viernes 22, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

El mundo deportivo y la persistencia de un debate: ¿es razonable que las transexuales compitan en las categorías femeninas?

INÉDITO. Lauren Hubbard, ex pesista varón, compitió como mujer en Tokio 2021 y el debate no se hizo esperar.
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Los defensores de las legislaciones que impiden que las atletas que hicieron la transición de varón a mujer disputen con otras mujeres apelan a razones de seguridad y de justicia. El tema se complica y presenta más dilemas cuando se trata de menores de edad. Por lo pronto, el COI se basa en los niveles de testosterona de la persona. Lo propio hacen las federaciones de cada disciplina, con matices

Recientemente, en Estados Unidos, el estado de Florida aprobó una ley que veda la participación de niñas y mujeres transgénero en deportes femeninos escolares y universitarios, al establecer que deberán jugar en “los equipos que corresponden al sexo biológico registrado en sus certificados de nacimiento”.

Según el gobernador Ron DeSantis, del Partido Republicano, el fundamento central de la nueva legislación es preservar la integridad física de las competidoras. 

Bajo esa premisa, la norma no prohíbe que los varones transgénero participen en equipos masculinos.

DeSantis fue terminante al apelar al argumento de la seguridad: “Nos vamos a guiar por la base biológica, no por la base ideológica, cuando practiquemos deportes”, dijo.

Oportunidad

La ley, conocida como Acta de Justicia en los Deportes de Mujeres, habilita a las estudiantes a demandar a las instituciones educativas si opinan que la participación de infantes o jóvenes trans las privó de “una oportunidad atlética”.

El debate plantea muchos dilemas y divide. No es nuevo y tampoco se limita al “universo trans”: los niveles de testosterona de las deportistas son tópico de discusión frecuente en el ámbito del alto rendimiento.

Un caso emblemático es el de la atleta sudafricana Caster Semenya, ganadora de medalla de oro en los 800 metros en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, en 2016.

La Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAFF, por sus siglas en inglés) la suspendió varias veces por registrar altos niveles de testosterona, aunque su cuerpo la produce naturalmente.

El caso de Semenya obligó al Comité Olímpico Internacional (COI) a regular el asunto y los de Brasil fueron los primeros juegos en los cuales se puso un límite a la cantidad de testosterona en la categoría femenina.

En 2019, el Tribunal de Arbitraje Deportivo no admitió un reclamo de Semenya y le impuso medicarse para reducir sus niveles de hormona masculina.

A finales de 2020, la sudafricana anunció que había llevado su caso al Tribunal Europeo de los Derechos Humanos.

Para Juan Ramón Liébana Ortiz, experto en arbitraje deportivo, el tratamiento que se le solicita para poder participar con mujeres -que podría crear jurisprudencia- es “conflictivo”.

Valora que desde el punto de vista deportivo, la posición de la asociación es razonable porque se trata de aplicar y de hacer respetar criterios para poder cumplir con la igualdad con el resto de competidoras. No obstante, aclara que “no compagina bien” con los derechos humanos de deportistas como Semenya y que “puede ser una forma de discriminación”.

Acta

Los defensores de mandas como el Acta de Justicia en los Deportes de Mujeres (Idaho, Alabama, Arkansas, Mississippi, Montana, Tennessee y Virginia Occidental tienen leyes similares) alegan que las atletas femeninas trans tienen una preeminencia injusta al haber nacido varones. En tanto, los críticos consideran que es innecesario y discriminatorio excluirlas de la categoría femenina en los deportes.

En Florida, la senadora estatal republicana Kelli Stargel enfatizó que la norma busca que las mujeres puedan competir de forma segura, tener oportunidades y ser físicamente capaces de sobresalir en un deporte para el que se entrenaron, prepararon y exigieron. Por su parte, el diputado Carlos Smith valora que “alimenta la fobia a los transexuales”.

