El frustrado debate por el Impuesto al Cheque en el Congreso –que el miércoles no pudo tratarse en el Senado por falta de quórum– puso sobre la mesa las discusiones atrasadas que existen en el país acerca de los sistemas tributarios nacionales y provinciales y cómo se distribuyen los ingresos generados. Una mirada rápida supone que la coparticipación plena del Impuesto al Cheque mejorará la situación de las provincias, pero existen otras opciones que permitirían lograr a la vez soluciones coyunturales y estructurales.
En dialogo con Comercio y Justicia, el economista Jorge Gaggero consideró que el cambio que se está debatiendo en el Congreso “no es un buen instrumento para reequilibrar las cargas entre la Nación y las provincias”, al tiempo que consideró que existen otras formas de dar respuestas urgentes a las necesidades de las jurisdicciones, como la distribución de los Aportes del Tesoro Nacional (ATN) o la liberación de los recursos retenidos a las provincias para financiar el sistema previsional.
– ¿Qué opinión tiene sobre el proyecto que propone cambiar la coparticipación del Impuesto al Cheque, que está ahora en el Congreso?
– Mi opinión, desde el punto de vista técnico, es que la coparticipación del Impuesto al Cheque no es un buen instrumento para reequilibrar las cargas entre la Nación y las provincias, que sin duda deben ser reequilibradas de manera urgente, pues ya llevamos tres décadas de desfinanciamiento provincial relativo.
Hay que reacomodar las cargas, y hacerlo ya, pero no me parece un buen comienzo la manera en que se esboza con este proyecto. Porque el Impuesto al Cheque es un tributo extraordinario que surgió en la época de Domingo Cavallo y no es para nada deseable si existe cierto nivel de holgura fiscal. Es un tipo de tributo que surge habitualmente en períodos de crisis. Creo que, contra la idea de que es un impuesto al patrimonio, es un tributo regresivo que impacta sobre el consumo y sobre las empresas más pequeñas. Además, desalienta la bancarización, estimula el “negreo” y aumenta la evasión. Claro, como contrapartida tiene la virtud de que es muy fácil de recaudar, sobre todo en los sectores que no lo pueden eludir o evadir.
Otra cosa a tener en cuenta sobre el Impuesto al Cheque es que en Brasil pesaba en general mucho menos que aquí y, debido a la relación comercial y económica que tenemos con ese país, deberíamos tratar de que sean obligaciones paralelas, en sintonía.
Además, no es un instrumento adecuado para coparticipar, porque una vez que se implementa y se pone en práctica es muy difícil suprimirlo, porque implica reducir ingresos no solamente a algunas jurisdicciones, sino a todas.
– ¿De qué manera se pueden entonces reequilibrar las cargas entre Nación y provincias?
– Ése es un debate estratégico y estructural, difícil además por la urgencia de las provincias. Pero es un tema que hay que intentar resolver a mediano plazo, dándose los tiempos y las estrategias necesarias. En términos de respuestas urgentes, una posibilidad es computar inmediatamente los Aportes del Tesoro Nacional (ATN), que la Nación los tiene trabados, lo que puede hacerse contra las deudas de las provincias o siguiendo los coeficientes de coparticipación secundaria. Ésa sería una salida en lo inmediato.
Otra posibilidad es el camino que emprendió la provincia de Santa Fe, que está reclamando que se suspenda la retención de 15% de los recursos coparticipables en favor de la Nación para financiar