La moderna administración y gestión de organizaciones empresariales requiere de la concurrencia de una serie de habilidades, aptitudes y actitudes por parte de quienes deben generar las sinergias necesarias que permitan lograr el normal desarrollo de negocio corporativo.
Los conductores deben lidiar a diario con la integración efectiva de una serie de recursos estratégicos que precisan conjugarse exitosamente en pos de un correcto desempeño organizacional. Tales recursos presentan múltiples tipologías. Así, se pueden encontrar financieros, económicos, materiales, herramentales, temporales, geográficos y, por supuesto, humanos.
Sin lugar a dudas, sobre uno de ellos recae el mayor peso relativo: las personas. La función principal de un conductor debe estar orientada a generar los espacios de crecimiento necesarios para que los subordinados sean capaces de llevar adelante las tareas, evitando “cuellos de botella” que dificulten el normal desarrollo de las actividades.
Al momento de pensar en delegar tareas, aunque nunca responsabilidades, se hace necesario un doble nivel de confianza. Por un lado, aquella que transmite el conocimiento acabado sobre el equipo de trabajo propio y a cada una de las personas que lo componen.
Conocer a las personas con las que se trabaja, en todos los niveles, es un elemento determinante al momento de delegar.
Siguiendo con el razonamiento anterior, es necesario confiar decididamente en uno mismo al momento de delegar. Generalmente, quienes ocupan funciones de conducción tienen una fuerte resistencia a generar los espacios necesarios para producir un normal desarrollo de la acción delegatoria sobre los cuadros intermedios.
Muchas son las razones que se esgrimen. Una supuesta falta de expertise para desarrollar la tarea; el poco conocimiento de la realidad organizacional o la falta de tiempo para brindar la capacitación necesaria a los subordinados, suelen ser algunas de ellas. En las más de las veces, son sólo excusas, que ocultan un fuerte sentido de inseguridad personal por parte de la persona que conduce.