La Campaña de Derechos Humanos (HRC, por sus siglas en inglés) adelantó que presentará una demanda. Estima que el acta parte de premisas falsas y discriminatorias que atentan contra el bienestar de las nenas trans. En esa línea, sostiene que “las niñas transgénero son niñas” y que, como menores de edad, “merecen ser parte de un equipo” y tener amigas.

Revuelo

Una opinión desató especial revuelo en Estados Unidos: la de Caitlyn Jenner (antes, Bruce Jenner), ganadora de la medalla dorada en el decatlón, en 1976, en Montreal.

A principios de mayo, cuando anunció su candidatura a gobernadora de California por el Partido Republicano, planteó su oposición a que las menores de edad trans participen en disputas femeninas. Sin medias tintas, afirmó que se trata de una “cuestión de justicia”.

Las directrices vigentes del COI, publicadas en noviembre de 2015, señalan que los deportistas que hacen la transición de hombre a mujer pueden competir en la categoría femenina sin necesidad de remover sus testículos, pero siempre que su nivel de testosterona sea inferior a 10 nanogramos por mililitro de sangre durante al menos 12 meses.

En los 70, en plena Guerra Fría, Jenner se convirtió en un ídolo nacional. En los juegos anteriores habían ganado los soviéticos, pero “el atleta total” le dio la revancha a Estados Unidos en suelo canadiense.

Se casó tres veces, tuvo seis hijos (dos con cada mujer) y se dedicó a dar charlas motivacionales.

Su aspecto típicamente “americano”, su gusto por los autos y sus simpatías políticas consolidaron su imagen de “macho”. Pero empezó su transición y aunque la ocultó durante años, en junio de 2015 terminaron las especulaciones: fue tapa de la revista Vanity Fair y dejó de ser Bruce para siempre.

Declaró que se sintió mujer desde que nació y su revelación sirvió para llevar a los medios masivos el tema de la transexualidad. Tiempo después, aceptó el premio Arthur Ashe, que se les otorga a los atletas cuyas contribuciones trascendieron el mundo del deporte.

Jenner aprovechó el impulso. Documentó sus primeros meses viviendo abiertamente como mujer y se rodeó de un grupo de activistas de la comunidad LGBT, de todos los orígenes, desde militantes de campo a intelectuales, para generar conciencia y aceptación, con foco en la situación de los niños.

Su apoyo al por entonces candidato republicano a la presidencia Donald Trump causó sorpresa porque no acataba a rajatabla la línea de pensamiento del colectivo LGTB.

Antes de que Jenner blanqueara su identidad de género, hubo otro caso conocido en el mundo del deporte estadounidense, aunque menos mediático: el de Chris Mosier, quien empezó a competir en triatlones en 2009, como mujer, pero desde 2010 comenzó a identificarse como hombre, hizo la transición y logró las marcas necesarias para disputar con varones.

Mosier declaró que cuando tenía cuatro años se dio cuenta de que su identidad de género (masculino) y su sexo biológico (femenino) no estaban alineados, y afirmó que llegó un punto de su carrera en el que no quería competir más con mujeres porque ello implicaba ignorar a su “yo” auténtico.

Equipo nacional

No sabía si iba a ser competitivo contra hombres pero lo logró. En 2015, el tiempo que obtuvo en el duatlón sprint lo posicionó en el séptimo lugar en el grupo de hombres de 35 a 39 años y se convirtió en el primer atleta transexual en obtener un lugar en el equipo nacional de Estados Unidos.

El camino en el deporte es más simple para las personas que hicieron la transición de mujer a hombre: cuando los niveles de testosterona o las características físicas no son ventajosos, el único requisito que el atleta trans debe cumplir para competir con varones es lograr los tiempos o marcas necesarios para disputar con ellos.

El caso de Mosier prueba que cuando la testosterona no está en juego o las características físicas no son ventajosas para la persona, casi no hay escollos para los trans.

Las sucesivas actuaciones de Mosier desafiaron la política de competencia internacional, lo que derivó en el diseño y adopción de pautas nuevas, más inclusivas.

Argentina

A principios de septiembre de 2016, un juez patagónico dictó un fallo que, por primera vez, autorizó a una trans a competir en torneos de hockey femenino.

