Pomada nació en 2008, diseña productos para empresas y para el hogar con materia prima proveniente de desechos industriales. Tubos de cartón que se convierten en bancos y cartón corrugado que juega a ser tarimas. Ofrece a la empresa la posibilidad de ser responable con el ambiente: retira sus descartes y los transforma. La industria gana en conciencia y compromiso con el medio ambiente; la fábrica obtiene su materia prima para reciclar. El círculo se cierra en un horizonte en el que el diseño quiere moldear un taller experimental: explorar nuevos materiales, nuevos métodos de producción y crear más objetos perennes.
Por Laura Pantoja – [email protected]
Con desechos de la industria textil y del cartón fabrican productos de diseño como bancos multifuncionales, mobiliarios para adultos y niños, y soportes de exhibición que son distribuidos en todo el país y en el exterior. También modelan stands, estantería, mostradores y divisores, que generalmente son usados por las empresas y las ferias de exposición. Hasta aquí, nada nuevo en el mundo de las ideas sustentables y ecoamigables.
Sin embargo, el gran hallazgo de Pomada, firma especializada en el diseño sustentable con asiento en Buenos Aires, es que brinda una solución a las áreas de responsabilidad social de las empresas, permitiendo consolidar un circuito virtuoso de sustentabilidad. Un modelo en el que todos ganan y no necesariamente en rédito económico.
“Comenzamos a ofrecerle a las empresas la opción de que sus descartes puedan pasar a formar parte de un proceso en nuestra línea de productos. El material puede ser reutilizado para la construcción de otros objetos que permitan sustituir la compra de productos nuevos para regalos empresariales o equipamiento, o bien, para la donación en causas sociales”, contó a El Inversor y la Construcción Antonela Dada, quien junto con Bruno Sala – ambos diseñadores Industriales de la Universidad de Buenos Aires de Arquitectura- fundaron Pomada en el año 2008.
De esta manera, la industria utiliza responsablemente sus desechos, ganando aquí en compromiso y nivel de conciencia, mientras que la empresa productora, por su parte, obtiene la materia prima para su fabricación sustentable de una manera simple y económica.
Pomada retira el material de descarte propuesto por las industrias con quienes firmaron contrato, lo acumula, lo selecciona, lo explora y lo introduce en su proceso de fabricación.
“Encargamos y compramos el material de descarte (principalmente tubos de cartón) a nuestros proveedores, ya lo guardan y separan, porque saben que cada 15 ó 20 días vamos. Contamos con dos fletes, con capacidad para cargar 3.000 kilos de material”, indicó Dada.
Con el mismo criterio, brinda el servicio de Ambientación Sustentable, mediante el que ofrece una respuesta innovadora para acciones de responsabilidad social. Realiza intervenciones en el espacio, utilizando el cartón corrugado para el armado de estructuras temporales en eventos, edificios y exposiciones. Este sistema es liviano y compactable, de fácil traslado y almacenamiento. Es novedoso y encastrable, sin uniones mecánicas. Se puede reutilizar o reciclar. Es de gran atractivo estético y contiene valor agregado en diseño y de gran impacto a simple vista.
La fábrica
La fábrica funciona en un taller de 250m2 donde se efectúa el desarrollo de los diseños y parte de la producción, está ubicada en el barrio de Barracas, Buenos Aires.
De las materias primas -entre las que se encuentran bobinas y tapas de madera aglomerada recuperada, tubos de cartón y cartón corrugado- 60% son descartes de la industria papelera y textil, el resto son insumos que utilizan especialmente elegidos para ser coherentes con el modelo sustentable. Cuentan con certificación FSC y Green lack, las pinturas y las tintas son al agua, las telas son 100% algodón o recuperadas y el packaging es reutilizable.
Por otra parte, la logística, también se ha impregnado del concepto, ya que han reducido la distancia con sus proveedores, disminuyendo el impacto ambiental que genera el mayor traslado de los materiales. A su vez, hace más de un año han tercerizado parte de la producción a una cooperativa de carpinteros.
Capacidad
Tras explorar y comprobar las potencialidades del material de descarte, como en el caso de los tubos, su resistencia, Pomada ha reinsertado 34 toneladas de desechos en productos de uso hogareño, evitando que estos sobrantes se conviertan en basura.
Los objetos se comercializan al por mayor en 80 locales distribuidos en el país, dos de ellos en Córdoba, uno en la ciudad y otro en Carlos Paz. También han exportado a Estados Unidos y Europa. Tienen una capacidad de producción de 500 unidades mensuales y la reposición en los locales de manera bimestral, según aclaró Dada.
