La seguidilla de caídas de las Bolsas mundiales y la crisis financiera internacional, con la consecuente recesión económica que tendrán tanto las principales potencias como los países emergentes, no son elementos suficientes para que se declare el fin del neoliberalismo. Al menos así lo consideró el economista y ex secretario de Economía y Finanzas de la Municipalidad de Córdoba, Héctor Paglia, en el marco de la conferencia “Mundo en Crisis. ¿Argentina en Krisis?”, realizada ayer en el Salón Auditórium del Instituto Oulton.
Consultado al respecto por Comercio y Justicia, Paglia explicó que la situación actual es “un reordenamiento del escenario” y, en ese contexto, destacó que “para revertir la situación general aún hay tiempo”.
En cuanto a plazos, se conoció que el G20 financiero (grupo de los ministros de Economía de las 20 mayores potencias industriales, que se reúnen cada año para tratar de consolidar la prosperidad económica mundial), se reunirá a mediados de noviembre, en Washington.
Al respecto, el economista recordó que Argentina está invitada al encuentro y allí “se analizarán los escenarios que deje la crisis y, seguramente, tras varias reuniones, diseñarán nuevas estrategias”.
Sin embargo, aclaró que, “el hecho de que Argentina esté invitada, no quiere decir necesariamente que vaya a obedecer y acatar las propuestas. Habrá que ver las medidas que se tomen en el país de aquí en adelante”.
Tras calificar esta crisis como “una recesión internacional, que va a durar entre 12 y 18 meses más”, Paglia destacó que habrá que seguir con atención las consecuencias y analizar principalmente dos variable en Estados Unidos: la caída que traerá aparejada en el nivel de empleo y la baja en la relación existente entre el ingreso promedio americano y el precio de la vivienda.
“Antes del inicio del caos, la relación entre el ingreso promedio y el valor de la vivienda era de 2,5; luego trepó hasta 4,7; ahora está en 3,7 y va a seguir en baja hasta que alcance nuevamente la normalidad, cosa que no ocurrirá hasta el segundo trimestre de 2010”, vaticinó.
En cuanto a Argentina, el economista destacó que “hay que tener en cuenta que, al momento en que todo estalló, traíamos una agenda previa irresuelta, que se ha visto agravada”. Entre las cuestiones pendientes, destacó el retraso en obras de infraestructura, en inversiones energéticas, inflación irresuelta, “problemáticas a las que ahora se les suma el frente fiscal, con un menor nivel de recaudación debido a la caída en el precio de los commodities, y una baja en el rinde de la actividad”.
“Además, hay que tener en cuenta que Argentina debe enfrentar vencimientos de deuda por 11.800 millones de dólares en 2009 y por 10.600 millones en 2010; aunque al parecer ya encontró la forma, o mejor dicho, con qué hacer frente a la deuda, al menos de 2009”, ironizó al hacer referencia al anuncio de la presidenta Cristina Fernández respecto de la estatización de los fondos privados de jubilaciones y pensiones.
Asimismo, recalcó que “sería una barbaridad que el Gobierno echara mano a esos recursos” y sobre el proyecto de ley enviado por el Ejecutivo al Congreso, anticipoó que “de Diputados saldrá tal cual, o con leves modificaciones. Sin embargo, en Senadores, no se sabe cuál será la suerte de