En abril de 2017, pese a la controversia que generó la decisión del magistrado Martín Alesi, la Confederación Argentina de Hockey modificó su postura sobre el tema.

En la circular 33/17 plasmó que las personas que cambien del sexo masculino al femenino son elegibles para competir en la categoría femenina si cumplen algunas condiciones.

La causa que motivó el decisorio de Alesi y el cambio en la reglamentación del hockey en el país la inició Jessica Millamán, de 31 años al momento de dictarse el decisorio.

En su momento, a la joven le prohibieron participar del campeonato que se desarrollaba en Rawson, Chubut, y ella anunció que acudiría a la Justicia. Así lo hizo y logró una sentencia sin precedentes.

Patrocinada por la abogada Cecilia Russo, Millamán solicitó una cautelar para que la Asociación Amateur de Hockey sobre Césped y Pista del Valle de Chubut le permitiera seguir compitiendo con la formación del Club Atlético Germinal, en la categoría intermedia.

El juez concedió la medida y ordenó que cesara lo que definió como un “acto discriminatorio”.

Concluyó que la entidad demandada no podía privar a Millamán de la autorización para jugar “el deporte que ama” en la liga local y estableció que el fichaje era necesario para que accediera a “las condiciones materiales adecuadas” que le permitían realizar “una parte importante de su plan de vida”.

La noción de que las personas trans (de varón a mujer o de mujer a varón) de más de 16 años participen “atendiendo a su sexo registral” choca con la normativa de las federaciones internacionales que se amparan en las recomendaciones del COI, que sólo exigen una serie de condiciones a los hombres que hicieron la transición a mujeres.

Así, dispuso que debía ser habilitada para volver a ponerse la camiseta de Germinal.

Alesi -a cargo del Juzgado de Familia Número 3 de Rawson- valoró que ninguna norma, decisión o práctica puede restringir los derechos de una persona a partir de su orientación sexual, porque se está ante categorías protegidas por los tratados de derechos humanos incorporados a la Constitución Nacional.

El punto de vista del juez generó polémica en el ambiente del hockey. A pocas semanas del dictado del fallo, las jugadoras de los equipos que debían enfrentar a Germinal alegaron que no querían jugar frente a Millaman por temor, ya que tenía más fuerza y no se atrevían a marcarla en los partidos.

Lesiones

Las atletas indicaron que había acuerdo entre las formaciones en cuanto a que el desempeño de Millamán en la cancha las exponía a mayores riesgos de lesiones.

En ese sentido, precisaron que no tenían objeciones si se trataba de jugar amistosos o de entrenar, pero coincidieron en que no querían arriesgarse en las competencias.

Además, denunciaron que el juez pensó en Millamán pero no en ellas y resaltaron que en el primer encuentro que se disputó luego de la sentencia, el Trelew Rugby Club perdió 3 a 0 ante Germinal y que todos los goles los hizo Millamán.

Carta Olímpica

A partir del cambio del criterio de la confederación local, las mujeres trans pueden participar en todos los torneos y en todas las categorías del hockey femenino argentino.

La entidad está afiliada a la Federación Internacional de Hockey y adoptó los lineamientos que se establecieron en la Reunión de Consenso del Comité Olímpico Internacional (COI) sobre Cambio de Sexo e Hiperandrogenismo, en 2015, para dar cumplimiento a la Carta Olímpica.

Entre las condiciones que les impone las jugadoras transexuales figura que hayan declarado que su identidad de género es femenina y que no podrán modificar esa pauta con fines deportivos por un lapso mínimo de cuatro años.

Paralelamente, para contrapesar la desventaja que implica disputar un partido en contra de quienes genéticamente tienen la potencia de un varón, la circular establece que la atleta en cuestión deberá demostrar que su nivel de testosterona está por debajo de 10 nanogramos por mililitro de sangre durante al menos 12 meses antes de su primera competencia, y que ese valor debe permanecer por debajo de aquella cifra a lo largo del período de elegibilidad para competir.

