Draghi y apuntaron al efecto desestabilizador que su renuncia podría tener para Italia y Europa.
El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, le agradeció su “apoyo inquebratable” tras la invasión de Rusia a su país.
Por su parte, el francés Emmanuel Macron elogió el respaldo de Draghi en las respuesta europea a “retos comunes”; especialmente, frente a la agresión rusa a Ucrania.
En tanto, diarios de Estados Unidos y de Francia lamentaron la salida de Draghi.
El diario estadounidense The Washington Post publico que la caída de Draghi “pone fin a un período de relativa unidad política en Roma”.
Según el matutino, de las próximas elecciones en Italia podría surgir “un gobierno muy diverso, probablemente nacionalistas y de centroderecha”, incluyendo “euroescépticos con visiones prorrusas”.
Por su parte, el diario The Wall Street Journal destacó que la gestión de Draghi puso a Italia en un “camino de crecimiento”.
Para el diario francés Le Monde, “el fin de la era Draghi es un shock para toda Europa” y habló de “riesgo de desestabilización” para el continente.