Una encuesta relevó que aunque 65% no está de acuerdo con los romances entre compañeros, 27% tuvo o mantiene una relación de este tipo. Según estudios, los amoríos aumentan la efectividad y productividad.
En la semana de San Valentín el portal de empleos Trabajando.com preguntó a 4.000 personas si es común que en la oficina se comparta algo más que los asuntos laborales.
A la pregunta “¿tuviste un romance en el trabajo?”, 45 por ciento afirmó no haber tenido una relación de este tipo y aseguró que jamás la tendría; 28 por ciento dijo que aún no la tuvo, pero que no le importaría tenerla si ésta se da de manera natural; otro 12 por ciento, en tanto, señaló que tuvo un romance en el trabajo, pero que es una relación del pasado, mientras que 10 por ciento reconoció que tuvo un romance en la oficina, pero oculto. Finalmente, el cinco por ciento restante tiene un romance en su oficina.
Aunque los trabajadores pasan gran parte del tiempo en su ambiente laboral, para la gran mayoría de los argentinos el lugar de trabajo no es el más adecuado para el amor.
En este sentido, la mayoría (65%) de los encuestados aseguró no estar de acuerdo con los romances entre compañeros. En cambio, 35 por ciento restante los aprueba.
Según el mismo relevamiento aplicado a otros países de la región, 33 por ciento de los trabajadores chilenos ha tenido una relación amorosa al interior de la oficina; 34 por ciento en Colombia; 32 por ciento en México y 43 por ciento en Perú.
Parejas más productivas
“Para la tranquilidad de las empresas, varios estudios demuestran que estar acompañado de la persona que a uno lo hace feliz le crea confianza, lo carga de energía, promueve la efectividad y productividad en el trabajo”, señaló la encuestadora.
En tal sentido, estudios de la consultora internacional Randstadt afirman que, en tanto la relación afectiva no sea conflictiva, los enamorados aumentan su motivación e interés en el trabajo al punto de que la productividad de cada uno de los miembros de la pareja aumenta 20 por ciento.
Si se considera el impacto que pueden tener un affaire en el ámbito laboral, Pablo Molouny, gerente general del sitio de empleos que realizó el sondeo en el país, advirtió que “a partir de este escenario es que las empresas deben definir de manera correcta las políticas que regirán a sus empleados; de esta forma, ninguna de las dos partes se encontrará con sorpresas que puedan poner en riesgo la relación contractual”.
Cabe mencionar que ya hay empresas que -a fin de evitar inconvenientes- explicitan sus políticas internas en caso de que surjan noviazgos o romances entre sus empleados. Por ejemplo, si la relación es de subordinación, la empresa invita a alguno de los miembros de la pareja a pasar a otra área y, de no ser posible dicha transferencia, la organización solicita la renuncia de una de las partes.
¿Hay límites?
– La Ley de Contrato de Trabajo no establece imposibilidad alguna a la relación afectiva entre empleados.
– Especialistas en Recursos Humanos sugieren a las empresas que establezcan en forma clara y precisa la limitación que pretendan efectuar a la vinculación íntima de los empleados. Además de plasmarlo en los respectivos reglamentos internos, deberán contar con la recepción y conformidad de cada empleado al momento mismo del inicio de la relación laboral.