“Leal”

Según el COI, en el caso de las personas que nacieron varones y viven como mujeres, los cambios anatómico-quirúrgicos no son necesarios para preservar la competencia leal; incluso, determina que pueden llegar a ser incompatibles con el desarrollo de la legislación en la materia y las nociones de derechos humanos.

El comité regló que las atletas que cambien su sexo al masculino podrán competir sin restricciones y que, en cambio, los que realicen el paso a femenino tendrán que hacer un año de terapia hormonal antes de participar.

La diferenciación se hizo para minimizar cualquier ventaja en las competencias entre mujeres, ya que los niveles de testosterona son una variable a considerar.

Cabe recordar que bajo los parámetros anteriores, aprobados en 2003, los deportistas que hicieran la transición entre un sexo y otro no podían competir a menos que se hubieran sometido a terapia hormonal durante al menos dos años y, para el caso de las mujeres trans, a cirugías de reasignación de sexo.

Tokio

La pesista transgénero Laurel Hubbard (Nueva Zelanda) formará parte de la categoría femenina en los Juegos Olímpicosde Tokio, Japón.

Hubbard, de 43 años, será la primera atleta trans que participará en Olimpiadas -si es que la cita de Tokio no se suspende sobre la hora por la pandemia-.

Aunque los equipos no estarán confirmados hasta el 5 de julio, la normativa que entró en vigor después de que se cancelaron varias competiciones debido a la crisis sanitaria global garantiza la participación de Hubbard, porque clasificó de forma automática.

Hubbard, quien hizo la transición de varón a mujer a los 30 años, ganó la medalla de plata en el Mundial de 2017 y quedó sexta en el campeonato de Oceanía, en 2019, tras lesionarse.

Pese a los lineamientos que fijó el COI, su participación divide opiniones y hay quienes insisten con que tiene ventajas innegables porque entrenó y compitió mucho tiempo como hombre.

Caso por caso

La ex atleta María José Martínez Patiño, profesora de Ciencias de la Educación y del Deporte de la Universidad de Vigo e integrante del Comité de Boética del COI que elabora regulaciones, asegura que hasta los 16 años no hay mayores problemas para integrar a transexuales en categorías femeninas.

Martínez Patiño sostiene que en ese estadio, el hombre que “pasó” a ser mujer aún no tuvo tiempo para implicarse en los entrenamientos específicos y exigentes del alto rendimiento. También apunta a que se necesitan años para perfeccionar técnicas y desarrollar la masa y la memoria muscular.

El sexólogo argentino Adrián Helien, autor del libro Cuerpos equivocados, sostiene que el deporte debe plantearse que hay personas “fuera de las categorías” varón y mujer. También piensa que las supuestas ventajas de las mujeres que producen mucha testosterona no deberían impedirles competir con sus pares, porque atletas como el ex corredor Usain Bolt o el ex nadador Michael Phelps también las tienen, por sus medidas antropométricas excepcionales, y no se los cuestionó.

La docente no sólo marca la diferencia entre atletas adolescentes y jóvenes: también recuerda que las normas internacionales están en permanente evolución y que actualmente se promueve el dictado de reglas que no aten las decisiones solamente a valores hormonales.

Martínez Patiño insiste con la importancia del concepto de memoria muscular y propicia que, a futuro, los pedidos se analicen caso por caso, para establecer cuánto tiempo entrenó la solicitante “beneficiándose” con el valor de testosterona de su sexo de nacimiento, lo que implica, además de más fuerza y potencia, haber hecho más ejercicio con carga y mejor recuperación.

La ex velocista gallega especialista en carreras de vallas sabe de lo que habla, por formación y por experiencia. En 1985, cuando iba a participar de un torneo en Japón, fue sometida a un control de verificación sexual y el resultado fue sorprendente: tenía cromosomas XY; es decir, masculinos.

Eso la invalidó para competir en la categoría femenina y en 1986 fue expulsada del Equipo Olímpico de España.

