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¿Bunbury, silencioso héroe del plagio o de la inspiración?

METODO. El cantante Enrique Bunbury habría ideado una dudosa forma compositiva
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Por Sergio Castelli * y M. Constanza Leiva **, exclusivo para COMERCIO Y JUSTICIA

Fernando del Val, poeta y escritor español, autor de una decena de libros, recientemente ha lanzado El método Bunbury, en el que se dedica a analizar al cantante de su misma nacionalidad, Enrique Bunbury, y asegura haber detectado 37 canciones en las que el músico utiliza fragmentos de otros autores: Fernando Arrabal, Felipe Benítez Reyes, Mario Benedetti, Charles Bukowski, Fernando Sánchez Dragó, Blas de Otero, Michel Houellebecq, Gabriel Celaya, Nicanor Parra, Antonio Gamoneda, Haruki Murakami… Del Val contabiliza 539 versos bajo sospecha. Y aporta pruebas.

“Buena parte de las letras que Bunbury ha escrito se compone de fragmentos de escritores a los que no cita. En mi libro se demuestra que la práctica ha sido habitual en toda su carrera, y que está presente en muchas canciones suyas con ambición poética y literaria”, afirma Del Val.

Y cita un ejemplo del autor:
– “Hoy amanecí con los puños / cerrados”; “Nos formulan preguntas / que incluyen su semilla de respuesta”; “Ahora que estoy insomne / (…) / quiero morir de siesta”; “Alimenta rumores clandestinos” (La casa y el ladrillo y Geografías, de Mario Benedetti).
– “Amanecí con los puños bien / cerrados”; “Formulas preguntas con semilla / de respuesta”; “Ahora que padeces de insomnio / quisieras morir de siesta”; “(…) en sus rumores clandestinos” (Iberia sumergida, Bunbury, del disco de Héroes del Silencio, Avalancha).
Del Val, como buen seguidor de la música de Bunbury desde la preadolescencia, se dedicaba a escuchar una y otra vez los primeros discos de Héroes del Silencio, banda que Bunbury encabezaba, y por una feliz coincidencia, un amigo cercano, quien se había dedicado a la lectura de Geografías, de Benedetti, le comentó que había encontrado algunas coincidencias entre los versos de éste, publicados en 1984, y alguna canción de Héroes del Silencio, lo que alertó al escritor, quien manifestó que, al conocer al dedillo las letras de las canciones, le resultaba muy simple realizar la vinculación cuando encontraba algún fragmento en un libro: “Como tengo memorizadas sus letras, cuando abría un libro de Raymond Carver o de Antonio Gamoneda y me encontraba algo, rápidamente lo enlazaba con las canciones”.

De 25 años de archivos de los pequeños hallazgos nace el libro que ahora se puede adquirir online en nuestro país.
Pero el problema principal, tal como el autor reconoce, nace porque el músico nunca atribuyó las fuentes en cada disco. Del Val califica esta técnica de escribir como centón, que la RAE define así: “Una obra literaria compuesta con fragmentos de otras obras”.

Con el lanzamiento, en el año 2008, de la canción El hombre delgado que no flaqueará jamás, se difundió en los medios que ésta incluía versos de los poetas Pedro Casariego Córdoba y Joseba Sarrionandia, frente a lo que Bunbury manifestó a los medios españoles: “No es ni plagio ni nada. Es lo que hacemos los escritores en todos los ámbitos: recoger frases de la calle, de los periódicos, de los bares y, por supuesto, de los poetas”.

Uno de los autores citados en El método Bunbury como inspiración para el músico es Felipe Benítez Reyes, quien expresó en comunicación con el diario El País: “La relación entre sus letras y mis versos creo que queda clara. Todo podría haberse resuelto con una tabla de agradecimientos. Al no haberlo hecho, ocultando así las fuentes, se entra en el terreno del plagio, y me temo que también en la falta de respeto a los autores reales de esos textos. Pero el asunto no me irrita, más bien me hace gracia. Esa idea de alguien que se pone a escribir lo que han escrito otros… Parece un poco lo del cuento aquel de Borges, aquel Pierre Menard que reescribe algunos episodios del Quijote letra por letra”.

Mientras tanto, Del Val sostiene que hablar de plagio es muy delicado y prefiere referirse a la práctica del músico como “poco escrupulosa”.

Por otro lado, periodistas de El País han intentado contactar a Bunbury para conocer su postura con relación al libro, a lo que su manager respondió duramente manifestando que dicho libro ha sido escrito con intención de dañar. Mientras que Del Val mantiene que sólo ha intentado trazar una reflexión sobre los límites de la creación, sin poseer una intención agresiva, y consideró que incluso tiene mucho mérito “juntar de un lado y de otro y coser un hilo propio de ideas de otros sin que se note”.

* Agente de la propiedad industrial
** Abogada

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