Tras la polémica desatada en la localidad cordobesa de Bouwer por el posible enterramiento de 10 mil kilos de pilas provenientes de la Capital Federal (del que ya se dio marcha atrás), creció la preocupación de las personas acerca de qué hacer con los residuos altamente contaminantes como los mencionados.
En este contexto, el presidente de la Fundación para la Defensa del Ambiente (Funam), Raúl Montenegro, presentó ayer en la Legislatura cordobesa un proyecto de ley que prohíbe la entrada de pilas y baterías usadas a la provincia.
“También propone que se impida el ingreso de todos los residuos peligrosos procedentes de otras provincias y de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, precisó Montenegro a Comercio y Justicia.
El proyecto, según el especialista, cuenta con seis capítulos y 17 artículos y “busca solucionar el problema de las pilas y baterías usadas que se generan en la provincia de Córdoba”. Crea así el Programa Provincial Córdoba Libre de Pilas Usadas y establece un registro de fabricantes e importadores.
“Está claro que las empresas fabricantes e importadoras deben hacerse cargo del tratamiento de las pilas y baterías usadas y el Estado de su ‘recaptura’ y envío a las empresas para que las traten”, agregó.
– ¿Qué costos económicos y ambientales genera el uso de pilas?
– Para la sociedad hay varios costos. Primero, las pilas agotadas se transforman en residuo peligroso en una sociedad que no ha resuelto su “recaptura” y tratamiento. Segundo, ese residuo peligroso, una vez descargado a la basura o al ambiente, se transforma en una importante fuente de contaminación de agua y suelo. Tercero, el exceso de uso de pilas alimenta el exceso de producción, lo que magnifica aún más el problema. Esto sucede porque el Estado no le exige a las empresas importadoras y fabricantes que se hagan cargo de las pilas y baterías usadas. Semejante incumplimiento aumenta sus ganancias y traslada los costos negativos a la sociedad.
– ¿Hay tipos de pilas que contaminan más que otras?
– Todos los distintos tipos de pilas contaminan, desde las más simples, las pilas secas de zinc-carbono, hasta las pilas de botón de mercurio y las baterías de cadmio-níquel. Incluso las pilas que, según el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, “pueden descargarse a la basura por ser menos contaminantes”, contaminan.
– ¿Qué opciones existen para reducir el consumo de pilas?
– Solamente deberían ser utilizadas para operaciones o funciones que no puedan ser solucionadas con la red eléctrica ni con fuentes fotovoltaicas y, aun en estos casos, preferir las pilas recargables. Aclaro, sin embargo, que las pilas recargables son extremadamente tóxicas. También hay una cuestión económica. En términos de costo la energía eléctrica que proporcionan las pilas cuesta 450 veces más que la energía eléctrica de red.
– ¿En qué medida podrían haber contaminado las 10 toneladas de pilas usadas?
– Hubieran agregado 10 toneladas más de riesgo a uno de los lugares más contaminados de Argentina. No importa que su destino fuera la inclusión en bloques de cemento y su colocación en una fosa de seguridad. Bouwer habría “incorporado” 10 toneladas de residuos traídos desde afuera, con mercurio y otros metales pesados.</