No se tuvo en cuenta que tenía Insensibilidad a los Andrógenos (SIA), que implica que las hormonas encargadas de desarrollar las características físicas masculinas no son asimiladas por las células y que, por eso, carecía de ventaja. A diferencia de atletas como la sudafricana Semenya, su nivel de testosterona era el de cualquier mujer.

A pesar de su condición, en aquel entonces el COI y la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo únicamente le ofrecieron la posibilidad de fingir una lesión para salvaguardar su intimidad, y lo hizo.

Al año siguiente, cuando entrenaba para disputar los campeonatos de España, la federación le sugirió que repitiera la maniobra de Japón, pero Martínez Patiño no aceptó; compitió y ganó. La respuesta de la entidad fue hacer público su caso.

Honor

La mujer perdió sus becas y sufrió el escarnio de la prensa y de la opinión pública y, asesorada por genetistas, llevó a la federación ante la Justicia.

Argumentó que la demandada afectó su honor. Logró una sentencia favorable que se basó en la revelación ilegal de un tema médico.

En líneas generales, se asume que una mujer que hace la transición a varón nunca podrá alcanzar los niveles deportivos de un hombre, pero que los hombres que hacen la transición a mujer y compiten en la categoría femenina pueden hacerla peligrar.

En 1988 fue rehabilitada para competir, su objetivo, pero perdió la oportunidad de clasificarse para los Juegos de Seúl. Intentó nuevamente para Barcelona 92 pero sus tiempos no fueron suficientes.

Se volcó al estudio, inició su carrera docente, publicó más de 50 artículos científicos, dio conferencias en todo el mundo y es la española especializada en Ciencias del Deporte con más citas en la prestigiosa revista The Lancet.

Es una referente en materia de verificación de género y gracias a su caso la práctica que la alejó de las pistas se dejó de lado.

Posturas

El mundo olímpico deberá resolver la “cuestión trans” luego de Tokio. Se sabe que habrá una actualización de las normas y que el dilema central es si cabe o no permitir que atletas de elite con trayectoria como deportistas masculinos pasen a competir con mujeres.

Los partidarios del denominado “café para todos” estiman que debe poder competir contra mujeres quien tenga un nivel de testosterona “legal”. En tanto, los detractores de esa política se inclinan por normas que dejen abierta la posibilidad de excluir a algunas trans.

Uno de los problemas que se presentan en la discusión es la falta de investigación científica contrastada y el temor de algunos dirigentes a tomar decisiones que sean criticadas desde lo ideológico.

Javier Gil Quintana, profesor de la Universidad de Valencia y miembro de Actividad Física, Educación y Sociedad (AFES), grupo pionero en el mundo en abordar la inclusión de personas trans en el deporte, considera que uno de los principales obstáculos a la hora de establecer pautas es que se tiende a ejemplificar el debate únicamente con modalidades como la halterofilia (pesas).

“No está del todo claro cuáles son las capacidades que hacen a una persona despuntar en cada deporte; no es lo mismo ganar en atletismo que en tiro con arco”, indica Gil Quintana.

La postura del especialista es que separar a hombres y mujeres en todas las disciplinas no necesariamente es correcto porque cada una exige habilidades distintas.

“Hay natación sincronizada mixta en mundiales desde hace años pero no en los Juegos Olímpicos. Empieza a haber guiños, se están dando cuenta de que no todos los deportes tienen que ser segregados por género”, reflexiona.

Protección

Francisco López Frías, profesor de la Universidad Estatal de Pensilvania, Estados Unidos, e investigador en el Centro de Ética Aplicada Rock Ethics, distingue entre “dos grandes temas”: la protección de la atleta femenina y la justicia competitiva.

El primero se centra en “proteger a mujeres que compiten contra atletas con una configuración biológica más fuerte y vigorosa”, un asunto que en Estados Unidos se complica por la estrecha conexión existente entre el deporte universitario y el profesional, vínculo que no existe en otros países.

“Permitir a niños o niñas transgénero competir en edad escolar es más peligroso todavía”, afirma López Frías. 

Cabe recordar que en Estados Unidos se compite por becas, entre otras cosas.