Pomada se maneja con un catálogo fijo y ediciones limitadas, aunque también responde a pedidos de algunos locales de completar las terminaciones con sus propias telas.
En cuanto a los precios de los productos, son competitivos. “Si bien trabajar con material de descarte tiene bajo valor comercial en su estado inicial, es alto el costo de transformación porque aún no existen máquinas adecuadas para procesarlo. Esto nos condujo al desarrollo de maquinarias para lograr la obtención de un producto de alto valor agregado, a un precio competitivo realizado a partir de materiales en desuso”, explicó la socia fundadora.
El proceso productivo se encarece cuando los descartes necesitan limpieza, diseño y fabricación de maquinaria. No obstante, los costos se nivelan porque el valor del material de descarte es bajo para la calidad que posee y forma que carga. “Si se pueden potenciar estas características los costos finales no son elevados”, añadió.
“Una condición importante que determina el precio de los productos sustentables es la causa social que los genera, el beneficio que otorga y cómo impacta positivamente en la comunidad”, destacó.
Taller experimental
Ya con una trayectoria y una dinámica en funcionamiento, Pomada no se detiene y proyecta su crecimiento, buscando convertirse en el “laboratorio de creación y producción para toda empresa”.
“Al repensar los residuos como nuevas materias primas, se reclama la presencia de un espacio de reinvención. Con Pomada venimos a ocupar ese espacio, ofreciéndonos como laboratorio de creación y producción. Invitamos a todos a formar parte de este proyecto: que los desechos no sean tales debe ser una responsabilidad compartida. Un futuro más integral y eficiente es posible”, enfatizó Dada.
A la par de su objetivo, Pomada propone otros planes de acción, que apelan al compromiso de otros sectores de la población, tanto en la investigación y exploración de nuevas formas de producción, de nuevos materiales, de creación y diseño, así como en la resolución de posibles conflictos ambientales y sociales. Generarán acuerdos con universidades para que en la currícula se incluya la experimentación en Pomada, con el diseño con material de descartes industriales; gestionarán vínculos con empresas que busquen responsabilizarse de sus desechos para invertir en una causa social y entablarán alianzas con fundaciones y organizaciones no gubernamentales que estén trabajando en problemas sociales.
Pensar en grande
El camino andado es la base que sirve de tierra para sembrar proyectos que tiendan a cubrir mayores necesidades sociales.
Diseñar un objeto implica establecer un posicionamiento con respecto al impacto consecuente que genera su producción y consumo. Emplear materiales biodegradables, reciclables o en desuso, transmite un mensaje de sustentabilidad, una tendencia que apunta hacia un horizonte en el que el hombre y su entorno puedan gestar una convivencia armónica y simbiótica.
“Nuestra meta y desafío para 2016 es resolver problemas sociales partiendo de la resolución de los problemas que se generan en el impacto ambiental”, apuntó Dada
“Un ejemplo sería generar, a partir de un scrap industrial, productos que mejoren la dignidad habitacional en zonas carenciadas: camas, divisor de espacios, etcétera”, concluyó.
Desde Darwin a 8.000 kilos de descartes transformados por año
Pomada toma el concepto de evolución biológica de Darwin como un ejercicio para plantear un camino que pueda conducir a una reinterpretación del concepto de sustentabilidad.
Ofrece un servicio de investigación sobre la basura de las empresas, para dar una solución y generar productos de valor agregado.
Se especializa en la utilización de cartón y se vuelca a la experimentación con descartes del mismo material. A partir del desarrollo de productos con materiales reutilizados participa en festivales, ferias, exposiciones y conferencias sobre sustentabilidad y emprendedorismo.
Por medio de la producción de objetos y espacios, brinda soluciones a problemas concretos, cuestiona y propone; sin comprometer a las futuras generaciones. Su foco está puesto en el desarrollo de productos con alto valor agregado y bajo impacto ambiental. Demuestra que es posible hacer un diseño eficaz que permita conjugar el bien individual con el colectivo.
La singularidad de sus productos y materias primas impulsa a la investigación y desarrollo de máquinas y herramientas propias y únicas, que permiten agilizar los procesos y lograr una serialización artesanal, de bajo consumo de energía e impacto ambiental.
Encuentra un punto de partida donde un material halla el fin de su ciclo de vida útil. Lo recolecta, estudia sus características, imagina su potencial y propone formas y soluciones que dan vida a nuevos. Actualmente convierte 8.000 kilos de descartes por año en productos para hogar para todas las edades.