Para el experto, la competición desde la infancia complica todo adicionalmente y entiende a los padres preocupados por la integridad física de sus hijas.

El segundo aspecto es el equilibrio de la competición, la equidad, que afecta a cualquier deporte, individual o de equipo, con más o menos contacto. 

“Las categorías segregadas por sexos para que las mujeres accediesen a la elite en deportes como fútbol, baloncesto o atletismo, están ahora puestas en cuestión con la conquista de espacios por parte de mujeres trans”, recuerda, y pregunta: ¿Siguen valiendo las categorías por sexo?”.

López Frías -quien recientemente publicó un artículo sobre transgénero y deporte de competición en la revista “Sport, Ethics and Philosophy”, con la gallega Martínez Patiño y el filósofo César Torres- cree que “medir” el sexo de la persona por sus niveles de testosterona no basta.

Bajo esa premisa, al igual que Martínez Patiño, piensa que es imprescindible ir más allá y observar otros aspectos; por ejemplo, cómo se formó la persona. “No es lo mismo permitir a un hombre que ha jugado toda la vida al fútbol participar en fútbol femenino que autorizar a una mujer transexual que nunca ha jugado al fútbol. Ese factor temporal de desarrollo del cuerpo y de las habilidades a lo largo de la vida se debe tener en cuenta para saber a quién se le puede permitir competir. Y requiere ir caso a caso, para asegurar la justicia. Mirar más allá de lo puramente biológico. Determinar quién tiene ventaja y quién no, para asegurar el equilibrio competitivo”, opina.

Paralelamente, advierte de que en Estados Unidos el debate está muy ideologizado, con influencers como la mujer trans canadiense y ciclista de elite Verónica Ivy (antes Rachel McKinnon), también profesora de filosofía y defensora de la inclusión trans, fuertemente resistida por algunos grupos feministas -como la Alianza contra el Borrado de las Mujeres-.

Recientemente, Ivy dijo que las mujeres que se quejan por la participación de trans en los torneos apelando a razones de justicia y seguridad son “mediocres” y “transfóbicas”. 

“No es lo mismo permitir a un hombre que ha jugado toda la vida al fútbol participar en fútbol femenino, que autorizar a una mujer transexual que nunca ha jugado. Ese factor temporal de desarrollo del cuerpo y de las habilidades a lo largo de la vida se debe tener en cuenta para saber a quién se le puede permitir competir. Y requiere ir caso a caso, para asegurar la justicia”.

(Francisco López Frías, investigador de ética aplicada).

Otras atletas, quienes desde hace tiempo denuncian que el fenomenal éxito de Ivy se basa en “robar” títulos valiéndose de sus condiciones biológicas y su trayectoria previa -ya que hizo su transición cerca de los 30 años- le respondieron y cuestionaron nuevamente su extremismo y agresividad; entre ellas, la ex tenista Martina Navratilova, quien sostiene que la participación de mujeres trans en torneos femeninos es “trampa”.

Una de las primeras medidas de Joe Biden como presidente fue desbloquear una ley de trato igualitario a personas transexuales, no ejecutada por Trump, que promueve la igualdad de oportunidades en todas las actividades sociales. Sus detractores lo acusan de poner en jaque al deporte femenino.

López Frías tiene una idea que podría ayudar a encauzar el inminente debate. “El deporte es un derecho humano, claro está, ¿pero competir en el deporte de elite es un derecho humano?”, sugiere.

Por lo pronto, el aumento de la población transexual en el planeta obliga a legislar.

Ciencia

Para la española Martínez Patiño, una forma correcta de abordar el asunto puede ser “lo políticamente correcto, en función de la normativa social de inclusión, que nadie cuestiona”, pero recuerda que hay otra perspectiva, que es el rendimiento y la ciencia. 

En su opinión, si se quiere legislar para proteger el deporte de hoy y el del futuro, hay que ser “justos en todo” y basarse en la ciencia.

Por lo pronto, es un hecho que muy pocos piensan realmente que por regular sus niveles hormonales una mujer trans deje de tener ventaja, porque la testosterona no gobierna todo el rendimiento deportivo y porque la memoria muscular de los ex atletas varones no se puede ignorar.

Por eso, el análisis “caso por caso” que proponen referentes como López Frías y Martínez Patiño se perfila como una posible solución.


El rugby francés

REGLA. El rugby francés le abrió las puertas a las mujeres trans.
  • La Federación Internacional de Rugby, por razones vinculadas con la seguridad, les prohíbe a las transexuales jugar con mujeres.
  • Sin embargo, en mayo, la federación francesa anunció que las personas trans podrán formar parte de los equipos y participar en todas las competiciones oficiales.
  • “Llegó la hora de que la práctica del rugby sea coherente con la vida que cada uno escoge”, expresó la entidad en un comunicado.
  • La medida implica que las mujeres trans certifiquen que siguen un tratamiento hormonal desde al menos 12 meses antes y que no sobrepasan los cinco nanogramos de testosterona por mililitro de sangre.
  • Los hombres trans (nacidos mujeres) no tienen que cumplir esa condición y pueden insertarse sin problemas en equipos y torneos masculinos.
  • Además, determina que una comisión se encargará de analizar las “injusticias de talla más allá de la media” y “con una perspectiva de inclusión”.

Atletismo e hiperandrogénicas

HORMONAS. La testosterona y la memoria muscular dan ventajas en algunos deportes.
  • Algunas federaciones internacionales, como las de atletismo, tenis y ciclismo, son más estrictas que el COI.
  • En vez de exigirles a las mujeres trans niveles de testosterona de 10 nanogramos por mililitro de sangre para participar en la categoría femenina, marcaron el límite en cinco.
  • El atletismo también fijó ese número para las mujeres hiperandrogénicas, que producen más testosterona de lo considerado normal.
  • Es el caso de la corredora sudafricana Semenya, a quien se le prohibió participar en varias pruebas a menos que tomara medicación para reducir su testosterona, medida que afecta a otras atletas; casi todas africanas.
  • La tasa de testosterona alta favorece el crecimiento de la masa y de la potencia muscular, facilitando la circulación de la hemoglobina, lo que supone una ventaja significativa para las mujeres con hiperandrogenismo.

Borrador

  • -El borrador del anteproyecto de “ley trans” que analiza el COI está generando múltiples debates.
  • -Para los mayores de 16 años, contempla la participación atendiendo al “sexo registral”.
  • -En tanto, regula que las trans menores de 16 años podrán participar de acuerdo con su identidad de género.
  • -La reglamentación se enfoca en la categoría femenina, que es la que presenta problemas.
  • -Sobre la masculina, se limita a establecer que todos aquellos que hagan la transición de mujer a hombre podrán competir con varones, sin restricción.
  • El borrador contempla que las competiciones deportivas internacionales se regirán por sus propias normas, que son las reglamentaciones de las federaciones internacionales (en su gran mayoría, alineadas con el COI).
  • El frente de batalla serán las competencias nacionales, ya que la propuesta permitiría la participación de deportistas trans en torneos de caracteres local, regional y nacional con reglas diferentes de las federativas.

Comentarios 6

  1. Alejandro Heredia says:

    -“Nos vamos a guiar por las bases biológicas, no por las bases ideológicas”. Esa es la frase que lo dice todo. Excelente nota que rompe la corrección política que nos azota.

  2. Lucas says:

    Excelente nota, muy clara, buen puntapié para un debate nutrido, muy buen trabajo de investigación!…

  3. Betsabé says:

    Excelente nota en la que se ve de forma amplia la problemática.

  4. Fernando says:

    Por fin una nota interesante y que rompa un poco el molde de las notas anodinas!!
    Excelente articulo.

  5. Fernando durando says:

    Muy buena nota , deja abierto el debate , excelente !! Muy buen trabajo de investigación .

  6. SCT says:

    Muy interesante abordaje del tema, desconocía la existencia de tanta casuística.
    felicitaciones!

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